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La Ciudad Universitaria

Los venezolanos nos apropiemos espiritualmente de una obra que si bien está sometida a los embates del tiempo, lo grave es que se pierda entre el desconocimiento y la desidia...

  • REINALDO ROJAS

06/07/2020 05:00 am

La universidad venezolana sigue siendo noticia. Pero de malas noticias, que dan cuenta de un deterioro institucional que nos debe llamar a todos la atención. En uno de los pasillos de la UCV se derrumbó hace días uno de los techos, foto que recorrió el mundo. Pero, parece que más allá de la sorpresa y la indignación momentánea, el suceso ya no es noticia.

La Ciudad Universitaria de Caracas es uno de los patrimonios arquitectónicos y paisajísticos más importantes del mundo. La declaratoria de Patrimonio de la Humanidad en el año 2000, es una satisfacción que obliga, que genera responsabilidades compartidas entre gobierno y comunidad. La magnitud de esta obra es tal, que no sólo la Unesco, el gobierno venezolano y las autoridades universitarias son las instancias oficiales que tienen que velar por su mantenimiento. Es una responsabilidad que nos involucra a todos.

En términos generales, un poco para ilustrar a nuestros lectores, permítanme aportar algunos datos acerca de esta obra y su importancia. La Ciudad Universitaria de Caracas es un complejo arquitectónico construido en plena bonanza petrolera, como parte de la acelerada modernización de Caracas en las décadas de los años 40 y 50 del siglo pasado. Iniciada en 1943, la obra se inauguró en momentos en que la UCV estaba intervenida por la dictadura militar del general Marcos Pérez Jiménez, es decir, en pleno conflicto entre el gobierno y la universidad.

Esto puede significar que a pesar de su grandiosidad y belleza, la Ciudad Universitaria de Caracas fue una obra que no generó en aquella comunidad universitaria un verdadero sentido de identidad y pertenencia. Su valoración como campus universitario ha sido lento. Simplemente ha estado allí y nada más. Ahora bien: ¿De quién fue la idea? ¿Cómo se hizo posible? ¿Cuál es su valor patrimonial?

Sin pretender responder esas interrogantes, me parece que el derrumbe de un techo que prendió las alarmas, nos da la oportunidad de acercarnos a esta obra urbana, arquitectónica y paisajística que además de ser una “ciudad del saber” es una “ciudad del arte y de la naturaleza”.

Según señala el Dr. José Tomás Jiménez Arráiz, en su libro 34 rectores de la UCV, fue el Dr. Antonio José Castillo, Rector de la UCV entre 1937 y 1943, quien aprovechando la compra de la Hacienda Ibarra por el gobierno del general Eleazar López Contreras empezó a hacer gestiones para la construcción de esos terrenos de una Ciudad Universitaria. Aunque no vio materializada su iniciativa, ya que murió en 1946, los planes de modernización del centro de Caracas crearon las condiciones para que aquella idea se hiciera realidad.

Lamentablemente, la obra se va a inaugurar en un periodo muy crítico para la UCV, ya que entre 1952 y 1958, la universidad se mantuvo intervenida por la dictadura perezjimenista y lo que pudo haber sido un bello regalo para nuestra Alma Mater, se transformó en un acto de proselitismo que, como una especie de pecado original, selló su nacimiento.

Recordemos que en 1951 la dictadura interviene la Universidad y nombra un “Consejo de Reforma” presidido por el Dr. Jesús García Álvarez, el cual procedió en 1952 a remover a todas las autoridades universitarias, expulsando a un elevado grupo de profesores y estudiantes, algunos de los cuales tuvieron que tomar el camino del exilio. En ese ambiente de persecución, con autoridades impuestas y clases suspendidas es que se va a inaugurar en 1952 la Ciudad Universitaria de Caracas.

Con el amanecer de la democracia en 1958, los futuros ucevistas estrenarán nueva casa. A la historia de la Real y Pontifica Universidad de Caracas, con su sede en San Francisco, habrá que agregarle ahora la historia de su nuevo campus. Las dimensiones de la obra requieren estudio, pues forma parte de la transformación de aquella Caracas de los techos rojos que cae demolida por las grandes edificaciones y avenidas que se construyen a partir del “Plan Monumental de Caracas”, de 1939. En toda estas intervenciones destaca el pensamiento de Maurice Rotival, urbanista francés que llega a Venezuela en 1937, invitado por el gobernador de Caracas Elbano Mibelli. El Arquitecto Carlos Raúl Villanueva, diseñador y constructor de la Ciudad Universitaria, ya está presente en esta historia desde que en 1938 formó parte de la Comisión Técnica de la Dirección de Urbanismo de Caracas.

En el año 2000, la Ciudad Universitaria de Caracas fue decretada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Pero esa distinción no ha sido suficiente para que los venezolanos nos apropiemos espiritualmente de una obra que si bien está sometida a los embates del tiempo, lo grave es que se pierda entre el desconocimiento y la desidia.

enfoques14@gmail.com

@reinaldorojashistoriador

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