Las amenazas de diversa naturaleza dedican los recursos a su disposición para adaptarse a la nueva realidad y alcanzar los objetivos que se propongan. Una vez más su capacidad de acelerada mutación se hace evidente.

Aunque a primera vista pareciera que la exposición a delitos violentes disminuye, no siempre es así. Por otra parte, se han incrementado otras prácticas fuera de la ley que siguen sumando víctimas. Si a esto le sumamos el comportamiento poco interesado de algunos ciudadanos por ser parte de la solución, la mezcla es bastante perjudicial. Comparto con ustedes seis medidas de prevención que, al implementarlas, minimizan la probabilidad que algunos riesgos se materialicen.

Permanezca en un lugar seguro. No sólo se trata de transcurrir la mayor parte de su tiempo en casa. Donde quiera que se encuentre, no debe olvidar medidas de protección básicas, a las que ahora se suman las de seguridad. El permanecer mucho tiempo en una instalación puede generar una sensación de rutina, de excesiva confianza o hasta de aburrimiento. Empiezan a pasarse por alto desde la activación de los sistemas de seguridad, hasta el cumplimiento de los protocolos de higiene para entrar al hogar o la oficina. Sin su participación ningún lugar es seguro.

Observar, no mirar. Las cuarentenas también implican oportunidades. Al estar más tiempo en ciertos lugares, tiene mayores posibilidades de detectar vulnerabilidades que antes pasaba por alto, o que la acelerada dinámica de la que formaba parte no le había dado el tiempo para ser detallista. Por ejemplo, puede verificar si todos los sistemas de seguridad funcionan de acuerdo con sus características, si la iluminación no requiere de sustitución de partes o si las rejas y portones no muestran señales de requerir mantenimiento. 

Atención médica. En los miembros de un grupo familiar hay requerimientos particulares de salud que deben tenerse en cuenta. Si bien la pandemia es la primera prioridad, el descuidar ciertos síntomas y no destinar los cuidados necesarios, puede agravar la situación desde el niño hasta el adulto mayor. Los centros médicos en su mayoría están aplicando medidas que restringen la cantidad de pacientes que pueden atender y por ende sus máximas capacidades. Varios profesionales de la salud están realizando consultas en modo remoto. Considerarlas puede ser una alternativa para mantenerse sano, evitar traslados y hasta ahorrar costos. Por otra parte, recuerde verificar a tiempo los inventarios de aquellos medicamentos de consumo regular. Con ello evita que las restricciones de movilidad u horarios de funcionamiento sean un obstáculo para su adquisición.

Mejor más que menos. Lamentablemente se hace muy común observar a personas que, a pesar de los anuncios, noticias e indicadores de la pandemia, no implementan medidas de prevención por muy sencillas y básicas que son. Mascarillas en las barbillas o inexistentes, un distanciamiento físico que no se cumple y una limpieza de manos que no es tal ya que no se aplica jabón, alcohol o desinfectantes. Las justificaciones van desde un insólito “la pandemia es mentira” hasta “sólo salí un momentico”, pasando por “se ve que está sano por eso no me alejo”. Usar siempre las mascarillas correctamente, lavar las manos y cumplir los procedimientos de limpieza para ropa y objetos no es algo opcional, es obligatorio si desea mantenerse sano e igual de importante, no ser el cómplice de la infección de terceros. 

 
Riesgo psicosocial. La cuarentena implica básicamente restricciones a su movilidad. Por tanto, las opciones recreativas que permiten el relacionamiento con los demás son mínimas ahora. Las depresiones, angustias, miedos, estrés y ataques de pánico son más frecuentes y numerosos. Esto a su vez pueden generar manifestaciones en el organismo tales como hipertensión, dificultades para dormir, acidez estomacal o enfermedades de la piel entre otros. Así mismo, los casos de violencia doméstica se manifiestan en un número nunca visto. Los riesgos psicosociales deben ser atendidos. No subestime los efectos que puedan tener en usted y su grupo familiar.

Aprender de lo que ocurre. Se hace necesario analizar el entorno y de ser posible identificar las posibilidades que las amenazas puedan tener éxito. Es muy útil mantenerse informado de los incidentes que ocurran y determinar si hay factores comunes a nuestra realidad. Ello le permitirá minimizar la probabilidad que se repitan y tomar acciones preventivas a tiempo.

Recuerde que, dependiendo de cada persona, los efectos de la pandemia pueden perdurar o no en el tiempo. Estar consciente de ello y solicitar la ayuda necesaria es el primer paso para minimizar los impactos.

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