En meses todo estará bien
Las cifras no se pueden ocultar. En 1998 con 42 mil trabajadores se producían 3,4 millones de barriles al día. Hoy apenas llegamos a 700 mil barriles
Después de que prácticamente la empresa petrolera venezolana está quebrada, Nicolás Maduro decretó la emergencia energética en Venezuela para reestructurar la estatal y designó a una comisión integrada por políticos y militares, que han sido protagonistas del mayor declive económico que ha sufrido un país, sin guerra, en los últimos 50 años.
Un Maduro sonriente afirmó que tiene 25 mil millones de dólares en ofertas de inversión de empresas de los países aliados. De manera que si eso es así, contradice los efectos de un bloqueo, que, de acuerdo a la propaganda oficial, es la causa de la crisis y no de la alta corrupción comprobada y conocida desde hace unos 10 años, la politización de la empresa, la falta de inversión y mantenimiento adecuado y la entrega gratuita de petróleo a Cuba y precios preferenciales a Petrocaribe. Unas sanciones que comenzaron a ser efectivas apenas el último semestre de 2019.
Esta declaración de emergencia ocurre como una respuesta a las últimas sanciones aplicadas por el Departamento de Estado de EEEU a la empresa rusa Rosneft; sin embargo, la reacción de la diplomacia rusa es que esas medidas “no afectarán las relaciones económicas con Venezuela”.
Las cifras no se pueden ocultar. En 1998 con 42 mil trabajadores se producían 3,4 millones de barriles al día. Hoy apenas llegamos a 700 mil barriles con una nómina que llegó 160 mil y trabajadores y las dos refinerías más importantes del país paralizadas.
Frente a un pequeño auditorio de trabajadores de Pdvsa, acompañado de ministros, aregando “a la carga” a los “trabajadores” de Pdvsa, dijo Maduro que “ya estamos en condiciones, económicamente hablando, de transitar un nuevo modelo económico, no rentista, no dependiente, productivo, diversificado; pero donde la columna vertebral de la riqueza petrolera es fundamental para acelerar los pasos de la prosperidad y el bienestar económico y social de nuestro país en los próximos años, en los próximos meses me atrevo a decir”.
A pesar de ser un auditorio de gente comprometida con la revolución, rostros cargados de incertidumbre recibieron las nuevas promesas, con aplausos esporádicos y monótonos, como quienes cumplen con la tarea.
Los petroleros, al igual que el resto de los empleados públicos y privados, han perdido su capacidad adquisitiva, mermado los beneficios que antes disfrutaban, sufren la crisis del transporte, agua, electricidad y escasez de gasolina. La diáspora también afectó a la industria y según el especialista petrolero, Alfredo Toro Hardy, de los 160 mil empleados quedan 52 mil. La mayoría de ellos se fueron a del país a comenzar de nuevo.
Aunque Maduro no dijo cómo va a diversificar la economía y a recuperar a la industria petrolera ya se habla tras bastidores de entregar en concesiones a China y Rusia, las principales áreas de nuestras industrias nacionales, quebradas en 15 años de chavismo. Mientras tanto Nicolás decretó mas días de asueto, bonos y fiestas de carnaval, en un país donde ya que casi nadie trabaja.
Twitter: @folivares10
Un Maduro sonriente afirmó que tiene 25 mil millones de dólares en ofertas de inversión de empresas de los países aliados. De manera que si eso es así, contradice los efectos de un bloqueo, que, de acuerdo a la propaganda oficial, es la causa de la crisis y no de la alta corrupción comprobada y conocida desde hace unos 10 años, la politización de la empresa, la falta de inversión y mantenimiento adecuado y la entrega gratuita de petróleo a Cuba y precios preferenciales a Petrocaribe. Unas sanciones que comenzaron a ser efectivas apenas el último semestre de 2019.
Esta declaración de emergencia ocurre como una respuesta a las últimas sanciones aplicadas por el Departamento de Estado de EEEU a la empresa rusa Rosneft; sin embargo, la reacción de la diplomacia rusa es que esas medidas “no afectarán las relaciones económicas con Venezuela”.
Las cifras no se pueden ocultar. En 1998 con 42 mil trabajadores se producían 3,4 millones de barriles al día. Hoy apenas llegamos a 700 mil barriles con una nómina que llegó 160 mil y trabajadores y las dos refinerías más importantes del país paralizadas.
Frente a un pequeño auditorio de trabajadores de Pdvsa, acompañado de ministros, aregando “a la carga” a los “trabajadores” de Pdvsa, dijo Maduro que “ya estamos en condiciones, económicamente hablando, de transitar un nuevo modelo económico, no rentista, no dependiente, productivo, diversificado; pero donde la columna vertebral de la riqueza petrolera es fundamental para acelerar los pasos de la prosperidad y el bienestar económico y social de nuestro país en los próximos años, en los próximos meses me atrevo a decir”.
A pesar de ser un auditorio de gente comprometida con la revolución, rostros cargados de incertidumbre recibieron las nuevas promesas, con aplausos esporádicos y monótonos, como quienes cumplen con la tarea.
Los petroleros, al igual que el resto de los empleados públicos y privados, han perdido su capacidad adquisitiva, mermado los beneficios que antes disfrutaban, sufren la crisis del transporte, agua, electricidad y escasez de gasolina. La diáspora también afectó a la industria y según el especialista petrolero, Alfredo Toro Hardy, de los 160 mil empleados quedan 52 mil. La mayoría de ellos se fueron a del país a comenzar de nuevo.
Aunque Maduro no dijo cómo va a diversificar la economía y a recuperar a la industria petrolera ya se habla tras bastidores de entregar en concesiones a China y Rusia, las principales áreas de nuestras industrias nacionales, quebradas en 15 años de chavismo. Mientras tanto Nicolás decretó mas días de asueto, bonos y fiestas de carnaval, en un país donde ya que casi nadie trabaja.
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