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Injusticia e inquisición

La opinión pública, entre los medios de comunicación y las redes sociales, se ha convertido en un tribunal implacable donde no hay espacio para la duda o la posibilidad de rehabilitación, menos aún el perdón...

  • JORGE SAYEGH

14/05/2021 05:03 am

Quien todavía pretenda decir que los hombres no hemos abusado sistemática y estructuralmente de las mujeres desde el principio de los tiempos es, en el mejor de los casos, un desinformado o, en el peor, un machista irredento.

Desde que comenzó lo que llamamos civilización -y podemos suponer que incluso antes- la mujer fue considerada, en la inmensa e insistente mayoría de los casos, un ser inferior supeditado a la voluntad y poder del macho de la especie. De hecho, parte de su patrimonio. Hasta hace apenas un siglo, la sociedad, por costumbre o por ley, le menoscababa el derecho a la educación o la propiedad.

Y el más perverso de los abusos ha sido el sexual, porque la estructura de dominación construida alrededor la filosofía de la testosterona se entendía como “natural”. Sólo después de que la II Guerra nos desangrara mundialmente, se empezaron a cuestionar tradiciones inmemoriales como, por ejemplo, matar civiles desarmados. Ya no todo se valía “en la guerra y en el amor”.

Entonces el abuso sexual contra las mujeres empezó a legislarse no como un “asunto de honor”, sino porque se trataba de un acto violento. Sin embargo, el sistema judicial ha fallado. Una y otra vez, los juicios de esta índole resultaban más un escarnio contra la víctima que un castigo contra el delincuente. Aceptémoslo, la justicia no sólo no ha funcionado en este aspecto, ha consolidado el poder masculino.

Por eso hoy estamos experimentando la única solución ante la ausencia de justicia: la venganza. La opinión pública, entre los medios de comunicación y las redes sociales, se ha convertido en un tribunal implacable donde no hay espacio para la duda o la posibilidad de rehabilitación, menos aún el perdón. Con una intolerancia digna de la Santa Inquisición, la sola acusación es, de por sí, el veredicto de culpabilidad.

Quizás hasta ahora ha sido la única solución, pero tenemos que encontrar otra, porque la retaliación como único remedio habla muy mal de todos como seres humanos.
 
@JorgeSayegh
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