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Apoyando las amenazas

Cuando se actúa despreocupadamente en lo que ha seguridad se refiere, no sólo se transforma en un ser más vulnerable, sino que se expone a la amenaza de la delincuencia e incrementa el riesgo de ser víctima...

  • ALFREDO YUNCOZA

21/09/2020 05:00 am

La característica del entorno de la seguridad ciudadana en Venezuela exige la participación organizada de las comunidades en sus diversas formas. En muchas ocasiones, las acciones que pueden y deben adelantar los ciudadanos se inician con identificar y analizar hábitos de seguridad que, al implementarlos y mantenerlos minimizan la exposición a las amenazas. Por otra parte, algunas conductas se convierten en vulnerabilidades y por tanto en multiplicadoras de potenciales víctimas.
 
Vivir en el pasado. El desarrollo de una eficiente cultura de prevención pasa por el conocimiento de las contramedidas que pueden aplicarse. Si usted no se mantiene atento a las posibilidades de protección, será presa fácil de los delincuentes. Lo que antes pudo ser una eficiente opción de seguridad no necesariamente lo es ahora. Los criminales invierten el tiempo necesario para mantenerse al día y desarrollar nuevas modalidades delictivas. No se aspira que el ciudadano sólo se dedique a la seguridad, pero sí que la tenga presente como un elemento clave en su día a día. 

No planificar. De acuerdo con su entorno, modo y condiciones particulares de vida, usted debe estar preparado a cómo actuar en situaciones riesgosas. Lo que funciona para unos puede que no sea aplicable para otros. Los criminales exitosos en su mayoría, planifican las acciones que van a llevar a cabo en contra de sus víctimas. Si bien es cierto que en oportunidades se dejan llevar y se comportan impulsivamente, están conscientes que no es garantía de lograr los objetivos.

Negar la realidad. Las principales ciudades de Venezuela se encuentran entre las más violentas del mundo, por lo que vivir en ellas tiene entre otros costos a pagar, un permanente y alto nivel de prevención. Estar conscientes de esta realidad ya es un paso positivo. Se trata de mantener un sano equilibrio emocional para no permitir que un entorno hostil afecte su salud mental, pero a su vez no desatender su protección.

Apartarse. Más que nunca el ciudadano debe hacer de la comunidad un recurso que potencie y maximice las iniciativas. Las acciones relacionadas con la seguridad siempre serán más eficientes cuando se diseñan, analizan, coordinan e implementan bajo el concepto de trabajo en equipo. No sólo permite el uso racional de los recursos muchas veces escasos y costosos, sino el contar con el auxilio de los vecinos en caso de emergencias. La solidaridad no sólo es deseable sino posible y necesaria.

Sobreestimar sus capacidades. Quien asume que el delincuente tiene una baja capacidad intelectual o de creatividad ya está en desventaja. Por pensar de esa manera se producen numerosas sorpresas desagradables. La delincuencia es una actividad que se elige por múltiples causas, pero ninguna de ellas está relacionada con falta de inteligencia. Muchos protagonistas de delitos han tenido éxito en sus actividades ilegales, debido a un alto nivel de creatividad y agudeza mental.

Enmascarar violencia con más violencia. Analizar las estadísticas, permite concluir que en casos que los individuos intentan defenderse con acciones violentas no sólo fracasan, sino que en muchas oportunidades lo pagan con su integridad o la de los suyos. El delincuente en Venezuela se caracteriza por el alto nivel de violencia y fácil acceso a armas de fuego. Cuando ataca a su víctima hace uso de esos recursos sin remordimientos, lo que sumado al factor sorpresa le otorga una innegable ventaja.
 
Pensar en gasto, no en inversión. Cuando el psicólogo Abraham Maslow desarrolló en la primera mitad del siglo XX su obra “A theory of human motivation” (Una teoría sobre la motivación humana), incluyó la pirámide que lleva su nombre. Allí se presentan en orden jerárquico, los cinco niveles de las necesidades que cruzan a todas las personas. En el segundo nivel se encuentra la seguridad que, de ser indebidamente cubierta, no permite ascender satisfactoriamente a los siguientes estratos. Pero, aunque algunos entornos más que otros, facilitan el disfrutar de la seguridad en todos los casos tiene un costo. Por tanto, de acuerdo con su realidad, en el presupuesto familiar o empresarial, la seguridad debe contar con los recursos necesarios. Cuando así sucede usted está invirtiendo en la protección del recurso más valioso de todos, las personas.

Recuerde que cuando se actúa despreocupadamente en lo que ha seguridad se refiere, no sólo se transforma en un ser más vulnerable, sino que se expone a la amenaza de la delincuencia e incrementa el riesgo de ser víctima. Cuando usted ofrece la oportunidad potencia a las amenazas y multiplica la inseguridad.

ayuncoza@gmail.com 

Twitter @alfredoyuncoza
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