Desulfuración y reservas de petróleo
El modelo establecido permitirá una reducción estimable de la emisión de óxidos de azufre de las naves y mejorar la calidad del aire a escala mundial
A objeto de atacar la crisis climática, reducir las emisiones de gas carbónico y la contaminación, se ha propiciado una puja mundial por reducir, explícitamente, el contenido de azufre en los carburantes; durante el año 2000, EEUU culminó el programa Tier 2 Gasoline Sulfur, que redujo el contenido de azufre de la gasolina en casi un 90 %.
No obstante, la Organización Marítima Mundial ha establecido la aplicación de la norma OMI 2020, que impone el contenido máximo de azufre del fuel en cerca de unas cinco centésimas porciento en masa, lo cual supone una reducción significativa en atención al combustible de caldera empleado amteriormente. En este orden, cabe mencionar que el combustible para búnker o fueloil para estos, es un residuo de la destilación del petróleo crudo y contenía, regularmente, un porcentaje muy alto de azufre, que, al quemarse, origina elevadas emisiones GEI. El modelo establecido permitirá una reducción estimable de la emisión de óxidos de azufre de las naves y mejorar la calidad del aire a escala mundial. En efecto, este impulso continuo por eliminar las emisiones sulfurosas de los combustibles, tan nocivas, ha provocado un aumento cierto de la demanda de petróleo crudo ligero, ya que es más barato y más fácil refinar los carburantes con bajo contenido de azufre del petróleo ligero y dulce (WTI y BRENT) que del crudo pesado y ácido.
Ante tal formalidad se presenta una disyuntiva potencial y crítica para nuestras reservas de petróleo, ya que tal ánimo por mermar, notablemente, el contenido de azufre en la gasolina y otros combustibles, nos expone a nuestras vastas reservas convertirse en un activo de valor ínfimo, como resultado de evolución hacia una economía hipocarbónica.
Isaimar@gmail.com
No obstante, la Organización Marítima Mundial ha establecido la aplicación de la norma OMI 2020, que impone el contenido máximo de azufre del fuel en cerca de unas cinco centésimas porciento en masa, lo cual supone una reducción significativa en atención al combustible de caldera empleado amteriormente. En este orden, cabe mencionar que el combustible para búnker o fueloil para estos, es un residuo de la destilación del petróleo crudo y contenía, regularmente, un porcentaje muy alto de azufre, que, al quemarse, origina elevadas emisiones GEI. El modelo establecido permitirá una reducción estimable de la emisión de óxidos de azufre de las naves y mejorar la calidad del aire a escala mundial. En efecto, este impulso continuo por eliminar las emisiones sulfurosas de los combustibles, tan nocivas, ha provocado un aumento cierto de la demanda de petróleo crudo ligero, ya que es más barato y más fácil refinar los carburantes con bajo contenido de azufre del petróleo ligero y dulce (WTI y BRENT) que del crudo pesado y ácido.
Ante tal formalidad se presenta una disyuntiva potencial y crítica para nuestras reservas de petróleo, ya que tal ánimo por mermar, notablemente, el contenido de azufre en la gasolina y otros combustibles, nos expone a nuestras vastas reservas convertirse en un activo de valor ínfimo, como resultado de evolución hacia una economía hipocarbónica.
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