Victoria se convirtió en reina a los 18 años, tras la muerte sin descendencia legítima de sus tres tíos paternos. Su reinado, de 63 años y 216 días, es el segundo más largo de la historia de Reino Unido, solamente superado por el de su tataranieta Isabel II, la actual monarca. La época victoriana, comprendida entre 1837 y 1901, marcó la cúspide de la Revolución Industrial y del Imperio Británico. Con mucho que contar, la serie Victoria llega a América Latina este jueves 30 de septiembre por la señal del canal de televisión por suscripción Film & Arts.
La actriz Jenna Coleman (Blackpool, Lancashire, 1986) describe a la reina Victoria como impulsiva, apasionada, creativa, independiente, cálida y devotamente leal. La artista, quien interpreta a la soberana en la pantalla chica, confiesa que uno de los mayores retos para componer este personaje fue el control de la voz, razón por la cual escuchó mucho a Emily Blunt en Young Victoria y a la dame Judy Dench en Mrs. Brown, quienes anteriormente dieron vida a la inolvidable monarca.
-¿Qué quiere transmitir al público como la reina Victoria?
-Algo de lo que hablamos mucho fue esta idea de representar lo público y lo privado, interpretar la cara pública de Victoria, y su cara privada, y estar entre esos dos mundos. Queremos retratar al ser humano dentro del papel de reina de Inglaterra y descubrir a la muchacha que asume esta increíble responsabilidad.
-¿Cómo fue su preparación para interpretarla?
-Con tanto acceso a sus diarios, sabes un poco sobre cómo era su vida diaria. El día de su coronación, por ejemplo, se despertó a las 4:00 de la mañana y pudo escuchar a la multitud afuera y los cañones disparados. Es fascinante pensar en su experiencia dentro del palacio y fuera de esas cuatro paredes; cuál era su relación con la gente. Así que se trata de cumplir con eso en la pantalla, verla como la vemos nosotros, como la reina Victoria en este papel que interpreta, pero también verla como la muchacha que era detrás de escena, entre los mundos público y privado.
La actriz Jenna Coleman (Blackpool, Lancashire, 1986) describe a la reina Victoria como impulsiva, apasionada, creativa, independiente, cálida y devotamente leal. La artista, quien interpreta a la soberana en la pantalla chica, confiesa que uno de los mayores retos para componer este personaje fue el control de la voz, razón por la cual escuchó mucho a Emily Blunt en Young Victoria y a la dame Judy Dench en Mrs. Brown, quienes anteriormente dieron vida a la inolvidable monarca.
-¿Qué quiere transmitir al público como la reina Victoria?
-Algo de lo que hablamos mucho fue esta idea de representar lo público y lo privado, interpretar la cara pública de Victoria, y su cara privada, y estar entre esos dos mundos. Queremos retratar al ser humano dentro del papel de reina de Inglaterra y descubrir a la muchacha que asume esta increíble responsabilidad.
-¿Cómo fue su preparación para interpretarla?
-Con tanto acceso a sus diarios, sabes un poco sobre cómo era su vida diaria. El día de su coronación, por ejemplo, se despertó a las 4:00 de la mañana y pudo escuchar a la multitud afuera y los cañones disparados. Es fascinante pensar en su experiencia dentro del palacio y fuera de esas cuatro paredes; cuál era su relación con la gente. Así que se trata de cumplir con eso en la pantalla, verla como la vemos nosotros, como la reina Victoria en este papel que interpreta, pero también verla como la muchacha que era detrás de escena, entre los mundos público y privado.
"Es fascinante pensar en la experiencia de la reina Victoria dentro y fuera del palacio", admite Jenna Coleman (CORTESÍA FILM & ARTS)
-La reina Victoria tenía una gran cantidad de talentos. ¿Tuvo que aprender nuevas habilidades para interpretar el papel?
-Fue muy interesante porque una vez que conseguí el trabajo, fue cuestión de tres semanas antes de tener que montar a caballo frente a la cámara, participar en un baile de salón y tocar el piano. Me las arreglé para conseguir algo de Beethoven. Tengo un piano en mi casa y he querido aprender durante años. Así que fue la oportunidad perfecta. Tom (Hughes) es un músico increíble, realmente podría hacerlo todo y yo podría hacer una pequeña parte. Aparentemente, ella también cantaba ópera. No estoy segura de poder poner esas habilidades a la altura. Ya veremos.
-¿Cómo describiría la relación de la reina Victoria y su esposo Alberto?
-Siempre describo a Victoria y Alberto como ying y yang. A pesar de todas sus diferencias, era en su pasión compartida por la música por la que se unían más y más. Solían tocar mucho juntos. Durante su noviazgo, él compuso música para ella. Es una gran parte de nuestra historia. Eran una pareja realmente creativa, muy artísticos; ella solía pintar con acuarela. Era increíblemente talentosa. Eran una pareja ambiciosa y ocupada. Alberto tenía sus propios talentos. Victoria diseñó sus propios vestidos y eligió sus propias telas. Llevaba flores en el pelo el día de su boda porque quería ser sencilla y quería casarse como una mujer normal que se casaba porque ama a un hombre y no por la pompa o los diamantes.
-Suena como una hermosa historia de amor…
-Toda la familia de Victoria y todos los que la rodeaban consideraban a Alberto como la persona con la que debía casarse. Pero ella era extremadamente obstinada y muy terca, y nunca le gustó hacer lo que se esperaba de ella. Así que ella se resistió a él, pero no por mucho tiempo. Eso se ve en la serie. La historia de Victoria y Alberto fue una de amor absoluto y verdadero. Debe haber sido extremadamente raro y afortunado que la persona que fue anunciada como con la que te casarás, sea alguien con quien encuentres tal afinidad. Formaron un equipo. El uno en el otro, encontraron a sus almas gemelas.
-¿Cómo fue trabajar de manera tan cercana a Tom Hughes, su coprotagonista, quien interpreta al príncipe Alberto?
-Tom hace que mi trabajo sea fácil. Lo miré a través del set el otro día y no vi a Tom, solo vi a Alberto. Es tan inteligente; no puedo imaginarme a nadie más interpretando ese papel. Es maravilloso porque somos muy viejos amigos e inmediatamente tenemos el mismo tono y las mismas ideas e instantáneamente esa conexión se siente muy fuerte, por lo que es un verdadero placer trabajar con él. No solo es encantador, sino que también es extremadamente talentoso.
-¿Tiene alguna escena favorita de Victoria?
-Hay un momento en el episodio cuatro con el Penny Black (el penique negro, el primer sello postal de la historia). Es una de mis escenas favoritas. A lo largo de los años, Daisy (Goodwin), nuestra escritora, ha trabajado en todas las nuevas tecnologías que entran en juego. Una de ellos es el sello. Vemos la invención de eso y cómo lo pegas en la página. Tienes que lamerlo. Eso significaba que tenías que lamer la cara de la Reina para enviar un correo. Es una escena muy inteligente y encantadora.
@soniberth
-La reina Victoria tenía una gran cantidad de talentos. ¿Tuvo que aprender nuevas habilidades para interpretar el papel?
-Fue muy interesante porque una vez que conseguí el trabajo, fue cuestión de tres semanas antes de tener que montar a caballo frente a la cámara, participar en un baile de salón y tocar el piano. Me las arreglé para conseguir algo de Beethoven. Tengo un piano en mi casa y he querido aprender durante años. Así que fue la oportunidad perfecta. Tom (Hughes) es un músico increíble, realmente podría hacerlo todo y yo podría hacer una pequeña parte. Aparentemente, ella también cantaba ópera. No estoy segura de poder poner esas habilidades a la altura. Ya veremos.
-¿Cómo describiría la relación de la reina Victoria y su esposo Alberto?
-Siempre describo a Victoria y Alberto como ying y yang. A pesar de todas sus diferencias, era en su pasión compartida por la música por la que se unían más y más. Solían tocar mucho juntos. Durante su noviazgo, él compuso música para ella. Es una gran parte de nuestra historia. Eran una pareja realmente creativa, muy artísticos; ella solía pintar con acuarela. Era increíblemente talentosa. Eran una pareja ambiciosa y ocupada. Alberto tenía sus propios talentos. Victoria diseñó sus propios vestidos y eligió sus propias telas. Llevaba flores en el pelo el día de su boda porque quería ser sencilla y quería casarse como una mujer normal que se casaba porque ama a un hombre y no por la pompa o los diamantes.
-Suena como una hermosa historia de amor…
-Toda la familia de Victoria y todos los que la rodeaban consideraban a Alberto como la persona con la que debía casarse. Pero ella era extremadamente obstinada y muy terca, y nunca le gustó hacer lo que se esperaba de ella. Así que ella se resistió a él, pero no por mucho tiempo. Eso se ve en la serie. La historia de Victoria y Alberto fue una de amor absoluto y verdadero. Debe haber sido extremadamente raro y afortunado que la persona que fue anunciada como con la que te casarás, sea alguien con quien encuentres tal afinidad. Formaron un equipo. El uno en el otro, encontraron a sus almas gemelas.
-¿Cómo fue trabajar de manera tan cercana a Tom Hughes, su coprotagonista, quien interpreta al príncipe Alberto?
-Tom hace que mi trabajo sea fácil. Lo miré a través del set el otro día y no vi a Tom, solo vi a Alberto. Es tan inteligente; no puedo imaginarme a nadie más interpretando ese papel. Es maravilloso porque somos muy viejos amigos e inmediatamente tenemos el mismo tono y las mismas ideas e instantáneamente esa conexión se siente muy fuerte, por lo que es un verdadero placer trabajar con él. No solo es encantador, sino que también es extremadamente talentoso.
-¿Tiene alguna escena favorita de Victoria?
-Hay un momento en el episodio cuatro con el Penny Black (el penique negro, el primer sello postal de la historia). Es una de mis escenas favoritas. A lo largo de los años, Daisy (Goodwin), nuestra escritora, ha trabajado en todas las nuevas tecnologías que entran en juego. Una de ellos es el sello. Vemos la invención de eso y cómo lo pegas en la página. Tienes que lamerlo. Eso significaba que tenías que lamer la cara de la Reina para enviar un correo. Es una escena muy inteligente y encantadora.
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