La teoría relativa al campo administrativo, como en toda ciencia social, está sujeta a varias perspectivas, pero lo faltante en la enseñanza es entender el qué propio de la administración, no el abordaje de los cómo que han enraizado un supuesto instrumental, según el cual, son necesarios innumerables cursos de cada área organizacional para convertirse en un profesional cabal.

La historia de las ideas permite abordar la problemática: una tendencia administrativa es anglo-americana, tomada de la economía, que asume el supuesto de pensar el contenido del trabajo; la otra es francesa, entendida por Bonnin como un aspecto esencial a ser considerado por el gobierno de los Estados: la Administración pública trata sobre la previsión y ejecución de la acción gubernamental, el Derecho vela porque esas acciones sea realizables de acuerdo a la justicia. Tanto Adam Smith como Jean-Charles Bonnin constituyeron a las ciencias económica y administrativa, respectivamente, desde la evolución de las Ciencias Camerales del Estado absolutista: la Cámara era un grupo de asesores en aspectos de economía estadal, finanzas públicas y policía (reglamentos para normar las actividades comerciales, de cada aspecto de la vida social, así como del orden y la seguridad pública).

La primera tendencia es asumida por Frederick Taylor (1911) quien sostiene que el management científico, que entiende el trabajo como ‘tarea’, tiene por objeto constituir un sistema planificado y coordinado de tareas controladas por una jefatura manejadora (yo pienso-tú haces). La segunda tendencia enfoca el ente mediante el cual se ejecuta un obrar mancomunado para realizaciones tangibles, siendo denominado ‘empresa’ por Henri Fayol (1916), i.e., dos o más personas emprendiendo en común algo; u ‘organización’ por Chester Barnard (1938): el ‘locus’ de la acción en sociedad, sea económica o de otro tipo, requiere ser constituido de manera consciente, cooperativa y orientado por propósitos que aglutinan aspectos económicos, comerciales, sociales y morales. Esta segunda tendencia asume una jefatura no-manejadora con el ejercicio del poder-con, en lugar del poder-sobre propio del manejo en cualquiera de sus formas. Puede inscribirse a Alfred P. Sloan (1963) en esta segunda tendencia, pues él afirma que, en organizaciones complejas, la responsabilidad directiva es generar rectoría para coordinar la ejecución mancomunada mediante políticas empresariales que respeten el ámbito de decisión y ejecución de cada uno de los niveles de la organización. Ambas tendencias suponen la ponderación de actos reflexivos para alcanzar fines: la gerencia, pública o privada, es este aspecto.

Cecilio Acosta, ese insigne venezolano poco estudiado dijo: “La administración comprende la policía, la justicia ordinaria cuando se quiere que termine en círculos, las subsistencias, el orden público, el fomento, en suma, de todos los ramos de la acción colectiva e individual que están dentro del círculo social, que es, mientras la acción no es perturbadora, casi indefinido; mientras que la política es la circunferencia del círculo, que limita porque modera, y modera porque define…La administración representa la acción multivaria, la política la acción armónica; la una se difunde, la otra se condensa; la primera es expansiva, la segunda concentradora” (Leyes secundarias, 1869).

juliaalcibiades@gmail.com @ juliaalcibiades