El mundo gobernado por los planificadores está enfrentando una crisis sin precedentes…
Si la planificación como disciplina e incluso como competencia ha ocupado un sitial de honor y autoridad en el mundo de la gerencia y el liderazgo, conservar ese poder hoy, está en juego.
Que “hay que ser planificado para poder lograr” o que “quien no se planifica entra en los planes de otros”, son parte de las ideas que solemos promover con total contundencia.
Sin embargo, nuevas premisas se le aproximan y la amenazan con quitarle el poder que ha logrado a lo largo de los años… La flexibilidad, y la adaptación, aumentan su popularidad mientras observan felices, fluidas y “cooperando”, como se caen los planes perfectos que los planificadores nos habían prometido.
De manera que todo apunta a un nuevo orden en la distribución del poder, en el que los planificadores pueden verse desplazados por los adaptadores.
Pero también podrían negociar… Podrían acordar decir la verdad… Que los planes perfectos no existen, y que la flexibilidad tiene sus límites; que es ineludible adaptar los planes, y que es necesario planear la flexibilidad.
Partiendo de ese supuesto, han surgido iniciativas extraordinarias como “Plan y Fíjate”, una propuesta de la plataforma de marketing más robusta y poderosa de Latinoamérica, conocida como EXMA, que sin tenerlo inicialmente en su “plan perfecto 2020”, adaptó sus planes para invitar a más de once mil personas de toda la región a romper un Récord Guinness en los próximos días, como el evento que reunirá a más personas planificando, simultáneamente, en toda la historia del planeta.
Es decir, la flexibilidad para adaptarse les permitió tomar decisiones oportunas y redireccionar los planes para, en definitiva, lograr los fines últimos establecidos en el plan, a través de caminos distintos a los previstos, pero con resultados aún más extraordinarios.
Visto así, claro que vale la pena planear, pero no es suficiente, ¡hay que fijarse! Estar atento a la realidad cambiante de todos los días, para adaptar cada paso y cambiar la vía cuantas veces sea necesario, siempre y cuando el destino esté claro…
Para que planificadores y adaptadores finalmente se pongan de acuerdo, en un gobierno de logros compartidos.
liderazgo@argenisangulo.com
Si la planificación como disciplina e incluso como competencia ha ocupado un sitial de honor y autoridad en el mundo de la gerencia y el liderazgo, conservar ese poder hoy, está en juego.
Que “hay que ser planificado para poder lograr” o que “quien no se planifica entra en los planes de otros”, son parte de las ideas que solemos promover con total contundencia.
Sin embargo, nuevas premisas se le aproximan y la amenazan con quitarle el poder que ha logrado a lo largo de los años… La flexibilidad, y la adaptación, aumentan su popularidad mientras observan felices, fluidas y “cooperando”, como se caen los planes perfectos que los planificadores nos habían prometido.
De manera que todo apunta a un nuevo orden en la distribución del poder, en el que los planificadores pueden verse desplazados por los adaptadores.
Pero también podrían negociar… Podrían acordar decir la verdad… Que los planes perfectos no existen, y que la flexibilidad tiene sus límites; que es ineludible adaptar los planes, y que es necesario planear la flexibilidad.
Partiendo de ese supuesto, han surgido iniciativas extraordinarias como “Plan y Fíjate”, una propuesta de la plataforma de marketing más robusta y poderosa de Latinoamérica, conocida como EXMA, que sin tenerlo inicialmente en su “plan perfecto 2020”, adaptó sus planes para invitar a más de once mil personas de toda la región a romper un Récord Guinness en los próximos días, como el evento que reunirá a más personas planificando, simultáneamente, en toda la historia del planeta.
Es decir, la flexibilidad para adaptarse les permitió tomar decisiones oportunas y redireccionar los planes para, en definitiva, lograr los fines últimos establecidos en el plan, a través de caminos distintos a los previstos, pero con resultados aún más extraordinarios.
Visto así, claro que vale la pena planear, pero no es suficiente, ¡hay que fijarse! Estar atento a la realidad cambiante de todos los días, para adaptar cada paso y cambiar la vía cuantas veces sea necesario, siempre y cuando el destino esté claro…
Para que planificadores y adaptadores finalmente se pongan de acuerdo, en un gobierno de logros compartidos.
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