Entre tantos sucesos, en medio de un mundo convulso, pasó desatendido el hecho más importante: la Unión Europea, a todos los efectos prácticos, acaba de emitir deuda consolidada respaldada por todos sus países miembros. Dentro de las políticas fiscales de estímulo a la economía afectada por la pandemia, la Unión, luego de una maratónica sesión de cinco días, decidió otorgar subsidios y préstamos por trillones de euros a los países más golpeados. Lo novedoso es que el dinero se obtendrá por endeudamiento mutualizado de la propia Unión.
Este paso gigantesco, impensable hace meses, acerca notablemente a la UE a ser Estados Unidos de Europa. Lo que comenzó siendo una mera unión aduanera de pocos países luego de la Segunda Guerra Mundial, y que se fue convirtiendo en el mayor espacio económico mundial, empezó el milenio con una moneda única, y veinte años después emite deuda pública. En términos de elemental teoría política, sólo faltan impuestos y ejército europeos para que debute en el mundo el Estado más grande que haya existido, en términos económicos y culturales, y seguramente en términos de poder de fuego muy pronto también.
Es la mejor noticia de este año horrible, causada además precisamente por la pandemia: la necesidad del esfuerzo ya no conjunto sino unánime, de un solo Estado, frente a las gravísimas consecuencia del Covid-19. Un solo gran Estado europeo, que era la pretensión inconsciente de De Gaulle y Adenauer al comienzo, derrotada en los referendos populares adversos a la constitución de Europa en los tempranos dos mil, renace ante una crisis inimaginable y existencial. Para el bien de toda la humanidad.
Para el bien de toda la humanidad, desde que la gran potencia mundial, Estados Unidos pero de América, decidió aislarse del mundo hace cuatro años. Europa, de seguir este camino, se convertirá más pronto que tarde en el nuevo líder mundial, haciendo el contrapeso a la renovada China imperial. Gracias a los esfuerzos de Alemania y Francia, Europa puede ser el germen del gobierno mundial que la globalización hace cada vez más necesario.
La pandemia es la prueba definitiva de que la humanidad necesita un gobierno planetario, como intuía Kant y hoy piden Ratzinger y Habermas, entre tantos. Europa es la única que puede darle forma humana, libre y democrática. Está empezando.
Este paso gigantesco, impensable hace meses, acerca notablemente a la UE a ser Estados Unidos de Europa. Lo que comenzó siendo una mera unión aduanera de pocos países luego de la Segunda Guerra Mundial, y que se fue convirtiendo en el mayor espacio económico mundial, empezó el milenio con una moneda única, y veinte años después emite deuda pública. En términos de elemental teoría política, sólo faltan impuestos y ejército europeos para que debute en el mundo el Estado más grande que haya existido, en términos económicos y culturales, y seguramente en términos de poder de fuego muy pronto también.
Es la mejor noticia de este año horrible, causada además precisamente por la pandemia: la necesidad del esfuerzo ya no conjunto sino unánime, de un solo Estado, frente a las gravísimas consecuencia del Covid-19. Un solo gran Estado europeo, que era la pretensión inconsciente de De Gaulle y Adenauer al comienzo, derrotada en los referendos populares adversos a la constitución de Europa en los tempranos dos mil, renace ante una crisis inimaginable y existencial. Para el bien de toda la humanidad.
Para el bien de toda la humanidad, desde que la gran potencia mundial, Estados Unidos pero de América, decidió aislarse del mundo hace cuatro años. Europa, de seguir este camino, se convertirá más pronto que tarde en el nuevo líder mundial, haciendo el contrapeso a la renovada China imperial. Gracias a los esfuerzos de Alemania y Francia, Europa puede ser el germen del gobierno mundial que la globalización hace cada vez más necesario.
La pandemia es la prueba definitiva de que la humanidad necesita un gobierno planetario, como intuía Kant y hoy piden Ratzinger y Habermas, entre tantos. Europa es la única que puede darle forma humana, libre y democrática. Está empezando.
@glinaresbenzo
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