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La nada y el silencio

Como este país venezolano tiene por hábito desgarrarse en el insulto y en la descalificación, esto es, se muestra incapaz de entenderse sobre el mínimo de su destino, como se muestra inepto para asumirse sobre hechos, provoca llamarlo a la nada...

  • TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ

02/12/2020 05:03 am

Es una aproximación a la nada, lo que simplemente significaría entender a la nada. En política la nada es cuando se asumen posturas que todos sabemos lo que son en sí, nada.

La palabra para describir el país venezolano es nada, porque los resultados de todas las posiciones están absolutamente claros, esto es, la nada. Nada no equivale literalmente a inexistencia. Tenemos aquí elecciones y consultas. Parménides pensó que no se puede hablar de la nada, lo que equivaldría a asumir el silencio. Heidegger se planteó "que haya algo en vez de nada”, pero dejemos de lado las disquisiciones filosóficas para quedarnos en la física cuántica y comprobar que el vacío es algo físicamente más complicado.

Con las posiciones que tenemos en nuestras narices hay matices. De una se sabe que conducirá a la nada preexistente y con la otra sabemos que habrá un cuerpo del cual conocemos de antemano toda la conformación que tendrá. La Asamblea Nacional será de mayoría oficialista, por el pecado original (oh, la teología que asoma) de persistir en la abstención. La consulta no equivaldrá a respirador ni nadie podrá asumirla como garantía de sobrevivencia.

Como este país venezolano tiene por hábito desgarrarse en el insulto y en la descalificación, esto es, se muestra incapaz de entenderse sobre el mínimo de su destino, como se muestra inepto para asumirse sobre hechos, provoca llamarlo a la nada, una en la que se presume se sentiría más a gusto. Entonces le diríamos, ante su impotencia para hacer, no hagas nada, dile no a todo, no vayas a ninguna de las propuestas que te han puesto ante los ojos, demuestra así que rechazas de manera tajante todos los entramados que tus actores políticos te construyen para tu tambaleo y que quieres nuevos escenarios y nuevos actores. Si eso se le dijese comenzaría entonces a “filosofar” sobre el suicidio, a convertir la palabra “nada” en un hashtag en las redes, unas que se llaman sociales y son tan “sociales” como esta comunidad cuya existencia aún nos empeñamos en declarar un hecho por oposición a la nada.

Es entonces necesario omitir el pecado de recomendarle, pues una idealización es irrealizable y esperar, así, la realidad ineluctable del cadavre exquis con el cual aprestarnos a entenderlo.

@tlopezmelendez
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