Como un ciclo ideológico que vuelve a repetirse, Nicolás Maduro, “igualito” como lo hacía Hugo Chávez, ordenó el pasado miércoles que se retome el concepto de conucos como base fundamental de la producción agrícola venezolana. Así lo comentó en una transmisión televisada sobre la llamada gran misión Agrovenezuela, una de las cientos que no funcionan. “Tenemos que asumir el concepto del conuco como proyecto. En todas las escalas, desde la familiar hasta la gran producción”, expresó con un tono de convicción, como lo haría un estadista que ha dado en el clavo, al decidir a dónde conducir al país.

Luego de reconocer el desastre que tienen con la agricultura, Maduro regañó al ministro de Producción Agrícola y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, a quien encargó de la misión, de crear mecanismos para la protección de los campesinos.

Para completar el plan no hubo mejor recomendación que recurrir a los militares para apoyar la novedosa propuesta: “La Fuerza Armada Nacional Bolivariana tiene que ser pueblo productivo en el campo. Vamos a proteger al pueblo, a defender al pueblo”, dijo. Desde luego que, aunque no lo dijo, seguramente se incluirá un mecanismo para apartar de las filas castrenses a todos aquellos uniformados que están siendo denunciados por extorsión y les cobran a los camiones que transportan alimentos una cuota (en especies o en dólares) para poder llegar a los mercados.

Para completar la idea, ofreció que aparecerán de nuevo las semillas que más nunca se vieron cuando expropiaron a Agroisleña. Y así ofreció: “Vamos a hacer una reconfiguración completa de los vértices de la misión. La tierra, la semilla, el conuco en todas las escalas y el petro deben ser cada uno de los vértices de la misión. Eso tiene que estar listo para presentarlo el próximo miércoles (12 de agosto)”.

Desde hace días se venía anunciado un nuevo plan económico y seguramente este plan de recuperación de la agricultura debe formar parte de las propuestas que se harán la próxima semana.

Pero no solamente Venezuela se dirige velozmente hacia el conuco como modelo económico sino que en la educación se orienta hacia el mismo rumbo. Por eso también se planteó la necesidad de llevar estos planes a las escuelas y poner a los niños a sembrar: “la labor de los niños en los conucos, huertos y la agricultura urbana, educa más ética y moralmente que los libros”. Quizás estas fórmulas serán llevadas a las devastadas universidades nacionales, ahogadas económicamente, expuestas al hampa, en donde las bibliotecas sucumben bajo las cenizas.

Si bien Venezuela hoy forma parte de una alianza internacional que se ha enfrentado al modo de vida de las democracias, sus aliados como China, Irán y Rusia no comparten el conuco como modelo. China ha convertido sus principales ciudades en urbes tecnológicas y aspira a desplazar a Estados Unidos como poder mundial; Rusia busca imponerse como fuerza militar, mientras extiende sus negocios, al igual que China, en toda la Europa occidental y Latinoamérica; mientras Irán, que ha venido al rescate de Maduro, ha invertido grandes recursos en planes educativos e intenta aumentar su poder militar con sus planes nucleares.

Para estas tres potencias autocráticas el hecho de que 80% de la población venezolana pase hambre, es un asunto secundario. El interés geopolítico y los inmensos recursos que posee el país, son suficientes razones para respaldar al gobierno de Maduro. Sin embargo, como buenos capitalistas “salvajes”, cada ayuda tiene un precio, en oro, en concesiones mineras, o en petróleo. Cada dólar que se nos presta queda registrado en sus libros contables.

Por cierto, el economista Jesús Casique nos recuerda que la gasolina iraní que nos traen, que se vende en dólares: la de 95 octanos aumentó en más de mil seiscientos millones % al subir a $ 0,50. Así es el socialismo del conuco.

@folivares10