De copla en copla
Todo aquel que es buen llanero, lejos del Llano se inspira; se acuerda de su caballo, de su soga y de su silla
De nuestras coplas llaneras es muy cierto, tienen la métrica exacta del canto de la sabana, y en cada una de ellas va nuestra venezolanidad. Veamos: La copla es el sentimiento que despierta la alegría, verso que se va en el viento y vuelve en la poesía. Puede ser muy bien cantada y venir de la llanura, pero si no tiene hondura la copla no vale nada. Del alma salen las coplas, vibrantes de sentimiento; y por eso alma y cariño, hay de sobras en el viento.
Coplero que canta y toca tiene una doble ventaja: toca cuando le da gana, canta cuando le conviene. Del Llano que tanto quiero, tengo su herencia genuina; conservo la tradición, de su copla cantarina. Hay mi Llano quién pudiera con el pensamiento hablarte, las penas que estoy pasando cuando tuve que dejarte. Cómo es posible olvidar, compadre, el Llano que ha florecío con el viento en los palmares, con caballos y novillos. El águila en la montaña, y en el estero el carrao, y en los caminos del Llano, el gavilán colorado. Un atardecer llanero le pone al paisaje un toque que hace mas lindo el sendero pa' que la vista lo enfoque. Dormido sueño contigo mi querida tierra llana, y despierto imaginando que voy solo cabalgando sobre tu pampa lejana. Que bonita es mi llanura, ella me enseñó a querer; me enseñó como se sueña, a sentir y a padecer.
Coplero que canta y toca tiene una doble ventaja: toca cuando le da gana, canta cuando le conviene. Del Llano que tanto quiero, tengo su herencia genuina; conservo la tradición, de su copla cantarina. Hay mi Llano quién pudiera con el pensamiento hablarte, las penas que estoy pasando cuando tuve que dejarte. Cómo es posible olvidar, compadre, el Llano que ha florecío con el viento en los palmares, con caballos y novillos. El águila en la montaña, y en el estero el carrao, y en los caminos del Llano, el gavilán colorado. Un atardecer llanero le pone al paisaje un toque que hace mas lindo el sendero pa' que la vista lo enfoque. Dormido sueño contigo mi querida tierra llana, y despierto imaginando que voy solo cabalgando sobre tu pampa lejana. Que bonita es mi llanura, ella me enseñó a querer; me enseñó como se sueña, a sentir y a padecer.
Todo aquel que es buen llanero, lejos del Llano se inspira; se acuerda de su caballo, de su soga y de su silla. El gusto de los llaneros yo se los voy a explicá: buen caballo, buena silla y buena soga pa’ enlazá. Si ves a un llanero triste fue que lo dejó su amor, se le murió su caballo o le ofendieron su honor. ¿Donde esta mi yegua mora y mi silla de montar, mi sombrero y mis espuelas y mi soga de enlazar?
Del toro la vuelta e’ el cacho, del caballo la carrera; de las mujeres bonitas, la cincha y la gurupera. El toro pita la vaca y el novillo se retira; como el novillo fue toro, la vaca siempre lo mira. Banco largo no es tan largo, ni Apure es tan apurao; ni el Orinoco es tan ancho como lo había ponderao. Sobre el potrillo alazán cuántas veces en mi infancia me topé con tu fragancia Estero de Camaguán. Sobre los llanos la palma, sobre la palma los cielos, sobre mi caballo yo y sobre yo mi sombrero.
Sol bravo, horizonte abierto de par en par, el hato lejos y los caballos cansados. Sabaneando, sabaneando, distraigo los males míos, viendo las aves volar a las orillas del río. Lloraré cuando recuerde que te vi reverdecer, adiós caminito verde me voy para no volver. Dáme campo pensamiento y dáme rienda albedrío, pa’ enseñarle al que no sabe a rematar un corrío. La quirpa nace en el Llano como el potro cimarrón, y los llaneros la doman bajo soga y diapasón. Pajarillo, pajarillo que vives en la ribera, por qué no cantas ahora que viene la primavera. Por ruta de hojas quemadas ya marzo se fue al exilio, quiera Dios que abril nos traiga, garúas, toldos y lirios.
ppinate@gmail.com
Del toro la vuelta e’ el cacho, del caballo la carrera; de las mujeres bonitas, la cincha y la gurupera. El toro pita la vaca y el novillo se retira; como el novillo fue toro, la vaca siempre lo mira. Banco largo no es tan largo, ni Apure es tan apurao; ni el Orinoco es tan ancho como lo había ponderao. Sobre el potrillo alazán cuántas veces en mi infancia me topé con tu fragancia Estero de Camaguán. Sobre los llanos la palma, sobre la palma los cielos, sobre mi caballo yo y sobre yo mi sombrero.
Sol bravo, horizonte abierto de par en par, el hato lejos y los caballos cansados. Sabaneando, sabaneando, distraigo los males míos, viendo las aves volar a las orillas del río. Lloraré cuando recuerde que te vi reverdecer, adiós caminito verde me voy para no volver. Dáme campo pensamiento y dáme rienda albedrío, pa’ enseñarle al que no sabe a rematar un corrío. La quirpa nace en el Llano como el potro cimarrón, y los llaneros la doman bajo soga y diapasón. Pajarillo, pajarillo que vives en la ribera, por qué no cantas ahora que viene la primavera. Por ruta de hojas quemadas ya marzo se fue al exilio, quiera Dios que abril nos traiga, garúas, toldos y lirios.
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