El garabato político que representan las instituciones del Estado ocurre por una falla en la manera en que los venezolanos nos tratamos. Observando un video de un conferencista de NED sobre cuándo y cómo las personas corrigen sus vicios y sus malos hábitos, me pareció relevante aplicarlo a nuestra sociedad. En el video la expositora explica que la gente no le hace caso a los cartones de cigarrillo que tienen un aviso amenazador aunque sea cierto que “Fumar es peligroso para la salud”. Y así da muchos ejemplos de qué hacer para seguir mejor las dietas que nunca realizamos sostenidamente. Explica esta exposición que la manera cómo nos hablamos mutuamente tiene un efecto importante. Fijar una meta relevante para la persona o para que cambie un mal hábito es más efectivo que amenazar las consecuencias del mal hábito. Por ejemplo, al fumador se le podría vivificar lo mucho que va a disfruta una reunión sin los olores de cigarrillo en la ropa, o lo que va a disfrutar la comida, o subir un cerro. Igual al que come de más le muestra su posibilidad de ajustarse ropa de menor talla, o disfrutar mas de días de playa y mejor descanso al dormir. Igual hay que saber que cualquier falla de comportamiento es una inquietud en la percepción de la vida. 

Buscar cambios en otras personas o en la propia vía “amenazas” no es efectivo. En los países desarrollados podremos notar la diferencia en la relación de los funcionarios públicos con los administrados cuando incumplen normativas. En los países desarrollados la burocracia gubernamental lo primero que hace es colocar normativas que fortalecen y promueven la vida en sociedad, y lo hacen previas consultas con los afectados; y cuando verifican el incumplimiento de una norma, la reglamentación lo que promueve es la “acción correctiva” y nunca la paralización de las actividades y menos si son empresas productivas. Los profesionales funcionarios saben que paralizando a los empresarios paralizan el país y su actividad económica.

 
Ahora que hay un consenso en la nación en el tema económico y que todo el país está alineado con la libertad económica, los mercados de capitales abiertos, y la eliminación de Cadivi, nuestros dirigentes políticos debieran tener un cambio de actitud y en lugar de “amenazarse” mutuamente debieran aclarar sus inquietudes “explicarlas “mutuamente y hacerlo al país primero que a los aliados. Los debates entre políticos en lugar de las amenazas proponiendo acciones correctivas permiten superar las limitaciones de cada individuo y es un acto de generosidad con la nación. Con este cambio de actitud se llega al voto, al 1 CNE, a 1 Asamblea Nacional y 1 Presidente. De esta manera sin degradarse ni amenazarse sino discutiendo los errores en las políticas económicas, sociales y constitucionales no hubiéramos llegado a eliminar la Presidencia, La Asamblea Legislativa y el TSJ.

 
Ahora que Venezuela está encaminada en el consenso económico debido y que la prosperidad nos toca la puerta, predicando con el ejemplo, los políticos deben llevar sus ideas y acciones a los ciudadanos y no a las Fuerzas Armadas ni a los aliados internacionales. Ya. Sin amenazas y con debates edificantes entre sus políticos, Venezuela será otra vez un país campeón.

 
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