Más que la deforestación de la Amazonía, su degradación, resulta de mayor consideración, aún, a las comunidades científicas ya que comporta la pérdida de capacidad de descomposición química o biológica que poseen las sustancias y los suelos), Pero, en este caso específico y puntual, la extinción del pulmón vegetal del mundo, que abarca más de unos 6,8 millones de km cuadrados; hábitat de unas 33 millones de personas, además de innumerables especies, que conforma un conjunto de ecosistemas sobre un área de dimensiones medioambientales exclusivas de la selva tropical más grande y diversa del mundo.

Aparte de la deforestación, está presente este otro factor socioambiental, pero no de características irreversibles porque implique degradación del bosque tropical, puesto que “la Amazonía se sabaniza” a causa de la tala indiscriminada de especies maderables más la deforestación con fines agropecuarios (ganadería intensiva) para la obtención de carne y cueros o para cultivos agrícolas, tales como soya y otros, en función de una demanda potencial alimentaria y otros bienes de consumo.

Pero, hablemos de recuperación ya que hay proyectos de reforestación, pues Conservation International (CI) Y LA firma SC Johnson aúnan esfuerzos a fin de mitigar la expoliación del ecosistema más rico del mundo.

El proyecto estima la siembra de unos 73 MM de árboles sobre unas 70 mil has de la Amazonía brasileña. Las nuevas especies brotarán en la región denominada el “arco de la deforestación”. Aunque la Amazonía constituye el hogar de la mitad de las especies terrestres del planeta, cerca de un 20 % del ecosistema amazónico ha sido talado y/o destruido durante las últimas cuatro décadas por influencia antropogénica.

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