Procrastinación política
NOEL ÁLVAREZ. Aplazar los asuntos pendientes que benefician a un país por intereses personales de los bandos enfrentados, o dejar para mañana lo que podrías hacer hoy, es una costumbre muy humana, sobre todo de algunos políticos y gobernantes, conocida como: procrastinación.
NOEL ÁLVAREZ
Aplazar los asuntos pendientes que benefician a un
país por intereses personales de los bandos enfrentados, o
dejar para mañana lo que podrías hacer hoy, es una costumbre muy humana, sobre
todo de algunos políticos y gobernantes, conocida como: procrastinación. Esta práctica es muy habitual a pesar de que tiene un costo
elevado, ya que los retrasos evitables generan pérdidas de productividad,
además de causar estragos emocionales, principalmente mermando la autoestima.
Científicos de la Universidad de Constanza, Alemania, han
estudiado a fondo la procrastinación y han llegado a la conclusión que las personas se comportan así
porque creen que el día de mañana será más adecuado para poner en práctica lo
planeado pero también han demostrado que la tendencia a
procrastinar es menor si se plantea la tarea en términos muy concretos y
específicos.
La
realidad de nuestro país con esta piquiña electoral, sin condiciones suficientes
para la participación, demanda contar con procedimientos que permitan
prevenir los conflictos, resolverlos en el menor tiempo posible y ser
tratados de manera voluntaria, informal y directa; planteando soluciones con
soltura y naturalidad. La sociedad venezolana reclama nuevos modos de
relacionamiento político utilizando el trabajo conjunto como un método para
construir confianza, basada en la búsqueda del bien común.
Es
urgente tener un Estado eficiente y transparente al servicio de las personas y
de sus derechos, que promueva el desarrollo individual y grupal. Esto solo es
posible, si se alcanzan acuerdos entre todos los actores sociales. La noción de
democracia,
más que un sistema, es un modo de organización social, cuya característica más
valorable es haber definido estructuras institucionales de reparto y
equilibrios de poder para posibilitar la resolución de conflictos de manera
pacífica
La
instalación de la idea democrática de que los seres humanos somos iguales y con
idénticos derechos, es una noción correlativa con la de libertad pero, ésta solo
se concreta si se aceptan normas de convivencia según las cuales nuestras
libertades y derechos tienen el límite de las libertades y derechos de los otros.
Libertad, en consecuencia, no es hacer todo lo que se quiere o se puede. Ese sería
un sistema más parecido a la ley de la selva, donde los conceptos de libertinaje
e imposición trascienden el ámbito de una sana y democrática correlación
igualdad-libertad entre las personas y se ubicaría en uno del poder puro y
duro, en el que, cada cual puede conseguir lo que desea.
En
sociedades plurales como las que se han ido conformando en el mundo a consecuencia
de la globalización, la negociación de ámbitos de libertad requiere de una
indispensable tolerancia de la diversidad. La tolerancia es hoy un bien
social deseable y la mayoría prefiere solucionar sus diferencias
negociando, más que imponiendo sus ideas mediante la violencia.
La
tolerancia, es aquel mínimo de ánimo necesario para la convivencia, y el
respeto a los mecanismos de la democracia para resolver pacíficamente los
conflictos. Es una herramienta indispensable en un mundo en que los intereses,
modos de vida, religiones, posiciones políticas, económicas y culturales son
tan diversas y su coexistencia tan inevitable, que sin esos mínimos, la paz social
sería imposible.
Coordinador Nacional del Movimiento Político GENTE