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¡No somos sopas de nadie!

El totalitarismo utiliza todos los recursos del Estado para el dominio total. Es glorificar sus ideales en el país y estados satélites. El totalitarismo trajo los campos de concentración como una especie de “laboratorios”.

  • ORLANDO VIERA-BLANCO

24/04/2018 05:00 am

Pascal predijo: “Antes de convencer al intelecto es necesario tocar y predisponer al corazón”. El escepticismo nos invade. Si alguien se atreviera a lanzar el augurio de un pronto regreso a casa y una rápida recuperación [Venezuela], no dudo la réplica: Eres un soñador, un idealista… un optimista sin remedio. Pero aunque la realidad es tenebrosa, no es tan irreversible como nos la pintan. Hoy quiero apelar al corazón pero también predisponer la razón…

Más irreal por manipulador es la propaganda de los regímenes totalitarios para asegurar la hegemonía absoluta. Arendt apunta que el totalitarismo, “se basa en la destrucción de la realidad social no-totalitaria”. Si el objetivo no fuese antagonizar y eliminar, el régimen totalitario estaría estancado y amenazado de perder los logros conquistados. Su razón de ser es suprimir el pasado y rehacerlo a la medida del poder total. Fue la metamorfosis-histórica implementada por Chávez a la mesure. Un doloroso esquema de liquidación de todo lo que no corresponda a “la nueva historia”, al nuevo taita. Así borraron la imagen real de Bolívar haciéndolo “fundador” del partido V República o PSUV. Lo convirtieron [Bolívar] en menos mantuano, más zambo, mulato; más Aguirre, Boves o más Zamora… Han escrito una fábula de Simón Rodríguez como padre del “socialismo robinsoniano”, a Páez lo ponen de felón, a Miranda de oligarca; y más recientemente a CAP de traidor o Caldera de godo [habiendo sido precursor de la reforma laboral en Venezuela]. ¿Quién indultó a HCHF? Para el totalitarista eso nunca pasó. Como tampoco confiscaron RCTV o CNB. Del quiebre de Pdvsa dirán que fue obra del imperio. Y en medio de los batiburrillos, llegaron las apostasías de sepulcros, la excomulgación bolivariana y la hegemonía comunicacional.

El totalitarismo utiliza todos los recursos del Estado para el dominio total. Es glorificar sus ideales en el país y estados satélites. El totalitarismo trajo los campos de concentración como una especie de “laboratorios”. Para Arendt el totalitarismo son los horrores del holocausto y su conversión en las cenizas del Lager del mundo concentracionario-Dixit Alberto Sucasas-quien lo define (lager), como la transformación el hombre-sujeto en cuerpo sin alma ni subjetividad; sin yo, sin inteligencia. “Una sopa que se le mete agua con un tubo y luego se expulsa”. Nada más. El régimen totalitario va más allá del poder despótico sobre el ser humano. Necesita al hombre inútil y superfluo. Una sopa…

El método totalitario destruye nuestra capacidad de concebir un mundo mejor por estar reducidos a una “granja de cerdos”. No vemos salida. No somos nadie. No valemos nada. Liberarse, salvarse, regresar o recuperarse son quimeras. Pero la verdad es que por ser una sociedad devastada, de producirse el cambio de régimen-como lo estudia Leonard Birden en su obra Reconstruyendo economías devastadas, la recuperación sería extraordinariamente restauradora, vertiginosa y sólida.

L. Birden analiza casos de Libia, Irak, Angola, Nigeria, Los Balcanes. También EL Salvador, Honduras o Panamá (Post Noriega). Economías que registraron una pérdida hasta del 45% del PIB siendo Estados Fallidos, y rebotaron de un 20% a un 30% al año siguiente del cambio de modelo. Venezuela sería un caso sin precedentes. Iraq pasó de una producción de Petróleo de 2.250.000 B/D (1999) a 4.850.000 B/D en 2.016. [Ver trabajo de Leonardo Vera/Venezuela podría recuperarse de la debacle económica más rápido de lo que algunos suponen (Prodavinci 8/3/17). Con más de 450 mil millones de dólares en el exterior, cultura no-migratoria, en la mira de la Convención de Palermo sobre Delincuencia Organizada trasnacional a la saga de capitales sucios y repatriación forzosa; con un parque industrial ávido de reapertura y modernización; infraestructuras ansiosas de reinversión, tierras ociosas de siembra y zafra y jóvenes con voluntad de reinserción, harían del rescate país ¡un verdadero record Guinness! 

Otro método de la propaganda totalitaria es el de profecías autorrealizadas. A partir de la lógica inevitable de la lucha de clases, habilitan el exterminio. Por ejemplo en el Reichstag Alemán (enero de 1939), Hitler declaró que debió recurrir a una profecía: “si los judíos arrastraban a los pueblos a la Segunda Guerra Mundial, el resultado sería su aniquilación total en Europa”. Stalin también apeló a otra “profecía inexorable”. En su discurso ante el Buró del Partido Comunista (1930) tachó a sus adversarios de “ideológicos divisionistas de izquierda”, justificando una de las mayores carnicerías humanas. Tan pronto como ejecutó a sus víctimas uso la “profecía” como coartada retrospectiva: “Ha sucedido lo que historia disponía fatalmente”. Fidel profetizó muerte y éxodo con su “Historia me absolverá”, y Chávez con su refrito “Patria, socialismo o muerte”, la consagró [muerte]. La “excusa” fue la misma. Yo no fui, fue la historia. 

Quieren convertirnos en Zombis, en lager, en cenizas. Despertemos. No somos sopa de nadie. Parafraseando Pascal: predispongamos al corazón y sacudamos la razón. En nuestra consciencia está la salida y el rescate de Venezuela. A fin de cuenta una misión mucho más posible de lo que suponemos…y aceptamos. 

@ovierablanco   

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