Los líderes emergen en crisis graves como la del Covid-19, con gente excepcional como Andrew Cuomo, el Gobernador de Nueva York. La fórmula combina valor, veracidad, ciencia y liderazgo en la ciudad que es el nuevo epicentro de la pandemia. Cuomo no tiene par al igual que Anthony Fauci, el científico director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID). Veamos cómo lo hace.
Cada día, Cuomo presenta sus partes de guerra ante la prensa, quien habla es él y allí despliega su magia apoyado en complejos modelos matemáticos y data de campo sobre salud y logística, el estado de acopio y despliegue de equipos, materiales, personal, regulaciones, conexiones locales, federales y globales, además de un mapa de ruta sobre lo que hace el gobierno y el sector privado para afrontar la crisis.
El hombre no lee, pues se dirige a todos como si fuera un padre de familia que mira de frente, y explica sereno con una crudeza pasmosa la situación diaria, para luego señalar el camino a seguir si todos participan, y lo están haciendo con disciplina. El resultado es un derroche de gerencia y solidaridad. Cuomo logró que 40.000 médicos y enfermeras ofrecieran sus servicios gratuitos, al igual que 6.000 siquiatras que harán consultas pro bono por vía electrónica.
Decretó Cuomo, un aumento del 50% de la capacidad hospitalaria y obtuvo mucho más, hasta el 100%; logró aumentar en 28% diario las pruebas diagnósticas hasta alcanzar 15.000 pruebas en su estado, y sugirió al gobierno federal el equipamiento selectivo de respiradores artificiales para resolver primero a los estados más necesitados. El gobierno ahora lo respalda con todo, igual que el cuerpo de ingenieros del ejército, la industria privada y la ciudadanía en general. ¿El resultado? Bueno, con las medidas de contención y mitigación la velocidad del contagio se enlenteció de 3 a 4,5 días, y ya están preparados para la espiga de la enfermedad que podría ser en un par de semanas. El tipo es único.
@rrangelaldao
Cada día, Cuomo presenta sus partes de guerra ante la prensa, quien habla es él y allí despliega su magia apoyado en complejos modelos matemáticos y data de campo sobre salud y logística, el estado de acopio y despliegue de equipos, materiales, personal, regulaciones, conexiones locales, federales y globales, además de un mapa de ruta sobre lo que hace el gobierno y el sector privado para afrontar la crisis.
El hombre no lee, pues se dirige a todos como si fuera un padre de familia que mira de frente, y explica sereno con una crudeza pasmosa la situación diaria, para luego señalar el camino a seguir si todos participan, y lo están haciendo con disciplina. El resultado es un derroche de gerencia y solidaridad. Cuomo logró que 40.000 médicos y enfermeras ofrecieran sus servicios gratuitos, al igual que 6.000 siquiatras que harán consultas pro bono por vía electrónica.
Decretó Cuomo, un aumento del 50% de la capacidad hospitalaria y obtuvo mucho más, hasta el 100%; logró aumentar en 28% diario las pruebas diagnósticas hasta alcanzar 15.000 pruebas en su estado, y sugirió al gobierno federal el equipamiento selectivo de respiradores artificiales para resolver primero a los estados más necesitados. El gobierno ahora lo respalda con todo, igual que el cuerpo de ingenieros del ejército, la industria privada y la ciudadanía en general. ¿El resultado? Bueno, con las medidas de contención y mitigación la velocidad del contagio se enlenteció de 3 a 4,5 días, y ya están preparados para la espiga de la enfermedad que podría ser en un par de semanas. El tipo es único.
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