Los cristianos estamos viviendo una de las más grandes festividades del año. Sin la llegada de Jesús, no habría habido redención, ni perdón y liberación de las personalidades y sociedades de todos los tiempos. La redención entra a nuestro mundo con la llegada a Nazaret de un pequeño en pañales; el Dios-Humanado se hace nuestra carne para con ello “purificar” lo que por un hombre “se manchó” según la tradición bíblica. Esa falta original que trajo la ruptura inicial con El Creador, ahora queda borrada de una vez y para siempre con la “irrupción” del que “habría de venir”: Jesús, El Cristo.

Es complicado vivir una realidad tan impactante dentro de una abrumadora situación política, social y económica como la que enfrenta Venezuela hoy. Nuestra Navidad queda, no para celebrar un encuentro en familia sino, para vivir en el desencuentro y la separación de las familias, las cuales han debido “esparcirse” a lo largo y ancho del mundo para “capear” las graves situaciones nacionales, fruto de veinte años de desacierto del régimen.

La última burla navideña fue proferida por el gobierno –para ser generoso en mencionarle- con la designación del día del pastor y la creación de una universidad “evangélica” el pasado 5 de diciembre, conmemoración del día del docente universitario. El régimen, lejos de incrementar y subsanar las graves fallas en la universidad criolla, sus docentes y personal, crea con fondos públicos una casa de estudios superior con carácter confesional. Habrá que esperar que los del culto de “sathya sai baba” ó los “santeros” también obtengan su reconocimiento, por vía decreto. Cuando el desorden y el despilfarro se hacen lugar común, todo lo demás es accesorio.

Incluso, los ataques dirigidos a la “no renovación” del período de la actual directiva de la Asamblea Nacional, no son descabellados, si lo que se busca es continuar creando dificultades al cambio que habrá de venir en el país durante 2020.

No es ingenuo el ataque despiadado contra diputados que, eventualmente, repetirían en sus funciones durante el venidero año. Hemos logrado un conjunto de reconocimientos internacionales que han puesto bajo presión al régimen mantenido por fuerza. Esta actividad es fruto del trabajo de una pluralidad de partidos políticos, personalidades y organizaciones de la vida nacional, regional y mundial, quienes han contribuido a “visibilizar” la grave crisis nacional en un momento de entusiasmo por la espera, la llegada navideña de Aquél que vendría a redimirnos de todo.

En esa espera, no desviemos nuestra fe en la acción de El Creador en nuestras vidas y actuar… De seguro, seremos actores del cambio que merecemos…

@RafaelMartinezN