La teoría de la globalización basa sus nociones en la naturaleza de los procesos transnacionales dados en diversas y/o únicas direcciones, permitiendo examinar y explicar las interacciones entre naciones y regiones del mundo. Su escuela de pensamiento radicó inicialmente en los trabajos de Robertson, y luego, como un estudio cultural moderno, en los trabajos de Appadurai (1996), Berger y Huntington (2000).

Las preguntas principales que busca responder son: 1) el cambio global es homogeneidad, heterogeneidad o ambos a la vez; 2) cuál es la relación entre lo local y global; 3) qué lo impulsa y 4) cuál es su fuerza motriz. Y en este marco se estudia el gobierno internacional, el futuro de la democracia local, el Estado y demás entidades de gobierno. Así como, los conceptos y situaciones relacionadas con la ciudad global, hombres de negocios, mercados globales, tecnología, religión, pobreza, turismo sexual, terrorismo, migración, crimen global, entre otros. Por ser todos asuntos relevantes a la globalización y a sus teorías.

También se trata de responder a las interrelaciones que existen entre estos aspectos que podrán ser homogéneos -heterogéneos y global -local, dando paso a la glocalización y a la grobalización. El primer término es la interpenetración de lo global en lo local, mientras que el segundo es la diferencia entre lo homogéneo versus lo heterogéneo en el cambio global. Ambos incorporan en el análisis el papel de los intereses, ambiciones, influencias y ganancias de las corporaciones, naciones, organizaciones y otras entidades a nivel global.

Teniendo en cuenta ambos términos, así como el rol que tienen las organizaciones y los Estados modernos, George Ritzer plantea la globalización de la nada. Esto debido a que la glocalización se relaciona con aspectos que contraponen la expansión de la nada. Mientras la grobalización se asocia al proceso que permite la expansión de la nada. Nada interpretada como la ausencia de cultura, de relaciones sociales y económicas sinceras, que aparentemente coexisten en el proceso del cambio global.

Además, porque la glocalización se basa en individuos y agentes creativos e importantes que retroalimentan y transforman la grobalización. Es decir, la transforman en mercancías y medios de comunicación como espacios de grandes fuerzas claves del cambio cultural, que no son coercitivos, sino proveedores de creación individual y grupal en áreas glocalizadas. Asimismo, la grobalización expresa homogeneidad en un mundo similar, minimizando las diferencias entre las áreas del mundo y dentro de ellas, por esto los individuos tienen poca o nula capacidad para innovar y maniobrar con el mundo grobalizado. Y así las fuerzas más grandes del cambio global tienden a aplastar o desaparecer las capacidades de los individuos y grupos para crear sus propios mundos, por estar inundados de unidireccionalidad y determinismo. De esta manera, las mercancías y los medios de comunicación son espacios y fuerzas claves de cambio cultural, consideradas como determinantes en el individuo y sus grupos.

En este sentido, cuando la exportación de uniformidad, homogenización y purificación representa más que una nada, termina siendo la esencia del país que lo exporta. Por ende, el cambio global está en la capacidad que tiene el individuo o grupo para adaptarlo a su realidad. Entonces, no se trata de interpretar de manera unidireccional la realidad, ya que la glocalización y la grobalización evidencian la capacidad o incapacidad que socialmente tiene un país para recibir, optar y adaptar el cambio global derivado de una exportación. En este caso, la identidad permanece cuando pegas figuras de anime con la plancha de vapor de tu mamá.

@zerpasad