Espacio publicitario

Un fantasma recorre Europa

Reino Unido, no podrá, absolutamente, remontar y posicionarse en lo que fue. Más bien, todas las proyecciones indican lo contrario: ya su economía está sufriendo los efectos del divorcio

  • NELSON TOTESAUT RANGEL

15/12/2019 05:00 am

El discurso populista es peligroso, porque vende hermosos ideales de imposible materialización. Promete un futuro dorado, glorioso, mágico, por medio de recetas escuetas que buscan engañar a los menos despiertos. El populismo es, sin duda, un mecanismo que erosiona la democracia y contamina las mentes menos entrenadas. Existen tanto de derecha como de izquierda y, hoy por hoy, los vemos vivos y rampantes a lo largo del mundo.

Hay demasiados casos latentes, y no es menester abordarlos todos en este artículo. Me interesa, sobre todo, el tema del Brexit. Un país que goza de las mejores universidades del mundo, contradice la creencia de que la cura al populismo sea la educación. Ya que, de todas formas, se dejó tentar por el discurso venenoso que le promete regresar a un pasado de glorias que ya no existe. Ni existirá.

Al respecto, las declaraciones más interesantes de la semana pasada fueron las de Donald Tusk, quien ya despojado de su puesto como Presidente del Consejo Europeo (cargo que ostentó por 5 años) pudo hablar con tremenda honestidad política. Reconoce como un error tremendo el Brexit, quizá el más grande que haya tenido la Unión Europea hasta ahora. Y no es para menos, porque no solo se está perdiendo una de las economías más fuertes de la zona euro, sino que abre la nefasta caja de Pandora que podría implicar la desintegración de toda Europa. Una real catástrofe.

Lamentablemente, un Brexit exitoso no se lo puede permitir la Unión. Tampoco se predice que así sea. Tusk, entre sus confesiones agustinianas, explica que el populismo inglés ha vendido el ideal de retornar a la gloria del imperio británico, luego de consumada la separación. Cosa que no resulta más que un engaño, debido a que el mundo de hoy no es el mismo que abandonó el Reino Unido cuando decidió formar parte de esta agrupación. Y, para ser realmente un actor cenital, debe de permanecer dentro de la misma, ya que ninguno de los 28 países tendría la posibilidad de competir contra las hegemonías actuales.

Se nos ha vendido la idea de que China es el principal competidor de Estados Unidos, y desde el punto de la rivalidad ideológica puede que sea cierto. Pero a esto hay que agregar que, en meros términos económicos, el segundo actor más importante del mundo no es China, sino la Unión Europea. Esta última tiene un PIB de casi 16 mil millones de dólares, poco detrás de EEUU que se encuentra alrededor de los 17, mientras que China se posiciona en los 11. Todo esto, según datos del Fondo Monetario Internacional. De esta cifra, evidentemente Reino Unido es de los principales contribuyentes de Europa. El segundo, de hecho, después de Alemania. Con unos 2.400 millones de dólares. Una cifra nada desdeñable, pero muy lejana si quisiera competir en las ligas mayores.

Por ende, Reino Unido, no podrá, absolutamente, remontar y posicionarse en lo que fue. Más bien, todas las proyecciones indican lo contrario: ya su economía está sufriendo los efectos del divorcio y hemos visto como su PIB ha ido decayendo a lo largo de este año. La UE también sufre las consecuencias, pero en menor medida. Puesto se trata de una familia de casi 30 miembros, lo que les permite amortiguar la caída.

Retos
Hay voces que apuestan por un segundo referéndum para buscar anular el Brexit. Es complicado y atentaría contra la misma institucionalidad democrática que legitima el sistema de gobierno del país. Por ello, lo más seguro es que se consuma el hecho, y a principios del año entrante, el 31 de enero, se retiren.

Lo que le queda al continente es concentrar sus fuerzas para luchar contra el principal peligro que acecha. Parafraseando a Marx podríamos decir que un fantasma recorre Europa: el fantasma del populismo. Ante ello, Tusk (en una entrevista para El País) fue contundente expresando que ni siquiera tiene intención de dialogar con ellos: “El problema de flirtear con la ultraderecha (o con la ultra izquierda, agregaría yo) es que empiezas a pensar igual que ellos”. Lo que nos hace pensar que más que un fantasma, quizá se trate de una enfermedad.

@NelsonTRangel

www.netrangel.com

nelsontrangel@gmail.com
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario