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Una bendición extraordinaria

No es tiempo de mezquindades, no es tiempo de desunión. Al contrario, en estos momentos tenemos que estar fuertes espiritualmente

  • AULAR JUDITH

04/04/2020 05:00 am

El pasado jueves 27 de marzo, Su Santidad el Papa Francisco, decidió dar la bendición Urbi Et Orbi ante una desolada y nunca antes vista Plaza de San Pedro, en El Vaticano.

Esta bendición que tradicionalmente se realiza el día de la Natividad del Señor y en el Domingo de Pascua de la Resurrección, es conocida como la “Bendición Papal” y en esta oportunidad fue realizada de manera extraordinaria por estar fuera de estas fechas, acompañada además de la indulgencia plenaria a los fieles que acompañaron la solemne eucaristía a través de los medios digitales.

El Pontífice evocó al evangelio de San Marcos. “Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos”, dijo refiriéndose al gran momento por el que atraviesa la humanidad y especialmente Italia, ante la pandemia del Covid-19 (coronavirus).

Hoy más que nunca, debemos tener la esperanza y la fe de que esta pandemia que mantiene azotados los pueblos del mundo pasará muy pronto.

El mundo sucumbe ante un episodio inesperado. La humanidad se ha tornado frágil ante un elemento microscópico que parece no tener fin y que ya ha cobrado miles de vidas. “Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe. Que no es tanto creer que tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti. Convertíos”, dijo Francisco

Los destinos de las repúblicas, de las instituciones y de la humanidad en pleno, están intrínsecamente ligados a la sabiduría divina. Debemos reconocer los valores fundamentales de solidaridad, comprensión, apoyo y compromiso para poder salir adelante y levantarnos ante la tragedia.

No es tiempo de mezquindades, no es tiempo de desunión. Al contrario, en estos momentos tenemos que estar fuertes espiritualmente, como dice aquella frase “mente sana, cuerpo sano”.

Sigamos desde nuestras casas haciendo frente a esta pandemia, con las recomendaciones adecuadas e implorándole al Altísimo que tenga piedad de su pueblo, así como lo ha hecho el Papa Francisco en este evento extraordinario.

Vicerrectora Académica de LUZ

Judith.aular@viceacademico.luz.edu.ve
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