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Inamovilidad

La inamovilidad general es un exabrupto que parte de la idea absurda de que hay un empleador muérgano que va a botar a un trabajador que le sirve y cumple- eso no aguanta el menor análisis...

  • JOSÉ SANTIAGO NUÑEZ GÓMEZ

16/01/2021 05:02 am

En Venezuela, desde abril de 2002, hacen 19 años, prevalece un “estado” de inamovilidad laboral universal e ininterrumpida decretada por el Poder Ejecutivo; en ese mismo periodo de tiempo han cerrado más de diez mil de las más de doce mil empresas industriales que existían en el país -cuidado, esos números corresponden sólo a las empresas manufactureras que se han extinguido, y en ellos no están incluidos los miles de negocios (tiendas de ropa y calzado, de alimentos y enseres para el hogar, peluquerías, librerías, etc.) que también han cerrado en estos destructores años del chavomadurismo, incluyendo las que “se llevó en los cachos” la cuarentena, que ya va para el año y es el único recurso -que la gente no se contagie- que tiene el gobierno para enfrentar la pandemia del Covid-19, pues también ha destruido el sistema de hospitales. ¿Qué pasó con esos trabajadores? ¿De qué les sirvió la inamovilidad? Pero no sólo eso, del país se han visto forzadas a migrar más de cuatro millones de personas; la mayoría, por falta de oportunidades para los padres de familia incluidos en ese inmenso universo de la diáspora venezolana; para esa gente lo que se cerró fue el país ¡su patria! 

En Venezuela hay leyes que prevén los casos de inamovilidad que el derecho del trabajo ha logrado elaborar en base a sus principios: la mujer embarazada, los directivos sindicales (éstos desde que son candidatos y por un lapso luego que han dejado de serlo), los trabajadores que promueven la formación de un sindicato y un largo etc. La inamovilidad general es un exabrupto que parte de la idea absurda de que hay un empleador muérgano que va a botar a un trabajador que le sirve y cumple- eso no aguanta el menor análisis.

Lo aquí dicho lo sabe hasta Maduro, quien, de paso, de un tiempo a esta parte también es patrono. Pero lo que también sabe Maduro es que, más allá del sin sentido que representa la “inamovilidad general contra el patrono maluco”, ella habla -diríase mejor: canta- a una idea que desde 1974 (primer gobierno de Carlos Andrés Pérez) se vino sembrado en el inconsciente de la población, conforme a la cual su oportunidad de empleo no depende de sus habilidades, ni de su disciplina en el trabajo, sino que es un beneficio que le dan los gobernantes.

SANTINUNEZ@Yahoo.com
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