A CONTROL REMOTO
50 años de “Mediterráneo”, obra cumbre de Serrat
Del disco de Joan Manuel Serrat escribió el crítico español Alberto Bravo: “Trascendió y elevó la canción española a la categoría de envidiable forma de arte”
Uno de los álbumes más importantes de la música española en el siglo XX cumple 50 años. Se trata de Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat. El tema que da título a este disco emergió rápidamente como un éxito que ha trascendido generaciones y aparece en lugares preferentes en todos los listados de popularidad. Se inscribe en la línea del folk desarrollada por los cantautores en boga en esos primeros años 70, en la línea internacional de Bob Dylan o Violeta Parra y de la que en España Serrat empezaba a ser abanderado, aunque muy inspirado por los franceses Jacques Brel y Georges Brassens.
Serrat tenía en aquel momento 28 años y había publicado ya varios discos de larga duración (LP). Se había dado a conocer como uno de los miembros de Els Sezte Jutges, grupo de cantautores en lengua catalana que trataban de reivindicar su cultura ante la marginación a la que la sometía el régimen franquista. Publicó tres discos como miembro de este grupo, hasta que en 1969 grabó en castellano La paloma, lo que le supuso un cierto alejamiento del público más catalanista. Ese mismo año fue excluido como representante de España en el Festival de Eurovisión, por querer cantar en catalán el tema La, la, la, lo cual le ocasionó censuras, vetos y boicots en medios de comunicación.
Que decidiera después dedicar discos a los poetas “peligrosos” para el régimen, Antonio Machado y Miguel Hernández, no ayudó a que en esas instancias lo miraran mejor. Así, apenas pudo promocionar Mediterráneo, lanzado en 1971. Pero pese a ello fue número uno en ventas en su país. Las 10 canciones del elepé, grabado en Milán y con una duración de 33 minutos y 49 segundos, son originales del cantautor, salvo Vencidos, en la que adapta un poema de León Felipe.
Junto al tema que da nombre al álbum -el primero de Serrat en castellano concebido como obra total- se encuentran varios más que se convertirían también en emblemas por excelencia de su repertorio, como Aquellas pequeñas cosas, La mujer que yo quiero, Pueblo blanco, Qué va a ser de ti y Tío Alberto.
Serrat tenía en aquel momento 28 años y había publicado ya varios discos de larga duración (LP). Se había dado a conocer como uno de los miembros de Els Sezte Jutges, grupo de cantautores en lengua catalana que trataban de reivindicar su cultura ante la marginación a la que la sometía el régimen franquista. Publicó tres discos como miembro de este grupo, hasta que en 1969 grabó en castellano La paloma, lo que le supuso un cierto alejamiento del público más catalanista. Ese mismo año fue excluido como representante de España en el Festival de Eurovisión, por querer cantar en catalán el tema La, la, la, lo cual le ocasionó censuras, vetos y boicots en medios de comunicación.
Que decidiera después dedicar discos a los poetas “peligrosos” para el régimen, Antonio Machado y Miguel Hernández, no ayudó a que en esas instancias lo miraran mejor. Así, apenas pudo promocionar Mediterráneo, lanzado en 1971. Pero pese a ello fue número uno en ventas en su país. Las 10 canciones del elepé, grabado en Milán y con una duración de 33 minutos y 49 segundos, son originales del cantautor, salvo Vencidos, en la que adapta un poema de León Felipe.
Junto al tema que da nombre al álbum -el primero de Serrat en castellano concebido como obra total- se encuentran varios más que se convertirían también en emblemas por excelencia de su repertorio, como Aquellas pequeñas cosas, La mujer que yo quiero, Pueblo blanco, Qué va a ser de ti y Tío Alberto.
En cuanto a Mediterráneo, la canción, entre otras distinciones, fue elegida como la mejor del pop español de todos los tiempos, en un concurso convocado por Televisión Española (TVE). Por otra parte, la influyente revista Rolling Stone, auténtica biblia de la música popular, destacó que “es una obra que no puede faltar en la discoteca de ninguna persona aficionada a la música de calidad y, si se quiere, a la historia contemporánea española”.
Como bien lo escribió el crítico español Alberto Bravo en torno a este disco indispensable: “Había -y sigue habiendo- muchas cosas distintivas en este memorable álbum: temas extraordinarios, uno por uno, una voz cargada de profundidad, extremo cuidado de los textos, unidad musical, un tono… Pero el sutil salto de calidad era la autenticidad. Nadie había hecho nada así, nadie había sido capaz de generar más de una decena de composiciones fuera de serie (Tu nombre me sabe a yerba, Penélope, Fiesta y más), pero con las de 1971 fue mucho más allá. Trascendió y elevó la canción española a la categoría de envidiable forma de arte”.
@aquilinojmata
Como bien lo escribió el crítico español Alberto Bravo en torno a este disco indispensable: “Había -y sigue habiendo- muchas cosas distintivas en este memorable álbum: temas extraordinarios, uno por uno, una voz cargada de profundidad, extremo cuidado de los textos, unidad musical, un tono… Pero el sutil salto de calidad era la autenticidad. Nadie había hecho nada así, nadie había sido capaz de generar más de una decena de composiciones fuera de serie (Tu nombre me sabe a yerba, Penélope, Fiesta y más), pero con las de 1971 fue mucho más allá. Trascendió y elevó la canción española a la categoría de envidiable forma de arte”.
@aquilinojmata
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones