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El Chavo

Perdimos el manejo de nuestro destino. Antes de Chávez, las elecciones de Estados Unidos eran un evento para fans del norte. Con Chávez se volvieron más relevantes...

  • GUSTAVO LINARES BENZO

31/10/2020 05:02 am

El evento político venezolano más importante de este lustro va a ocurrir el martes, pero en Estados Unidos. Que las elecciones presidenciales de otro país, así sea el más poderoso del planeta, sean decisivas para la vida venezolana es la herencia más triste dejada por Chávez y multiplicada por sus albaceas.

La decadencia es la pérdida de autodeterminación, decía Toynbee en su magistral Estudio de la Historia. Desde que Nicolás Maduro llegó al poder, todo su gobierno, toda la vida social, la dieta y el transporte han dependido de otros. De Bolton, de los ayatolás, de Raúl o de Putin. Mendigar es pálido para describir las finanzas públicas, se cocina con leña y no es un cruzado de fin de semana y la muerte por mengua ya tiene nombre y queda en Puente Hierro. Nada puede hacer el gobierno ni casi más nadie, entre la penuria que estaba y las sanciones que llegaron.

Este apocalipsis, una semana radical, la otra también, obviamente ha dividido al chavismo en dos toletes, basta comparar los ministros de hoy con los del Presidente Chávez en cualquier gaceta oficial. Pero donde el abismo interno se vuelve crónica, es en los análisis de los intelectuales chavistas que mantienen un mínimo ético y llaman a las cosas por su nombre. Sin embargo, ninguno ha explicado como el legado fantástico del Gran Líder se volvió sal y agua en días, como pasamos de la segunda independencia a ser colonia de todas las potencias a la vez.

A pesar de su retrechería, Chávez fue el gobernante que más debilitó al país en toda su historia. Pasó veinte años pateando al tigre en los dientes, como decía Tom Clancy, y ya no estaba cuando EEUU reaccionó primero con unas tímidas sanciones, pero suficientes para desarticularlo todo, y luego, hace sólo un año, con más fuerza para ya dejar al gobierno con un ingreso anual de mil millones de dólares. A pesar de ser militar, no actuó como tal, no se preparó para la guerra, cuyo principal requisito es el dinero. Con un billón de billones no pudo ahorrar ni para un año.

Perdimos el manejo de nuestro destino. Antes de Chávez, las elecciones de Estados Unidos eran un evento para fans del norte. Con Chávez se volvieron más relevantes, pero los mismos gringos protegían a Chávez pagando a precio de oro el barril, luego de sacarlo del suelo con las asociaciones de la apertura. 

Hoy nuestra vista recorre el mundo: “y ahora, ¿quién podrá defendernos?”, como decía el filósofo mexicano.

@glinaresbenzo
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