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Reflexión vital

Hace mes y medio escribí un artículo denominado Aguzar el hacha, en el cual hice énfasis en la necesidad de con frecuencia fijar un tiempo mejor a solas, para reflexionar, recargarnos, leer textos que nos ayuden a cimentar nuestra fe

  • AGUSTIN ALBORNOZ S.

04/04/2021 05:00 am

Estamos concluyendo la Semana Santa, época que en otros tiempos decíamos que era una muy buena para la reflexión. Sigue siéndolo, aunque hoy día deberíamos tomar tiempo para ello con frecuencia. Por ejemplo, hoy comparto unas reflexiones cuando hace pocos días falleció un vecino por causa del Covid-19. Lo siento mucho por él, era un hombre joven y lleno de vida, con un futuro por delante. Aunque debo reconocer que más se me parte el corazón por el dolor de ver a su esposa, una mujer joven también, quien queda con una hija y un hijo adolescentes. Este es sin duda un doloroso cuadro frecuente en estos tiempos. Y que debería llevarnos a apreciar más a nuestros seres queridos, mientras los tenemos.

Cuando sucede una desgracia, lo normal es que nuestras tendencias naturales se apoderen de nosotros. Si permitimos que eso ocurra, lo usual que sucederá luego es que nuestros temores y nuestra naturaleza transgresora tomarán el control de la situación; y de ser así pueden ocurrir otras cosas negativas que podrían empeorar el trance por el que estamos pasando. Y si llega este instante, sería de esos momentos en los que nuestras fuerzas humanas llegan a su límite, porque hay situaciones con las que sencillamente no podemos lidiar por nuestra cuenta. En lo personal esto lo afronto eligiendo adrede enfocarme en el Señor, apartando los ojos del viento y las olas, y fijando la mirada con firmeza en un Dios vivo que nos ama profundamente. Porque allí necesito pedirle ayuda a Dios y luego escuchar su voz, máxime a través de la oración y la lectura de las Escrituras.

Hace mes y medio escribí un artículo denominado Aguzar el hacha, en el cual hice énfasis en la necesidad de con frecuencia fijar un tiempo mejor a solas, para reflexionar, recargarnos, leer textos que nos ayuden a cimentar nuestra fe. Cuando dedico tiempo frecuente a mantener mis ojos y pensamientos en todas las herramientas que estén a mi alcance para entrar en una conexión viva con Dios, quizás muchas personas llamarían a esta una actitud religiosa de mi parte. La realidad es que, con todo respeto, no lo considero así, de acuerdo a lo que he venido aprendiendo a lo largo de los años; lo estimo una necesidad urgente y muy práctica. Tanto así que cuando lo hago mi perspectiva cambia totalmente. Además, he descubierto que solo en ese momento podré encontrar la felicidad sin importar mis circunstancias. Así como también que cuando la intensidad de la tormenta ha pasado, más tarde hasta anhelo la conexión que tuve con Dios durante esa tempestad.

Por todo esto, mis esperanzas ya no se basan en la posibilidad de un mañana mejor, ya que esto dependerá mucho de mis decisiones y también las de demasiadas personas. Desde hace un tiempo y en adelante mis esperanzas se basan en la seguridad de la presencia amorosa, viva e incesante de Dios en nuestras vidas. Y eso es algo que cada día que pasa estoy más seguro que nunca cambiará, incluso hasta la eternidad.

@viviendovalores
@agusal77
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