La vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar fue corta, repleta de dinero y por sobre todas las cosas brutal. Por ello su leyenda ha sido motivo de interés y aún sigue presente en varias series y documentales. La primera recreación vía TV sobre este personaje -para muchos la más completa de cuantas se han hecho hasta ahora- data de 2012 y se titula Pablo Escobar, el patrón del mal, que luego de obtener un éxito arrasador en Colombia, obtuvo la misma resonancia en cuanto a sintonía y crítica en todos los lugares en donde se ha transmitido.

Casi 10 años después de su irrupción televisiva, Pablo Escobar, el patrón del mal acaba de llegar a la pantalla de A&E, donde se presenta desde el pasado 12 de julio. Es la primera vez que este particular híbrido entre serie y telenovela, grabado totalmente en exteriores, se pasa completo en TV paga. Consta de 74 episodios realizados por Caracol Televisión, cadena pionera en cuanto a las series ambientadas en el mundo del narcotráfico. A&E ofrece un acceso a diez episodios por semana, cinco los domingos y cinco de lunes a viernes -uno cada día- a las 9:00 pm, hora de Venezuela.

Partiendo del best seller La parábola de Pablo, del periodista y escritor colombiano Alonso Salazar, mezcla ficción y realidad en un relato atrapante. La actuación de Andrés Parra como Pablo Escobar solo puede ser calificada de brillante. Logra captar fielmente cómo una persona básicamente honesta, en circunstancias terribles es llevada hasta la crueldad. Parra logra componer un personaje bonachón con su familia y su entorno íntimo, pero también sumamente despiadado con sus enemigos, o a quienes consideraba como tales. Aquí la crueldad se enmascara bajo frases graciosas y escenas risueñas. Estos contrastes son los que enriquecen el relato revistiéndolo de un eficaz ritmo narrativo.

Al ser un formato que permite muchos capítulos, se puede ahondar en los distintos momentos de la vida de Escobar, desde su infancia con carencias, pasando por su ascenso como traficante menor que ayudaba a la gente de su barrio, la llegada de la cocaína a su vida, con su dinero a montones y las diferentes formas de llevarlo a otras tierras; hasta la guerra que desató para no ser extraditado a Estados Unidos y su muerte. Todo ello está cabalmente plasmado en El patrón del mal. Incluso los personajes secundarios logran empatizar a la gente. Así lo hizo el actor Anderson Ballesteros con su interpretación del sicario Chili, que siendo un asesino despiadado conmueve con su caída, lo cual ha llevado a muchos a calificar exageradamente a esta producción como “apología del delito”. Creemos más bien que es otro de los muchos méritos de un guion bien planteado y construido.

Una serie, hay que decirlo, que merece verse, aunque haya algunos anacronismos y una mirada hasta benevolente en ciertos aspectos de la existencia de Pablo Escobar, uno de los criminales más peligrosas que haya conocido el mundo. Esa contradicción no deja de ser fascinante.
@aquilinojmata