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Parásitos II

Tan dañino es el autoritarismo a nivel político y partidista como a cualquier otro nivel. Las empresas se empobrecen porque los trabajadores evitan hablar, laboran si los miran...

  • JOSÉ ANTONIO GIL YEPES

20/02/2020 05:00 am

Pobres y ricos caen en el parasitismo porque las sociedades no cumplen las condiciones que ofrecen: “si te preparas y esfuerzas en el trabajo, tendrás el bienestar que has ganado”. Pero, si esta oferta no se cumple, hay un desacoplamiento entre los valores a alcanzar y los medios para alcanzarlos. Este desacople se origina en el autoritarismo, no en la pobreza, y consiste en alterar las reglas del juego sin consultar a los involucrados. Si los gobernados no saben a qué atenerse en cuanto a qué aspirar y cómo lograrlo; en vez de prepararse para saber cómo ganarse las cosas (Know How) y de afanarse para lograrlas, traducen esta situación en conocer a quién tienen que arrimarse (Know Who) para que le den algo, convirtiéndose en parásitos. De allí el pobre que aspira a que le den una caja de comida y el rico a un crédito blando o divisas preferenciales vía el clientelismo.

Múltiples gobiernos de países subdesarrollados tratan de establecer este tipo de relación para que los gobernados se sometan al autoritarismo. El rentismo proveniente de petróleo, oro, coltán, diamantes, etc., agrava esta relación porque los respectivos gobiernos pueden repartir más sin que los ciudadanos trabajen más, ganen más y paguen más impuestos. Por ello, a López Obrador se le hará mucho más difícil que a Chávez y Maduro hacer todos los disparates que estos últimos han hecho porque en México las exportaciones petroleras sólo generan el 6,7% de los ingresos de divisas. Casi todo el resto proviene de exportaciones privadas (US $ 264 MMM).

Tan dañino es el autoritarismo a nivel político y partidista como a cualquier otro nivel. A nivel familiar, los hijos salen idiotas o rebeldes sin causa. En lo religioso, los fieles no aman a Dios, le temen o se rebelan. Las empresas se empobrecen porque los trabajadores evitan hablar, laboran si los miran y no ponen su mayor esfuerzo porque no son consultados. A nivel de sindicatos, da pena que defensores del débil los usen para beneficio propio o para librar guerras políticas ajenas a la marcha de la empresa. 

Nos liberaremos de los parásitos cuando nos organicemos para destronar el autoritarismo.

@joseagilyepes
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