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La pandemia perturba el juicio de las gentes y los Gobiernos

El Gobierno debe rescatar su seria y exitosa acción inicial, advertir y olvidar la zalamería

  • ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS

15/04/2021 05:00 am

La Covid 19, con su terrible implicación, impacta la sensatez de personas que, en todas las latitudes y longitudes, se han visto amenazadas por la mortal enfermedad y aisladas en diversa forma. También a los gobernantes, sobre quienes pesa la responsabilidad eminente de salvar a sus pueblos.

La cuarentena prolongada supone una fuerte repercusión psicológica de variable gradación y muchas veces daños a la salud mental. Elke Van Hoof, profesora en Psicología de la Universidad de Vrije en Bruselas y especialista en estrés y trauma, asegura que “es el mayor experimento psicológico de la historia (…) el estrés tóxico es abrumador, un 40% y un 50% de la población (…) el 30% se siente muy estresado (…) sufren burnout (agotamiento)”. Y concluye en que “tenemos resiliencia la mayoría de nosotros”, lo cual no es así porque es evidente que la mayoría no es capaz de afrontar bien sus problemas; la presión los agobia y por eso hay muchos problemas por estrés, cuyo efecto es devastador para la sanidad emocional como lo probó aquel famoso médico inglés, creador de la “teoría del stress”…

En ese orden de ideas escribí en mi artículo “El año 2020 fue un gran pedagogo”, en El Universal del 7-1-2021:

“En el dolor nos hacemos”, como enseñó Ortega y Gasset con hartura de razones. Nada como el sufrir para inspirar mucha honda reflexión y forzar u obligar a ver la vida en su nuda realidad, para lo cual es indefectible prescindir de la superflua frivolidad y dar valor a la sustancia de las cosas y tener prudencia y madurez. Y eso es exactamente, para ver la actual circunstancia luctuosa o gran tragedia mundial con una óptica muy optimista, lo que, además del inmenso dolor universal producido, acarreó la pandemia. Con pasmo de la población cosmopolita, golpeó la Covid-19 con gran fuerza e hízole ver a la orgullosa especie humana cuan frágil e indefensa es”.

Hay una mayoría que no tiene interés en acrecer el conocimiento, ejercitar así el talento y mejorar como personas. Sirva como ejemplo el que no leen y por eso, además, tienen pésimo manejo idiomático oral y sobre todo escrito hasta muchos “letrados” abogados y escritores… Los problemas –como el encierro– los desasosiega y desajusta su personalidad. La ignorancia se combate con la educación.

Los Gobiernos –sobre todo en la hora de ahora– se debaten acerca de aplicar medidas restrictivas sin complacencias o propiciar el relajamiento con tal de que no los acusen de “tiranos”…El filósofo e historiador israelí Yuval Noah Harari afirmó que la elección es “entre vigilancia totalitaria y empoderamiento ciudadano”. Agrega que asistimos a medidas extremas de control de la población por parte de distintos gobiernos. Algunas en China lograron tal éxito que ahora no hay ni un solo contagiado al día. Pero otros son sistemas en teoría libres (Hungría, Israel) cuyas disposiciones invasivas los acercan a lo que hoy se da en llamar “democracia iliberal”.

El Gobierno ha de imponer medidas estrictas y actuar con decisión y rapidez. Hasta el Carnaval tuvo gran éxito en frenar al Covid 19; pero aflojó y, vaya coincidencia, llegó la variante brasilera P1 y P2 que, se asegura, ya constituye el más grave linaje y por ello resistente a todas las vacunas por haber mutado a lo más resistente. El presidente Maduro afirmó el domingo pasado que concluyó la cuarentena “estricta” y que fue “necesaria”; pero “necesario” es lo que soluciona un problema: el mismo día murieron diecinueve personas; la víspera veinte y el lunes “en las últimas horas” (?) diecisiete o récords sucesivos de fallecidos aquí. ¿Solución? No. Tales muy lamentables cifras (al final de dicha cuarentena) indican que hay que hacerla más estricta.

En Nueva Zelanda hay el control de la pandemia “más exitoso del mundo” y “las órdenes son las más estrictas del mundo”: control fronterizo, cierre de fronteras y cuarentena obligatoria por cuatro semanas, excepto en función de salud y seguridad; cancelación total de actividades no esenciales y cierre de comercios salvo víveres y farmacias. Sólo salir por víveres, medicinas o al médico: “Los casos de mala conducta, ruptura del encierro y absoluta idiotez, han sido señalados y avergonzados públicamente”.

También dijo el presidente que esta semana es “flexible”… ¿Esto es prudente? El linaje P1 y P2 es mucho más contagioso y más agresivo que el Covid 19… Así mismo informó el presidente que el Gobierno paga hasta los medicamentos de quienes son recluidos en clínicas privadas; pero sé que los ingresados en hospitales públicos (p.ej. el Pérez Carreño) han de comprar o compraron a terceros (no a farmacias) el Remdesivir (6 ampollas) en US$ 1,360: ojalá se pudiera ayudar a todos; pero ¿cómo se le pagan medicinas a pudientes (conditio sine qua non de internarse –US$ 20,000 al inicio– en tales clínicas) mientras muchas veces no las hay en algunos hospitales? Eso no es equitativo…

El Gobierno debe retomar su acción inicial y con más determinación porque ahora el reto es mucho mayor.

aaf.yorga@gmail.com 
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