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Luis Fernando Ramírez Cadavid

Personaje de una humanidad imponente y una cultura inmensa. Debido a su corporalidad y vitalidad era mejor conocido como “el gordo”. Gran corazón y clara cabeza

  • JOSÉ ANTONIO GÁMEZ E.

15/07/2020 05:00 am

“Nadie escoge a su familia o a su raza, cuando nace, ni el ser rico, pobre, bueno, malo, valiente o cobarde. Nacemos de una decisión donde no fuimos consultados, y nadie puede prometernos resultados. Cuando nacemos no sabemos ni siquiera nuestro nombre, ni cual será nuestro sendero, ni lo que el futuro esconde. Entre el bautizo y el entierro cada cual hace un camino, y con sus decisiones, un destino. Somos una baraja más de un juego que otro ha comenzado, y cada cual apostará según la mano que ha heredado. La vida es una puerta donde no te cobran por la entrada, y el alma es el tiquete que, al vivir, te rasgan cuando pagas. Y cada paso crea una huella, y cada huella es una historia, y cada ayer es una estrella en el cielo de la memoria”. (Rubén Blades, Vida)

Hay escritos que solo se desean comenzar, aunque sea inevitable tener que terminar. Al comenzar este artículo, todavía Luis Fernando se encontraba entre nosotros. Luego, la enfermedad del indeseable “bicho chino” nos lo llevó. Junto con sus sueños y nuestros deseos de verlo recuperado. He de confesar que nunca fui el más cercano a Luis. De hecho la última vez que nos vimos en el rencuentro de los veinte años de graduados, me dijo “José soy Yo, soy Luis Carora”. Frente a ese cariñoso recordatorio no me quedó más, que darle un gran abrazo para tratar de reparar mi falta de memoria.

Afortunadamente, esa intimidad con el amigo, no siempre es necesaria para descubrir todo lo que se tiene en común y se comparte de corazón. Para algunos, es más que suficiente encontrar innumerables testimonios y experiencias compartidas con tantos otros compañeros. Podemos afirmar que Luis fue un ser especial. Un miembro singular de esa gran familia de la XXX promoción de médicos de la UCLA. Esa familia que algunos hemos recibido, como un don totalmente inmerecido y apreciado.

Ser hombre
“Y la marea del tiempo lleva y trae nuestras contradicciones, y entre regreso y despedida cicatrizan los errores. Y cada amigo es la familia que escogemos entre extraños, y entre la espera y el encuentro uno aprende con los años que solamente a la conciencia nuestro espíritu responde, y que una cosa es ser varón y otra es ser hombre”.

Traumatologo ortopedista, fellow en columna. Médico cualificado y comprometido con su gente. Con un sentido de lo familiar y lo social, que no tenían nada de postizos. De esa autenticidad y arraigo tan propia de los caroreños, que aman su terruño como a la tierra entera. Hijo de su tierra y de su tiempo. Aunque nació en Medellín Colombia, no recuerdo a un caroreño tan típico como Luis Fernando. Era conocido entre muchos de nosotros, sus compañeros durante los años de estudios, con el entrañable apodo de “Carora”, “Luis Carora”.

Personaje de una humanidad imponente y una cultura inmensa. Debido a su corporalidad y vitalidad era mejor conocido como “el gordo”. Gran corazón y clara cabeza. Ese compañero alegre, acogedor y amable, que siempre tiene una salida ocurrente. El chiste a flor de piel. La celebración cercana. El abrazo apretado. La solidaridad sincera. Hombre de una pieza y de palabra. Amigo fraterno y leal que es recordado, por su incondicional presencia y compromiso. Siempre dispuesto a la atención del que lo requería. Abierto a todo aquel que necesitara recibir la atención de un genuino representante de esa ciudad de insignes galenos.

La respuesta
“Nadie escoge a su familia, o a su raza, cuando nace, ni el ser bueno, malo, lindo, feo, inocente o culpable. Del nacimiento hasta la muerte toda vida es una apuesta: de nuestra voluntad depende la respuesta..” El pasado tres de mayo nos correspondía celebrar los 25 años de graduados. Antes de que se desatara la pandemia y nuestro presente cambiara por completo. Nos preparábamos para otro rencuentro conmemorativo. La Providencia dispuso que este año, que debe ser de celebración, nos toque celebrar la vida de nuestro compañero Luis Fernando. Una vida como la suya, cuando llega a su fin, solo merece ser celebrada.

Hay celebraciones que se hacen al ritmo de la música y las risas. Existen otras que transcurren entre oraciones y lágrimas. Dios ha dispuesto que celebremos este aniversario tan señalado de una forma diferente. Recordando y añorando en lo profundo del corazón la vida y la compañía de otro amigo que se va. De otro ángel que vuela alto. De otro colega que señala el camino. De uno de nosotros que todavía tenía mucho que dar y que seguramente seguirá ayudando desde donde esté. Participando del incondicional cariño y fraternidad, de todos los miembros de nuestra querida promoción. De la que no solo nos sentimos orgullosos, sino en lo personal honrado de pertenecer. Pérdida irreparable que representa un nuevo acicate de unidad y hermandad. Pura Vida.

“¡Sueño por un mundo diferente, donde nuestro amor nunca se acabe! ¡Luchen por un mundo diferente, donde nuestro amor nunca se apague!” (Rubén Blades)

jagamez@icloud.com
@vidavibra
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