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Francisco de La Hoz Berrio

La obra civilizadora y progresista de aquel gobernador se proyecta hoy en los cuatrocientos años de vida de cada una de esas poblaciones

  • REINALDO ROJAS

15/12/2019 05:00 am

En Venezuela, la lucha contra España no terminó con el triunfo de las armas republicanas en la Batalla de Carabobo de 1821. Se extendió a la memoria colectiva a través del intento permanente del “discurso salvaje”, anti-occidentalista y continuador de la Leyenda Negra, de eliminar su presencia en nuestra memoria histórica. Es como si aquel pasado no hubiera existido. Como resultado de esa operación psicológica nuestro conocimiento del pasado es un vacío. 

Pero la realidad es otra. En esos tres siglos de dominio colonial hispano –a pesar de la violencia que lo acompañó- se formó el pueblo y la nación venezolana. Como bien lo destaca Mario Briceño Iragorry en su libro Introducción y defensa de nuestra historia (1952), si se examinan las genealogías de los Padres de la Patria, empezando por Bolívar, se encontrará que los abuelos de todos ellos remontan a las expediciones de Alfinger, Spira, Fernández de Serpa, Jiménez de Quesada, Diego de Ordaz. 
 
Incluso, instituciones del Estado –como el Cabildo- vienen de aquella época. Pero para lograr una valoración objetiva de ese pasado, es necesario salirse de la polarización entre la Leyenda Negra y la Leyenda Dorada. Ni ángeles ni demonios. El estudio documentado y la mirada crítica de aquel período, es fundamental para comprender lo que hemos sido históricamente los venezolanos.
 
Sucede que uno de esos capitanes, Francisco de la Hoz Berrío, dejó una obra civil de gran magnitud cuando ejerció el cargo de Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela, entre 1616 y 1621. Fue su padre Antonio de Berrío, el gran expedicionario de los ríos Orinoco y Marañon, fundador de Santo Tomé de Guayana –antecedente de la actual Ciudad Bolívar - y de San José de Oruña, en la isla de Trinidad, y por tanto uno de los primeros gobernadores de la Provincia de Guayana, a finales del siglo XVI. 
 
Labor como gobernador
En la relación que hace el historiador Luis Alberto Sucre de la labor de la Hoz Berrío como gobernador, destaca la reducción a pueblo de los indígenas de Nirgua, el inicio de la explotación de las minas de cobre de Cocorote, el señalamiento de las propiedades de la ciudad de Caracas y la visita que realizó por ciudades y pueblos de la Provincia, donde constató que la población indígena sujeta a Encomienda vivía dispersa por el territorio, por lo que se decidió a fundar los primeros pueblos de doctrina de indios de la Provincia, para cumplir con lo establecido en las Leyes de Indias como obligación de los Encomenderos.

En esa labor fundacional, el Gobernador de la Hoz Berrío contó con el apoyo del Obispo fray Gonzalo de Angulo, quien había tomado posesión del obispado de Caracas en 1619. Este proceso se llevó a cabo en 1620 y con ello las ciudades donde residían los encomenderos y funcionaban los Cabildos se transformaron en centros políticos con una red de pueblos de doctrina que son la base del poblamiento y la territorialidad de la Venezuela del presente. Sólo en las jurisdicciones de El Tocuyo, Barquisimeto y Carora la labor fundacional fue extraordinaria. 

En el caso de El Tocuyo se fundaron los pueblos de San Antonio de los Naranjos de Humocaro (Alto), Nuestra Señora del Rosario de Humocaro (Bajo), San Francisco de la Otra Banda, Nuestra Señora de Altagracia de Quíbor, Santa Cruz de Guaríco, Santa Ana de Sanare, San Miguel de Cubiro y San Felipe de las Barbacoas.
 
En la jurisdicción barquisimetana, los pueblos de doctrina de San Miguel de Acarigua, San Antonio de Berrío, en honor a su padre, Santo Tomás de la Calera, San Juan Bautista de Urachiche, Santa Catalina de Cuara, San Jerónimo de Cocorote, San José de Guama y San Juan Bautista de Duaca. Y en la jurisdicción de Carora, los pueblos de San Miguel de los Ayamanes, San José de Siquisique, Santiago de Río Tocuyo y Nuestra Señora de la Chiquinquirá de Aregue. 

Importantes ciudades
Muchos de aquellos pueblos fundados por orden del Gobernador de la Hoz Berrío son hoy importantes ciudades en los estados Lara, Yaracuy y Portuguesa, como Acarigua, emporio económico llanero, Quibor, principal centro de producción de hortalizas en Venezuela, o el eje Cuara (hoy Sabana de Parra) -Urachiche- Chivacoa- Guama y Cocorote ubicados entre Barquisimeto y San Felipe, en los fértiles valles yaracuyanos.
 
Pues bien, la obra civilizadora y progresista de aquel gobernador se proyecta hoy en los cuatrocientos años de vida de cada una de esas poblaciones. Solo en este caso regional, estaríamos hablando de la celebración del cuatricentenario de catorce ciudades, ayer catorce pueblos de doctrina de indios, cuya historia antigua y presente está ahí, para ser estudiada y escrita con visión de futuro. Este 2020 será, pues, el año del cuatricentenario de las ciudades más antiguas de Venezuela.
 
enfoques14@gmail.com

@renaldorojashistoriador
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