Llego la gasolina, el problema a resolver es a que precio deberá pagarse.
Lo mismo que el dólar, hasta 1983, sin fluctuar a 4.30 por bolívar. A partir de allí, todos los bienes, productos y salarios comenzaron ajustarse, pero no se incluyó a la gasolina.
Desde el Caracazo, se produjo, el terror político a asumir su sinceración. Ningún gobierno, se atrevió a modificar el precio, ni siquiera cuando el paro petrolero, que se cotizó el litro, en el mercado negro a Bs. 500, de esa fecha.
Se puede alegar, una realidad, que los ingresos por salarios son insuficientes, pero no comparar salario mínimo versus precio de la gasolina.
Lo que le importa a la persona que devengue salario mínimo, es el costo del transporte colectivo y es el que, en forma directa, debería subsidiarse.
La actual realidad venezolana, es consecuencia, del mal manejo de la economía, el de su industria petrolera, aunado a la estatización, por expropiación de múltiples actividades económicas, que eran satisfechas, por el sector privado, incluyendo la distribución de gasolina. Entonces, por qué no permitir a los privados, la compra y distribución de gasolina, como lo fue antes de su estatización con banderas de distribución criollas y extranjeras.
Ex Presidente de Fedecámaras,
Consecomercio y Cámara Petrolera de Venezuela.
@eromeronava
El precio de los productos se determina, por su costo de producción o importación, mas el de transporte, distribución, y un margen de ganancias. Esa es la formula.
Venezuela por ser un país petrolero y haber gozado de alta producción y refinación de gasolina, no vinculó su precio, al valor fluctuante del crudo.
Lo mismo que el dólar, hasta 1983, sin fluctuar a 4.30 por bolívar. A partir de allí, todos los bienes, productos y salarios comenzaron ajustarse, pero no se incluyó a la gasolina.
Cuando se decidió, hacer, el progresivo aumento, creo la excusa del Caracazo.
Con 10 billones de dólares, anuales, de perdidas para el país, se subsidió a la gasolina indiscriminadamente que benefició a pobres, ricos y contrabandistas de extracción.
Desde el Caracazo, se produjo, el terror político a asumir su sinceración. Ningún gobierno, se atrevió a modificar el precio, ni siquiera cuando el paro petrolero, que se cotizó el litro, en el mercado negro a Bs. 500, de esa fecha.
Ahora tenemos gasolina importada o cuando se vuelva a producir en Venezuela, con los valores conocidos, no hay argumentos valederos, para no sincerar el precio.
Se puede alegar, una realidad, que los ingresos por salarios son insuficientes, pero no comparar salario mínimo versus precio de la gasolina.
Lo que le importa a la persona que devengue salario mínimo, es el costo del transporte colectivo y es el que, en forma directa, debería subsidiarse.
La actual realidad venezolana, es consecuencia, del mal manejo de la economía, el de su industria petrolera, aunado a la estatización, por expropiación de múltiples actividades económicas, que eran satisfechas, por el sector privado, incluyendo la distribución de gasolina. Entonces, por qué no permitir a los privados, la compra y distribución de gasolina, como lo fue antes de su estatización con banderas de distribución criollas y extranjeras.
Ex Presidente de Fedecámaras,
Consecomercio y Cámara Petrolera de Venezuela.
@eromeronava
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