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Disfrazando el hambre

Mientras millones no tienen como alimentarse o medio se alimentan, la dictadura prioriza gastos en diversión y en armas. Armados y desalmados. Tal vez unos cuantos además, han engordado sus bolsillos

  • MARINO ALVARADO BETANCOURT

27/02/2020 05:00 am

Mientras el gobierno gastaba muchos dólares promoviendo unos carnavales en su esfuerzo de aparentar una normalización del país, el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas se encargaba de mostrar la verdadera realidad al dar a conocer su reporte “ Evaluación de seguridad alimentaria: Principales hallazgos. Datos recolectados de julio a septiembre de 2019”.

El Programa fue invitado por el Gobierno de Maduro a realizar una evaluación de seguridad alimentaria para estimar las necesidades y vulnerabilidades de los hogares en Venezuela.

De tal manera que se realizó dicha evaluación basada en el análisis de datos primarios recolectados a nivel de hogar y nivel comunitario. La evaluación estimó que el 7.9% de la población en Venezuela (2.3 millones) está en inseguridad alimentaria severa. Un 24.4% adicional (7 millones) está en inseguridad alimentaria moderada. Estima que una de cada tres personas en Venezuela (32.3%) está en inseguridad alimentaria y necesita asistencia. Es decir, uno de cada tres pasa hambre o se alimenta muy mal.

Las Evaluaciones de la Seguridad Alimentaria dice el Programa Mundial de Alimentos, proporcionan la base analítica para tomar decisiones bien fundamentadas sobre el tipo y escala de intervención más apropiada. Mediante estas evaluaciones se determina quiénes se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, dónde viven y por qué están en esta situación; asimismo se dan recomendaciones sobre qué se necesita hacer para brindarles asistencia.

En la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 se definió la seguridad alimentaria como: “La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades dietarias y preferencias alimentarias que permitan llevar una vida sana y activa. ” La seguridad alimentaria se fundamenta en tres pilares: (i) disponibilidad de alimentos; (ii) acceso a los alimentos; y (iii) utilización de los alimentos.

La evaluación realizada indica, por ejemplo, que en once estados hay mayores problemas en cuanto a la alimentación. Los índices más altos de inseguridad alimentaria se encuentran en Delta Amacuro (21%), Amazonas (15%), Falcón (13%), Zulia (11%) y Bolívar (11%).

Ese diagnóstico no lo realizó ninguna organización e institución de las que el gobierno con facilidad e irresponsabilidad denomina “agentes del imperialismo” o anti patriotas. La realizó una de las organizaciones más respetadas en el mundo en materia de análisis de necesidades alimentarias.

Las cifras hablan por sí solas. El gobierno se empeña en disfrazar el hambre que padecen millones en Venezuela. Quienes prometieron el “Buen Vivir” y se atrevieron a crear irónicamente el viceministerio de la Suprema Felicidad Social del Pueblo, lo único que han garantizado es hambre y sufrimiento. Desde que se creó ese Viceministerio en 2013 los problemas sociales y la miseria aumentaron en Venezuela.

Mientras millones no tienen como alimentarse o medio se alimentan, la dictadura prioriza gastos en diversión y en armas. Armados y desalmados. Tal vez unos cuantos además, han engordado sus bolsillos con fabulosos contratos.

Una dirigencia política gobernante de facto que lleva un modo de vida de placer y derroche, mientras somete a las mayorías a una agonía diaria. Pobladores de cientos de municipios agobiados por largos cortes de luz, madres humildes en largas esperas para poder adquirir una bombona de gas doméstico, niños y niñas caminando kilómetros para llegar a la escuela porque no hay transporte público, zonas de clase media y sectores populares padeciendo la escasez de agua. Es la obra verdadera de quienes gobiernan por más que quieran presentar otro rostro de Venezuela.

Aún con tanta hambre y miseria siguen sin aceptar que deben dejar trabajar sin obstáculos a las distintas agencias y organizaciones humanitarias que tratan de paliar el sufrimiento que ellos con sus malas políticas e indolencia provocaron.

La Emergencia Humanitaria Compleja que sufrimos tiene responsables con nombre y apellido. Es el resultado de años acumulados de erradas políticas económicas y sociales así como de desidia a niveles extremos. Destruyen, atentan contra la dignidad humana y sienten placer de producir sufrimiento. Lo celebran. No hay mal que dure cien años.

marinoalvarado@gmail.com
@marinoalvarado

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