Sindéresis política
FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS. Nosotros tenemos la obligación, por nuestros ideales y principios de luchar, ganar y corregir nuestros errores. Ganar para cambiar la situación actual que agobia a nuestro pueblo
FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS
Una de las virtudes humanas propia de la inteligencia, es el sentido común. Seguramente se articula con experiencias del subconsciente. La sindéresis en política es sinónimo de responsabilidad con la gente, por la consecuencia que las palabras y los actos de los líderes implican al colectivo. La vocación suicida personal no puede ser la marca de un dirigente. Tampoco el odio o la revancha, menos la destrucción. El pueblo intuye, el pueblo lo huele.
Estos años, especialmente a partir del 2013, la oposición venezolana tomó caminos que desgastaron y la aislaron por las consecuencias y el daño a la nación. Si el paro petrolero dañó bienes, la guarimba llevó a la muerte, mucha gente se embarcó en el tren de la rabia y la destrucción, del odio como motivación política. Lo vivimos fuerte en el Zulia, fue dura la batalla de estos años para mantener la paz en medio de la violencia.
Todavía en el 2015, el pueblo da a la oposición con el voto, una oportunidad única para sus objetivos de poder político. Les da el centro colegiado con mayor poder para legislar y controlar. Poder para proponer y apoyar o negar planes y proyectos del gobierno. Sin embargo, botan la pelota con un señalamiento de salida rápida del Ejecutivo, que podían obtener solo con el uso adecuado de las leyes y espacios ganados. Nos vimos obligados a la Asamblea Nacional Constituyente, frente a la guerra desatada.
Ahora estamos a un mes de otra oportunidad de la oposición, la cual en lugar de meterse en el ring, de dar la batalla y guiar a soluciones la crisis que ayudaron a crear, se alejan y suplican una intervención extranjera. Dios ciega a quien quiere perder. Nosotros en cambio tenemos la obligación, por nuestros ideales y principios de luchar, ganar y corregir nuestros errores. Ganar para cambiar la situación actual que agobia a nuestro pueblo. Tomar las medidas económicas necesarias para la vida en paz de nuestro pueblo, para cumplir con los objetivos que hace muchos años conversábamos con Chávez, Castro Soteldo y Kléber Ramírez: ¡Pan, ciencia y dignidad!
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