En esta pandemia del coronavirus el sector más golpeado más allá de la salud es el de la educación. Sin salud ni educación no hay posibilidad de futuro. La educación es la tarea fundamental de una sociedad y el impulso esencial para el desarrollo y crecimiento de un país. Educación y cultura son los mejores antídotos contra toda forma de opresión y el mejor freno al poder desmedido de los gobiernos, a mejor educación mejor democracia y vigencia de los derechos humanos. Con el Covid-19 y el enclaustramiento fue necesario el cese de las actividades laborales y educativas. EL debate se ha abierto en torno a la tele-actividad y al espacio virtual, comprensible y aceptable en muchas de las áreas profesionales y promovido fundamentalmente por la Organización Internacional del Trabajo, esto se incrementará más con la inteligencia artificial y la robótica.
En cuanto a educación, todos los especialistas coinciden el imperativo de la “presencialidad”, especialmente en la educación primaria y secundaria. Las legislaciones son taxativas en esta materia; a nivel universitario y de postgrado desde hace tiempo se ha promocionado el uso de las nuevas técnicas de la información y la educación como también la educación a distancia. Siguen vigentes los principios y prácticas académicas de Grecia y Roma, las cátedras de la Edad Media y las universidades del renacimiento, pero también las instituciones humanísticas y científicas en la modernidad. Esa dialéctica intelectual y física, racional y emocional entre el maestro y el alumno nuca será superada por la educación fuera de las aulas, los niños y los jóvenes no solo aprenden sino que viven la etapa de la enseñanza aprendizaje en lo académico y en lo emocional, por eso al margen de catástrofes y guerras siempre se trató de tener las escuelas abiertas a los alumnos. Hoy según la Unesco, más de la tercera parte de los educandos están sin clases presenciales, debido a la exigencia sanitaria se han cerrado desde los jardines de infancia hasta las universidades. Como estamos en la era digital con el internet y las redes digitales se ha pretendido suplantar las exigencias educativas. Es la Unesco la que ha señalado que el 90% de los estudiantes matriculados en 184 países se han quedado fuera del sistema tradicional y ha dado recomendaciones insistiendo en la complementariedad de la tecnología a distancia. La Unicef desde el inicio de la pandemia formuló sugerencias a las comunidades educativas para garantizar la continuidad en esta discontinuidad pandémica tratando de mantener en lo virtual el espíritu tradicional de la educación, por eso el incremento de plataformas en línea para maestros y estudiantes, contenidos educativos reformulados dentro de lo lúdico, mayor comunicación no solo entre el maestro y el alumnos sino entre los propios alumnos y los profesores con multiplicación de ayudas audio visuales y sistemas flexibles de evaluación; además de la necesaria asistencia psicológica para todos los miembros de la comunidad educativa. En China desde el mes de enero, el gobierno hizo pública la política de “suspender las clases sin parar la escuela”.
Recientemente se creó la"Coalición Mundial para Educación”, organizaciones educativas y empresas privadas para imaginar nuevas posibilidades en el área educativa, allí también participan empresas como Microsoft, Google, Facebook, Instagram, Amazon y Zoom. Estas nuevas tecnologías deben cuidar los riesgos que implica la pérdida del contacto directo, pero siempre bajo el supuesto de que es insustituible la educación presencial.
Esta crisis pandémica se va a prolongar, tardará la vacuna y su distribución masiva, no hay medicamentos alternativos, los rebotes del virus como ocurrió con la Gripe Española pueden ser peores por el contagio masivo. Deberíamos estudiar procesos educativos como los de los países nórdicos donde las aulas siguen estando abiertas y el contacto es permanente entre los miembros del fenómeno educativo. Deberíamos hacer nuestro el principio docente de la nación finlandesa de que el niño no es para la escuela sino que ésta es para el niño y es ésta la que debe adaptarse a todas las exigencias y circunstancias buscando nuevos caminos y alternativas. Algunos centros han eliminado la educación con evaluación, incluso proponen la eliminación de los exámenes finales generando el interés del alumno en aprender por aprender. En el tercer mundo y es nuestro caso, no contamos como en Finlandia donde el 90% de los estudiantes tienen computadoras en casa y nuestros maestros y profesores parecieran marginados del proceso de desarrollo y crecimiento social. Los padres no pueden desempeñar el papel de los maestros porque tienen sus propias exigencias. Gobiernos y empresas deben invertir más en educación ahora y después de que termine esta crisis que como decía Nassim Nicholas Taleb no es un Cisne negro porque era previsible especialmente después del Síndrome Respiratorio del Oriente Medio (MERS) del 2012 originado en Arabia Saudita y del SARS originado en el 2002 por Zoonosis.
Nada de pesimismo y mucho de existencialismo siguiendo el pensamiento de Schopenhauer porque más allá de la tristeza y la desesperación hay que encontrarle el sentido a la vida, la educación nos abre esa perspectiva.
@jcpinedap
Jcpienda01@gmail.com
En cuanto a educación, todos los especialistas coinciden el imperativo de la “presencialidad”, especialmente en la educación primaria y secundaria. Las legislaciones son taxativas en esta materia; a nivel universitario y de postgrado desde hace tiempo se ha promocionado el uso de las nuevas técnicas de la información y la educación como también la educación a distancia. Siguen vigentes los principios y prácticas académicas de Grecia y Roma, las cátedras de la Edad Media y las universidades del renacimiento, pero también las instituciones humanísticas y científicas en la modernidad. Esa dialéctica intelectual y física, racional y emocional entre el maestro y el alumno nuca será superada por la educación fuera de las aulas, los niños y los jóvenes no solo aprenden sino que viven la etapa de la enseñanza aprendizaje en lo académico y en lo emocional, por eso al margen de catástrofes y guerras siempre se trató de tener las escuelas abiertas a los alumnos. Hoy según la Unesco, más de la tercera parte de los educandos están sin clases presenciales, debido a la exigencia sanitaria se han cerrado desde los jardines de infancia hasta las universidades. Como estamos en la era digital con el internet y las redes digitales se ha pretendido suplantar las exigencias educativas. Es la Unesco la que ha señalado que el 90% de los estudiantes matriculados en 184 países se han quedado fuera del sistema tradicional y ha dado recomendaciones insistiendo en la complementariedad de la tecnología a distancia. La Unicef desde el inicio de la pandemia formuló sugerencias a las comunidades educativas para garantizar la continuidad en esta discontinuidad pandémica tratando de mantener en lo virtual el espíritu tradicional de la educación, por eso el incremento de plataformas en línea para maestros y estudiantes, contenidos educativos reformulados dentro de lo lúdico, mayor comunicación no solo entre el maestro y el alumnos sino entre los propios alumnos y los profesores con multiplicación de ayudas audio visuales y sistemas flexibles de evaluación; además de la necesaria asistencia psicológica para todos los miembros de la comunidad educativa. En China desde el mes de enero, el gobierno hizo pública la política de “suspender las clases sin parar la escuela”.
Recientemente se creó la"Coalición Mundial para Educación”, organizaciones educativas y empresas privadas para imaginar nuevas posibilidades en el área educativa, allí también participan empresas como Microsoft, Google, Facebook, Instagram, Amazon y Zoom. Estas nuevas tecnologías deben cuidar los riesgos que implica la pérdida del contacto directo, pero siempre bajo el supuesto de que es insustituible la educación presencial.
Esta crisis pandémica se va a prolongar, tardará la vacuna y su distribución masiva, no hay medicamentos alternativos, los rebotes del virus como ocurrió con la Gripe Española pueden ser peores por el contagio masivo. Deberíamos estudiar procesos educativos como los de los países nórdicos donde las aulas siguen estando abiertas y el contacto es permanente entre los miembros del fenómeno educativo. Deberíamos hacer nuestro el principio docente de la nación finlandesa de que el niño no es para la escuela sino que ésta es para el niño y es ésta la que debe adaptarse a todas las exigencias y circunstancias buscando nuevos caminos y alternativas. Algunos centros han eliminado la educación con evaluación, incluso proponen la eliminación de los exámenes finales generando el interés del alumno en aprender por aprender. En el tercer mundo y es nuestro caso, no contamos como en Finlandia donde el 90% de los estudiantes tienen computadoras en casa y nuestros maestros y profesores parecieran marginados del proceso de desarrollo y crecimiento social. Los padres no pueden desempeñar el papel de los maestros porque tienen sus propias exigencias. Gobiernos y empresas deben invertir más en educación ahora y después de que termine esta crisis que como decía Nassim Nicholas Taleb no es un Cisne negro porque era previsible especialmente después del Síndrome Respiratorio del Oriente Medio (MERS) del 2012 originado en Arabia Saudita y del SARS originado en el 2002 por Zoonosis.
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