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José Pulido: “La misión del periodista sigue siendo la misma”

El conocido periodista y escritor radica en Italia hace tres años, desde donde continúa su intensa entrega a la escritura

  • MARITZA JIMÉNEZ

31/10/2021 01:00 am

El periodismo y la literatura han tenido sus devaneos desde los enciclopedistas. Desde entonces, los periodistas no han dejado de reflexionar sobre su ética y su forma. En los 60, Tom Wolfe fue el primero en afirmar que el periodismo era un género literario. Después lo diría García Márquez.

En Venezuela, José Pulido (Villa de Cura, estado Aragua, 1945) ha sido sin duda uno de sus grandes representantes. Durante más de cinco décadas, su pluma ha dejado huella indeleble al frente de las páginas de arte de El Nacional, El Diario de Caracas y El Universal, con entrevistas en las que se negó a seguir las reglas de oro de la objetividad, para dar vida, humor, alma y corazón a la noticia.

“Me inicié escribiendo en periódicos del estado Aragua”, dice. “Estudié música. Quería ser compositor. Hice teatro y música para teatro. Pero me decidí por la escritura gracias al artista plástico José Carrasquel, quien me hizo comprender que la escritura era mi vocación esencial. Comencé a trabajar en El Regional de Valencia y le hacía suplencias al corresponsal de El Nacional, Ildemaro Alguíndigue.

Al mismo tiempo, ejerce su producción poética y narrativa, constituida por siete novelas, Pelo Blanco (1987), Una mazurkita en La Mayor (1989), Los mágicos (1999), La canción del ciempiés (2004), El bululú de las ninfas (2007), El requetemuerto (2012) y Ponzoña de paisaje (2015). Algunas de sus numerosas entrevistas han sido recopiladas en Muro de confesiones (1985) y La sal de la tierra (2004), además, de dos libros de cuentos, Los héroes son villanos tímidos (2013) y Vuelve al lugar que se te ha señalado (1995), y biografías de los pintores Braulio Salazar, Oswaldo Vigas y Luis Domínguez Salazar, y del director musical Gustavo Dudamel.

Pero la poesía fue su pasión primera en la escritura, reconocida con el Premio Municipal de Literatura en 2000 por su poemario Los poseídos. Sin embargo, su producción se remonta a su infancia misma, hasta que en 1971 da conocer dos poemarios, Esto y Paralelo Lelo. Posteriormente entrega Peregrino de vidrieras (2001) y Duermevela (2004),

-¿Qué lo guía en el desarrollo de su estilo periodístico?
-Siempre amé las palabras. Sus significados antiguos. El contenido de cada una, el uso que les han dado. Quise escribir diciendo la mayor cantidad de verdades o de supuestas verdades, pero con belleza, con misterio. Es la poesía. La poesía se colaba en todo lo que escribía. Cuando comenzaron a conocer mis trabajos periodísticos, muchos colegas no me veían como periodista sino como escritor. Y muchos escritores preferían que yo fuera periodista.

José Pulido: "La poesía se colaba en todo lo que escribía" (GABRIELA PULIDO)

"El asunto es que yo estaba escribiendo poemas o presuntos poemas desde los ocho años de edad y narraciones cortas desde los catorce años. Mis primeros poemarios se publicaron en 1972, en la editorial García e Hijos, en Caracas. El mejor de esos libros se titula Esto. Terminando los años sesenta leí poesía con Pepe Barroeta Lara y El Chino Valera Mora. Pero no me 'enfermé'. Me di cuenta de que había sucedido porque yo era un dirigente juvenil de izquierda y me apoyaban. Cuando escuché a esos poetas supe que me faltaba mucho y no volví a publicar poesía hasta los años noventa. Pero a mucha gente le cuesta sentirme poeta o llamarme poeta o creerme poeta. Y eso no me preocupa. Porque de vez en cuando la poesía salta en lo que escribo y hallo suficiente alegría en eso”, agrega.

Huyendo de la violencia caraqueña, hace tres años emigró con su familia a Génova, Italia, donde es invitado regular en el Festival Internacional de Poesía de esa ciudad, ingresó a la antología en homenaje a Miguel de Unamuno del XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca 2012, y Milán acaba de publicarle su primer poemario en italiano.

Pero sus vínculos con el país no se rompen. En las redes sociales comparte sus poemas y reflexiones, y colabora con la revista digital Letralia.

-¿Cuántos años de ejercicio periodístico tiene y cómo se inicia en esta profesión?
-Tengo cincuenta y cinco años en la profesión. Me inicié escribiendo en periódicos del estado Aragua. Estudié música. Quería ser compositor. Hice teatro y música para teatro. Pero me decidí por la escritura gracias a un intelectual y gran lector que me apoyó y me orientó: el artista plástico José Carrasquel. Fue como un hermano para mí. Me hizo comprender que la escritura era mi vocación esencial.

-Ha pasado por diversos diarios, y cubierto casi todas las fuentes, ¿qué le ha dejado cada una de ellas?
-La existencia de una diversidad de dramas y conflictos que hacen bullir la sociedad en todos sus aspectos. Las diversas fuentes me enseñaron a conocer de cerca los deseos y motivaciones de la gente y los abismos que pueden existir entre una persona y otra. Niveles del saber y de la ignorancia.

-¿Recuerda alguna anécdota en especial de su larga experiencia en los diarios?
-Creo que hablé con el siglo veinte. Entrevisté a los personajes más conocidos e influyentes. Pero solo recuerdo la anécdota que todavía me hace reír: Una señora me vio saliendo de El Nacional y me detuvo. Me dijo con un cariño muy especial: “Quería decirle que todos los días lo leo y que lo que usted escribe me produce mucha alegría y esperanza”. Me esponjé, me puse tartamudo, pero le respondí “Muchas gracias”, y ella me dio la mano, dijo su nombre y a continuación agregó: “Me gusta mucho cómo escribe usted, señor Cuto Lamache”.

-¿Cómo definiría la diferencia entre un periodista y un escritor?
-Se trata de amar el lenguaje como se ama la vida. Saber a ciencia cierta que cada palabra es en sí misma un mensaje. Pero el periodista debe difundir conocimientos en un período breve de tiempo y no debe perder de vista su función social. El periodista dice: “En un tiroteo frente a la Catedral murieron cinco personas”. En la narrativa es algo que sucede, no se dice. Debe escribirse de tal manera que el lector sienta el tiroteo, la tragedia. El escritor tiene más tiempo para averiguar los verdaderos deseos de la gente. Y usa la atmósfera.

-¿Se podría decir que como periodista siempre fue escritor? ¿Hay alguna diferencia para usted entre esos dos oficios?
-Siempre he sido escritor en formación. Nunca se termina. El periodismo me ha dado muchas herramientas y mucho conocimiento de los seres humanos. La diferencia se establece cuando tienes que inventar personajes que convenzan, que parezcan reales hasta el punto de satisfacer las inquietudes del lector. El periodista debe trabajar con personajes verdaderos que todo el tiempo están fingiendo lo que no son.

Para el periodista y escritor, "todo periodismo es cultural porque el periodismo es un fenómeno lingüístico, una búsqueda de comunicación, un encantamiento con mensajes" (GABRIELA PULIDO)

-¿Cómo ve el periodismo actualmente en la era de la tecnología?
-El periodismo contemporáneo tiene que esgrimir una manera y un lenguaje basados en el conocimiento y en la interpretación de la realidad. La realidad es el único portal que permanece abierto de par en par. Las nuevas tecnologías tienen la ventaja de ser muy rápidas, casi simultáneas con la realidad, pero nunca podrían ser eficientes y trascendentes sin un mensaje elaborado con arte, con sentido de justicia, con conciencia crítica, con intelectualidad. La tecnología es un medio.

“Todo periodismo es cultural porque el periodismo es un fenómeno lingüístico, una búsqueda de comunicación, un encantamiento con mensajes -prosigue-. Hay que usar las palabras precisas para darle forma a las ideas. Se debe conocer el idioma para conmover y humanizar, para expresarse con transparencia y lucidez”.

“Las fuentes están cada vez más cerradas; las fuentes, inclusive, crean fuentes ficticias de sí mismas para fingir que están informando. Cuando hablo de fuentes hablo de todas: las públicas y las privadas. Los periodistas buscan más en el océano de Internet para pescar rápidamente, porque necesitan alimentar la inmediatez.

“Antes y ahora, la misión del periodista ha sido la misma: revelar secretos, ubicar la verdad y difundir conocimientos. Eso significa que el periodista necesita saber más y manejar su lenguaje con propiedad, como el samurái esgrimía su espada y Pelé dominaba el balón. Lo que ocurre es que igual que una mayoría, el periodista contemporáneo, arrastrado por el impulso masivo, prefiere creer que saber”.

-¿Por qué se marchó de Venezuela?
-El deterioro de todo lo que significa calidad de vida no se iba a detener. Hablar de Derechos Humanos se volvió en Venezuela objeto de burla. Pero lo que me obligó a irme con la familia fue la luz verde que se le ha dado a la delincuencia y a la violencia en Venezuela. Cualquiera te atraca, te secuestra, te mata, te desaloja. Cualquiera es verdugo: civil o uniformado.

-Su salida del país parece haber intensificado su entrega a la poesía, ¿o siempre fue así?
-Cuando trabajaba en periódicos no podía mostrar mi poesía. No podía valerme de ese privilegio laboral para que me publicaran los poemas. Leí mis poemas en todo el país, pero ante pequeños grupos, como se estila. Pequeños grupos sin poder de transmisión. Cuando descubrí que en las redes sí podía hacerlo, sencillamente comencé a sacar todo lo que he escrito en cincuenta y cinco años y lo repito hasta la saciedad. Sin importarme que todavía haya personas que no quieren llamar poemas a mis poemas. Y personas que crean que escribo cien poemas todos los días; repito: pongo lo que he estado escribiendo desde hace más de medio siglo.

“Además, he sido invitado tres años seguidos (2018, 2019 y 2020) al Festival Internacional de Poesía de Génova y en el 2021 se leyeron mis poemas en el programa de poesía de la ciudad de Torriglia. He leído mis poemas en Milán donde además me publicaron mi primer poemario en italiano gracias a la iniciativa de las poetas Lisette Fernández y Floriana Quaretti.

“El Festival de Génova ha tenido como invitados a cinco premios Nobel y a la mayoría de los poetas más respetados de varios continentes. En 2018 estuvimos Armando Rojas Guardia y yo. Entre otros han estado en este evento Derek Walcott, Wole Soyinka, Xingjian Gao, Czelaw Milosz y J. M. Coetzee, Mahmud Darwish, Adonis, Michel Houellebecq, Juan Gelman, Álvaro Mutis, Ben Jelloun, Manuel Vázquez Montalbán, Alejandro Jodorowsky, Evgeni Evtushenko, Lawrence Ferlinghetti. Kazuko Shiraishi, Charles Simic…”.

-¿Cómo ve, desde la distancia, la literatura nacional?
-En Venezuela siempre habrá gente escribiendo con calidad, con belleza, con autenticidad y gente que, por supuesto, no tiene la más mínima idea de lo que es el arte de escribir, pero eso es normal. No sé cómo está el país hoy, pero tengo la certeza de que no se acerca en calidad de vida al que teníamos antes. Y eso que lo criticábamos a diario, porque la corrupción parece una peste nacional desde que los fundadores dijeron “Te fundo”.

-¿Qué le debe a su esposa Petruvska Simne en todos estos años?
-Le debo la vida. El amor por lo sencillo. El aprecio por cada segundo de existencia. Ella me enseñó a resistir adversidades. Le debo el anillo que se le regala a las novias y una casa propia: jamás le compré una. Ante ella me inclino con amor indestructible.
@weykapu



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