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De microbios, medianías y grandes potencias

Prodigioso éxito de China al yugular en tres meses el Covid y después ayudar al mundo en eso

  • ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS

02/04/2020 05:00 am

“Microbios humanos” hay también por su ínfima pequeñez, virulencia o malignidad: potísimo ejemplo el de la esclavitud de africanos ¡otra vez! en Libia, donde son torturados y a veces ¡asados vivos! Cobarde y despreciable el silencio e inacción de individuos genuflexos –parásitos en muy altos e influyentes cargos en el mundo– contra este crimen de lesa humanidad perpetrado hoy por libios, así como en relación con otros de idéntico designio criminal, todo lo cual me fuerza a evocar a Voltaire: “No vivimos más que dos días y no debemos pasarlos arrastrándonos ante miserables bribones”…

El coranavirus –zoonosis– rebautizado por la OMS como Covid 19, desató esta terrible e inaudita pandemia y la más famosa de la Historia porque en la “Aldea Global” (McLuhan) todos la siguen y sufren al minuto gracias a la magia satelital. Ese virus es apodíctica prueba viviente (aunque muchos biólogos aseguran que, como todo virus, es molécula y no un ser vivo y entonces no deberían llamarlo “microbio” ni “microorganismo” sino quizá “ente de razón”) de lo muy frágil del ser humano en toda su vida. De suyo es al nacer el “cachorro” más indefenso que existe pues ninguna criatura más inerme que un nene. Esa total dependencia inicial e infantil se transforma, por fuerza de una gran potencia intelectual y cognoscitiva, en la magnífica adultez que da súper eminentes científicos en todas las ramas y llevó la Medicina al impresionante y altísimo nivel actual. Sin embargo, esa deslumbrante ciencia médica no ha podido con la gripe (por ser a virus e inmune por tanto a los antibióticos) de la cual es pariente mucho más agresivo el Covid 19. Influye el que las enfermedades son procesos naturales y toda la terapéutica (cesárea, resección de un estómago o quitarlo, amputar un miembro, extirpar próstata, bazo, etc.) es antinatural.

La Naturaleza es fuerza avasallante. Los seres humanos deben respetarla y sentirse harto vulnerables y humildes en toda su existencia. A la Naturaleza; a su cortejo de enfermedades y postrer resultado mortal han pretendido desdeñar muchos que principian por desmentirlas: “¿¡A mí!?”. No sólo en lo individual humano sino en términos de naciones. Actitud que traduce frivolidad, soberbia, imprudencia temeraria e idiotez. Y si el ataque es de un microbio el desdén crece en iracundia: no se le puede tirar misiles ni bombas atómicas. Así en Inglaterra (hasta Johnson se enfermó), Brasil y EEUU, cuyos presidentes se burlaron del Covid 19, no lo afrontaron en serio y los resultados son tan desastrosos cuan lamentables: la pandemia crece en progresión geométrica e igual en Italia y España, que debe poner cadáveres en una pista de hielo, como en Nueva York en “camiones cavas”. El Gobierno venezolano sí tomó rápido las adecuadas medidas cautelares (la mejor Medicina es la preventiva) y el resultado es excelente; pero los insustanciales no leen, enloquecen por cuarentena y ya tienden a relajarla, lo que debe impedirse con la ley… El Reino Unido, tituló Infobae, “sacrifica a los más vulnerables y privilegia la economía”; Brasil y EEUU han llegado a menospreciar la vida de ancianos y ¡no aceptarlos en hospitales! Reuters tituló: “El vicegobernador de Texas aseguró este lunes a Fox News que hay que dejar morir a los abuelos para salvar la economía”; pero en EEUU murió una joven de 17 años que no fue hospitalizada porque ¡no tenía dinero! Y todos los medios publicaron lo que Trump aseguró: “Si mueren 200.000 está bien para mí”…

El impulso más noble del ser humano es la compasión. Y no hay compasión ¡y deber! más noble que cuidar a aquellos que una vez cuidaron de nosotros. Con aquella conducta cayeron en la condena del genial penalista Carrara: “Siguiendo el noble mandato de las páginas sagradas que nos ordena levantarnos respetuosamente ante la cabeza cana, enseñaron que la injuria lanzada por un joven contra un anciano siempre debía castigarse como atroz” (Pág. 138, Vol. III). “El sumo maestro de Pisa” se refirió a la Biblia, Levítico, Cap. XIX, V. 3: “Coram cano capite consurge, et honora persona senis”: “Levántate delante de cabeza cana y honra la persona del anciano”.

Las más terribles epidemias (viruela, sarampión y gripe española) mataron 600 millones de personas: extinto ese virus gripal y prevenibles las otras por vacuna, el ébola y máxime el Covid-19 (virus draconianos –por severos– y “draculianos” por contagiados de vampiros) son hoy las peores aunque distan mucho de tal mortandad. La consiguiente depresión angustiosa de las gentes reanima sobremanera la religiosidad, que cual bálsamo alivia esa gran aflicción. A diario la TV criolla muestra sendos prelados de diversas religiones (¡y hasta brujos!) en sus oportunos mensajes de confortación. Es hora de honda reflexión universal. El gran filósofo griego Heródoto (El “Padre de la Historia”) reflexionó así:

“Si Dios quiere impedir el mal y no puede, no es omnipotente. Si puede pero no quiere, es malévolo. Y si ni quiere ni puede ¿por qué llamarlo Dios?”…

aaf.yorga@gmail.com
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