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Guerra tecnológica sin ganadores

Nada parece indicar que las posiciones de Estados Unidos y China converjan para bien de la relación bilateral y el crecimiento de las actividades digitales que se realizan en el mundo. Ambos países se muestran predestinados...

  • ALBERTO JOSE HURTADO B.

19/09/2020 05:00 am

TikTok y WeChat, dos aplicaciones de redes sociales chinas que han logrado una alta popularidad a nivel mundial, son la manzana de la discordia entre Estados Unidos y China. Además, representan un nuevo campo de la guerra tecnología que llevan estos dos países por el liderazgo mundial. La decisión tomada por el gobierno estadounidense ordena a la empresa matriz de TikTok, ByteDance, vender su producto a una empresa estadounidense en un plazo de 90 días que esta por vencerse; y prohíbe a Tencent, propietario de WeChat, llevar a cabo la mayoría de sus operaciones en territorio de Estados Unidos.

Una breve caracterización de ambas aplicaciones da cuenta de una forma alternativa de permitir el vínculo entre las personas, de manera ágil, amigable y con soluciones en tiempo real a las necesidades propias de la actividad diaria de la población. Aspectos que sostienen su gran éxito, logrando, en el caso de TikTok, un seguimiento global que ya cuenta con 800 millones de usuarios y un valor de mercado estimado de entre 20 y 30 mil millones de dólares. Mientras que WeChat se caracteriza por ser una aplicación para todo uso, tanto en China como en el extranjero, que incluye noticias, entretenimiento, sistemas de pago en línea y contacto directo entre usuario ubicados en distintos lugares; que llega a 1.000 millones de usuarios a nivel mundial.

Para restringir las actividades de las empresas responsables de ambas aplicaciones se alega: 1) riesgo de alta dependencia, 2) desconocimiento del uso que se hace de la enorme cantidad de datos personales obtenidos, y 3) vulnerabilidad de la seguridad nacional. Más allá de la veracidad de estas acusaciones, las decisiones devenidas representan un precedente dentro de la era digital que el mundo vive, debido a que: a) desmitifica el “imposible” control de la Internet y de todas las actividades que en esta se realizan; b) sobresale un nuevo rol para los gobiernos dentro de las actividades digitales: utilizar su poder coercitivo para condicionar la actuación del sector privado; c) coarta el escenario que plantea la posibilidad de movilidad plena del trabajo calificado en los procesos productivos, debido a las bondades de la Internet; d) eleva la posibilidad de una mayor concentración del conocimiento y la innovación; y e) se demuestra que, incluso en esta era, los seres humanos encontramos maneras de levantar muros y barreras.

De esta manera, iniciamos una nueva etapa donde la brecha tecnológica entre los países y la disputa por el liderazgo entre Estados Unidos y China traerán, por lo menos, dos modelos distintos de gobernanza digital global. Así, el mundo deberá elegir entre la idea de “Internet limpia” que plantea el gobierno estadounidense, y la propuesta de estándares de seguridad de datos con base en la “soberanía cibernética”, realizada por las autoridades chinas. Y entre ambos extremos, cada país de manera individual podrá avanzar en lo que considere pertinente para regular y controlar el uso que en su territorio se hace del Internet.

Nada parece indicar que las posiciones de Estados Unidos y China converjan para bien de la relación bilateral y el crecimiento de las actividades digitales que se realizan en el mundo. Ambos países se muestran predestinados, en el largo plazo, a una separación estratégica y a un desacoplamiento económico y comercial, principalmente en las áreas de alta tecnología- 5G, inteligencia artificial, entre otras. Esto deja sin ganadores a la actual disputa tecnológica y pone en riesgo la masificación de las nuevas tecnologías. La imagen de una economía global cada vez más fragmentada se ve en el horizonte.

@ajhurtadob
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