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Los héroes de la pandemia

Una terrible prueba que nos ha demostrado que muchos de los patrones humanos incorrectamente sobrevalorados, se desinflan cuando aparece una tragedia

  • DAVID UZCÁTEGUI

03/04/2020 05:00 am

A medida que aprendemos a convivir con el nuevo escenario mundial que ha sido desatado por la expansión del coronavirus Covid-19, nos vamos dando cuenta del complejo entretejido que es necesario para seguir adelante con nuestras vidas a pesar de la pandemia.

Y es que, aunque la orden del día en todas las latitudes es permanecer en casa, paralelamente muchos deben salir a cumplir con sus funciones, justamente para asegurar el bienestar de la mayor cantidad posible de gente, en el marco de estos días tan complicados.

Los héroes de primera línea son sin duda médicos y enfermeras, todos los trabajadores de la salud, quienes están exponiendo sus vidas al tener contacto directo con los afectados por este mal.

Estos profesionales se enfrentan a una amenaza desconocida y siguen adelante, arriesgándose a posibles contagios y, por lo tanto, jugándose la vida. Al momento de escribir estas líneas ya nos acercábamos al millón de casos y a las cincuenta mil muertes en todo el planeta.

Las redes sociales nos han permitido dar un vistazo a conmovedores momentos de su vida personal, como el de un enfermero que tuvo que rechazar el abrazo de su hijo, por temor a la posibilidad de contagiarlo. Tras incontables horas de ese duro trabajo que pone en riesgo su vida, no le quedó sino echarse a llorar frente al pequeño.

En numerosas ciudades se ha tomado la iniciativa de dedicarles un aplauso desde las ventanas y balcones de los hogares, usualmente a tempranas horas de la noche. Una propuesta en la cual participan masivamente y con entusiasmo las personas agradecidas por este sacrificio.

También es impresionante ver cómo quedan los rostros del personal de los hospitales del mundo, luego de las jornadas interminables con los ya omnipresentes tapabocas, que al final dejan surcos y hematomas cruzándolos.

Tapabocas que, por cierto, escasean en todo el orbe, por más esfuerzos que se estén haciendo en los centros de producción para satisfacer la demanda, tan gigantesca como inesperada. Sí, esta crisis nos tomó desprevenidos y por mayor que sea el esfuerzo que se hace para contenerla, pareciera que no es suficiente.

Tras el personal de salud, en encuentra el de limpieza en los centros asistenciales. Son otros trabajadores que se exponen a la primera línea de esta pandemia, ya que les toca el aseo y desinfección incansables de los lugares donde son atendidos los afectados.

A los responsables de esta tarea tan importante les toca tomar las medidas más extremas que estén en sus manos, ya que de ellos depende disminuir en cuanto sea posible la cifra de contagios en estos sitios altamente expuestos.

Otros profesionales que salen a la calle a correr riesgos y que han resultado altamente afectados, son los policías. Por poner un ejemplo, solamente en Nueva York hay mil cuatrocientos agentes contagiados con el virus.

Y es que, aunque las calles estén solas, estos trabajadores deben seguir saliendo a resguardar la seguridad ciudadana. Más aún, tienen que enfrentar a las personas que no cumplen con las normativas dictadas por los diversos gobiernos nacionales, regionales y locales del mundo, exponiéndose muchas veces por ello incluso a agresiones por parte de ciudadanos inconscientes, que juegan con sus propias vidas.

Tampoco puede detenerse la maquinaria que surte de alimentos a la gente. Desde las fábricas hasta los supermercados, pasando por el transporte, estamos hablando de otras personas a quienes les ha tocado salir a la calle para correr riesgos con este terrible virus.

También merece un reconocimiento esa empresa privada que ha cesado la producción de los bienes de sus respectivos ramos para fabricar, por ejemplo, ventiladores que asistan a los enfermos más graves en sus funciones respiratorias. Estamos hablando de aparatos que salvan vidas en esta lucha contra un enemigo invisible. Hay destilerías de bebidas alcohólicas que están produciendo en este momento gel antibacterial.

Si alguna lección nos debería dejar esta experiencia una vez que cese, es la de mirar con una lupa más potente al tejido de nuestra sociedad, para apreciar cuán efectivos y valiosos somos si nos movemos como un todo, si somos diversos, si cada quien ocupa su espacio, cultiva su don y cuenta con las condiciones para aportar.

El conocimiento, la ciencia, el trabajo, el capital humano, tienen que salir mucho más valorados cuando finalicen estos tiempos inciertos. Una terrible prueba que nos ha demostrado que muchos de los patrones humanos incorrectamente sobrevalorados, se desinflan cuando aparece una tragedia que nos devuelve finalmente al sentido de la vida. Y entonces salen a flote los verdaderos valores y agradecemos que exista lo más valioso de la condición humana.

duzcategui06@gmail.com 







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