Hace años que algunos científicos y pensadores lo venían advirtiendo, el mayor peligro que acecha a la humanidad no es una guerra nuclear, sino el ataque de los nuevos virus. Muchos lo veíamos como una posibilidad lejana, casi cinematográfica, como la colisión de un meteorito o el Armagedón de Terminator. Hoy es realidad. No nos llamemos a engaño, el Covid-19 no acabará con la raza humana y probablemente dentro de un par de años lo tratemos como a una gripe, pero está poniendo a prueba, en todo el planeta, de que está hecho el espíritu humano, porque nos obliga a decidir quién vive y quién muere.
En los casos más críticos la enfermedad es mayormente curable si se diagnostica a tiempo… ¡y si tienes chance de encontrar un respirador artificial! Al final todo se resume a que puedas respirar los días suficientes para que tu sistema inmunológico tenga tiempo de combatir el virus hasta matarlo. El detalle es que en el planeta nunca se ha construido la cantidad astronómica de respiradores que se están requiriendo hoy, porque no era necesario, nunca se habían enfermado tantos pacientes de los pulmones a la vez.
El gran dolor que hoy comparte toda la humanidad es que las muertes podrían evitarse y sabemos cómo, pero no tenemos con qué. Entonces los doctores tienen que lidiar con la pesadilla más terrible y desagradecida que ser humano alguno quisiera vivir.
Sabes que tienes un número limitado de respiradores y también sabes que la cantidad de afectados con neumonía son más, por lo tanto, va a llegar el momento en que tienes que dar la orden de a cuál paciente se atiende y a cuál no. ¿Por qué la vida de un anciano vale menos que la de una persona joven? La razón es de economía biológica. Los recursos hay que dirigirlos hacia aquellos quienes, en teoría, tienen más probabilidades de sobrevivir. Esa es la tragedia ética que hoy viven los soldados y generales de la medicina en el último frente que lucha a muerte por la supervivencia de la humanidad.
JorgeSayegh@gmail.com
@JorgeSayegh
En los casos más críticos la enfermedad es mayormente curable si se diagnostica a tiempo… ¡y si tienes chance de encontrar un respirador artificial! Al final todo se resume a que puedas respirar los días suficientes para que tu sistema inmunológico tenga tiempo de combatir el virus hasta matarlo. El detalle es que en el planeta nunca se ha construido la cantidad astronómica de respiradores que se están requiriendo hoy, porque no era necesario, nunca se habían enfermado tantos pacientes de los pulmones a la vez.
El gran dolor que hoy comparte toda la humanidad es que las muertes podrían evitarse y sabemos cómo, pero no tenemos con qué. Entonces los doctores tienen que lidiar con la pesadilla más terrible y desagradecida que ser humano alguno quisiera vivir.
Sabes que tienes un número limitado de respiradores y también sabes que la cantidad de afectados con neumonía son más, por lo tanto, va a llegar el momento en que tienes que dar la orden de a cuál paciente se atiende y a cuál no. ¿Por qué la vida de un anciano vale menos que la de una persona joven? La razón es de economía biológica. Los recursos hay que dirigirlos hacia aquellos quienes, en teoría, tienen más probabilidades de sobrevivir. Esa es la tragedia ética que hoy viven los soldados y generales de la medicina en el último frente que lucha a muerte por la supervivencia de la humanidad.
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