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Brexit: Europa ecuánime

Si bien habrá una zona de libre comercio, el lograr cero aranceles para las exportaciones inglesas representa una desmejora ante los derechos de ser un miembro pleno de la UE...

  • LUIS XAVIER GRISANTI

22/01/2021 05:02 am

La Unión Europea pudo haber sido más severa con los ultranacionalistas del Reino Unido a tenor del nuevo tratado de libre comercio. El contraste en el tamaño de sus economías daba a la UE una ventaja en la negociación. El PIB inglés es de US$2,63 billones (16,8% del de la UE, primer bloque económico del mundo (US$15,6 billones).

Pero el prudente negociador francés, Michel Barnier, tuvo que hacer de tripas corazón ante la intransigencia de los enviados del primer ministro Boris Johnson. La paciencia de Angela Merkel y de Emmanuel Macron fue la pieza clave en la cuadratura del círculo.

Los negociadores de Johnson jugaron en la retórica y en los hechos con la noción de que poco les importaba un Brexit duro: un divorcio sin acuerdo el 01.01.2021. Hubo desavenencias públicas hasta la víspera. El fin se acercaba peligrosamente y los emisarios de Downing Street se arriesgaron a dejar que el tiempo pasara para obtener más concesiones.
 
Para algunos, la estrategia de Johnson fue victoriosa; para muchos, la victoria es pírrica. El pecado original no está expiado: el haber hecho un referéndum que a la larga perjudicará más a Inglaterra que a la UE. No exagera ex eurodiputado español, Alejo Vidal-Quadras, cuando afirma: “¡Qué inmenso disparate ha sido el Brexit!”!, visto el pujante comercio entre el continente y Gran Bretaña.
 
Los expertos señalan las falencias del acuerdo: los británicos perderán el derecho a la libre circulación en el continente; el Reino Unido lo ha hecho con los europeos. El mayor de los perjuicios es económico: el PIB inglés se reducirá en un 4% a raíz del Brexit, frente al nivel que habría logrado de permanecer en la UE (Oficina de Responsabilidad Presupuestaria).

Si bien habrá una zona de libre comercio, el lograr cero aranceles para las exportaciones inglesas representa una desmejora ante los derechos de ser un miembro pleno de la UE. Los exportadores tendrán que cumplir regulaciones de aduana, calidad y normas veterinarias para los países no miembros, para garantizar un “campo de juego igualitario”. Según la revista The Economist, el convenio es fuerte en el comercio de bienes y débil en el de servicios, que es el sector más dinámico del comercio mundial y constituye el 80% de la economía británica. 

@lxgrisanti
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