Como muchos padres, yo solía leer e inventar cuentos para entretener a mi hija cuando iba a dormir, y a cada cuento le daba sentido a través de un valor, de los que buscamos desarrollar en casa. Muchas veces me pidió que le contara otro, y muchas veces se me agotó la creatividad, así que repetía el cuento con leves cambios. Sé que tengo una buena persona como hija, que el mensaje que le enviaba en los cuentos contribuyó a ello, además le encanta la literatura, que creo que es una ganancia secundaria de nuestra práctica.
Aprendí una forma de crear cuentos a partir del origen de una metáfora, eso fue gracias a Hugo Marichales (@cuentador) hace más de 15 años, y creo en el poder que tienen los relatos en nuestras vidas y en nuestro sistema de creencias.
Luego me conseguí con la obra “El poder de las metáforas” de Salvador Carrión, quien con certeza demuestra la fuerza que tienen las metáforas para sanar rencores y re-encuadrar situaciones, por más hondas que sean.
Lo anterior viene al caso porque hemos creado un juego que se llama “Cuentáforas” (www.cuentaforas.com o @cuentaforasclub); que sirve para divertirse solo o en grupos, y también es una herramienta para padres y madres, psicólogos, terapeutas, pisco-analistas, coachees, especialistas en PNL, facilitadores, cuenta cuentos, maestros, humoristas, mentores, consultores organizacionales, entre otros.
Nació Cuentáforas
Ha sido un viaje maravilloso, especialistas de la conducta y la literatura han ayudado a su diseño y forma de uso, y donde el talento creativo y la capacidad de ilustración de Dani Lara (@soydanilara) jugaron un rol crucial; también ha sido parte de esta empresa mi primogénito Amancio Enrique (@amancioojeda), quien ha liderado las fases de producción, registro de propiedad intelectual y todo lo relacionado con el mundo digital, fase decisiva para la apuesta que hemos hecho a este proyecto.
Cada mazo está compuesto por 52 barajas, las cuales se conforman en 4 grupos, y al combinar los personajes, ambientes y objetos, la síntesis de un drama o situación y, con un marco referencial que orienta al desenlace, los jugadores pueden crear un sin fin de cuentos; el juego estimula la creatividad y deja a los participantes la libertad de enfocar el relato en la dirección que su consciente (y su inconsciente) los lleve.
Es un instrumento eficaz para observar cómo se trabaja en equipo, mientras se crea; igualmente contribuye de manera significativa para escuchar y entender el tipo de historia con la que se conecta una persona, dado su estado anímico, lenguaje y recurrentes pensamientos. Estos son solo 2 de los muchos usos y beneficios.
Una características que deben tener los cuentos de manera general, es que sean tan compresibles que puedan ser narrados por otros, incluso, aunque hayan variaciones se mantenga su esencia, como ha ocurrido con muchos cuentos emblemáticos de la literatura universal. Con este juego se logra eso, cuentos tan cortos o largos como sus creadores lo decidan, pero que normalmente pueden ser repetidos por otros.
Daniel Mato en su obra “Cómo contar cuentos” escribe: “En todas las épocas y lugares, el arte de narrar ha sido parte esencial de la experiencia humana y de la expresión cultural de los diferentes grupos humanos y ha incidido en su capacidad de conocerse y comprenderse mutuamente”.
Este juego da la oportunidad de conectarnos con lo humano, mítico y esencial en todas las culturas; permite el encuentro en el relato creado, y allí reconocernos en los valores que nos unen; deja que se plasmen las diferencias sin agresión, acariciar con la palabra y, sanar(nos) con finales felices (o no).
@amanciojeda
Aprendí una forma de crear cuentos a partir del origen de una metáfora, eso fue gracias a Hugo Marichales (@cuentador) hace más de 15 años, y creo en el poder que tienen los relatos en nuestras vidas y en nuestro sistema de creencias.
Luego me conseguí con la obra “El poder de las metáforas” de Salvador Carrión, quien con certeza demuestra la fuerza que tienen las metáforas para sanar rencores y re-encuadrar situaciones, por más hondas que sean.
Lo anterior viene al caso porque hemos creado un juego que se llama “Cuentáforas” (www.cuentaforas.com o @cuentaforasclub); que sirve para divertirse solo o en grupos, y también es una herramienta para padres y madres, psicólogos, terapeutas, pisco-analistas, coachees, especialistas en PNL, facilitadores, cuenta cuentos, maestros, humoristas, mentores, consultores organizacionales, entre otros.
Nació Cuentáforas
Ha sido un viaje maravilloso, especialistas de la conducta y la literatura han ayudado a su diseño y forma de uso, y donde el talento creativo y la capacidad de ilustración de Dani Lara (@soydanilara) jugaron un rol crucial; también ha sido parte de esta empresa mi primogénito Amancio Enrique (@amancioojeda), quien ha liderado las fases de producción, registro de propiedad intelectual y todo lo relacionado con el mundo digital, fase decisiva para la apuesta que hemos hecho a este proyecto.
Cada mazo está compuesto por 52 barajas, las cuales se conforman en 4 grupos, y al combinar los personajes, ambientes y objetos, la síntesis de un drama o situación y, con un marco referencial que orienta al desenlace, los jugadores pueden crear un sin fin de cuentos; el juego estimula la creatividad y deja a los participantes la libertad de enfocar el relato en la dirección que su consciente (y su inconsciente) los lleve.
Es un instrumento eficaz para observar cómo se trabaja en equipo, mientras se crea; igualmente contribuye de manera significativa para escuchar y entender el tipo de historia con la que se conecta una persona, dado su estado anímico, lenguaje y recurrentes pensamientos. Estos son solo 2 de los muchos usos y beneficios.
Una características que deben tener los cuentos de manera general, es que sean tan compresibles que puedan ser narrados por otros, incluso, aunque hayan variaciones se mantenga su esencia, como ha ocurrido con muchos cuentos emblemáticos de la literatura universal. Con este juego se logra eso, cuentos tan cortos o largos como sus creadores lo decidan, pero que normalmente pueden ser repetidos por otros.
Daniel Mato en su obra “Cómo contar cuentos” escribe: “En todas las épocas y lugares, el arte de narrar ha sido parte esencial de la experiencia humana y de la expresión cultural de los diferentes grupos humanos y ha incidido en su capacidad de conocerse y comprenderse mutuamente”.
Este juego da la oportunidad de conectarnos con lo humano, mítico y esencial en todas las culturas; permite el encuentro en el relato creado, y allí reconocernos en los valores que nos unen; deja que se plasmen las diferencias sin agresión, acariciar con la palabra y, sanar(nos) con finales felices (o no).
@amanciojeda
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