Este año termina con noticias sobre la histórica reclamación que Venezuela tiene sobre el territorio al oeste del río Esequibo. En los primeros días del mes de noviembre Venezuela introdujo un memorándum ante la Secretaría de la Corte Internacional de Justicia para ratificar su falta de jurisdicción en el diferendo territorial con Guyana. Esa es otra reacción al hecho de que el gobierno de Guyana presentó el 29 de marzo de 2018 una demanda unilateral contra Venezuela ante Corte Internacional de Justicia, en la que pide que se declare válido el laudo de 1899. Ese laudo era muy conveniente para Guyana, pero Venezuela siempre lo rechazó porque no estuvo bien representada ni defendida.
Para situarnos en la historia, desde el descubrimiento de América toda la zona de Guayana pertenecía a la corona española. Los holandeses se establecieron en la región con fines comerciales, y ocuparon un territorio que limitaba con el río Esequibo. En el otro lado del río estaban los terrenos de la provincia de Guayana que llegaban hasta el río Orinoco, y formaban parte de la Capitanía General de Venezuela. Luego los holandeses vendieron parte del territorio que ocupaban a los ingleses, formando las colonias de la Guayana Inglesa limitando al este con la Guayana Holandesa y al oeste con Venezuela por el Esequibo. A partir del año 1835, con la recién independizada república de Venezuela en formación, los ingleses enviaron a un explorador llamado Robert Schomburgk para levantar mapas de la zona, y trazaron unas líneas limítrofes que le adjudicaban a la colonia británica una buena parte del territorio venezolano. El gobierno nacional alzó su voz desde el primer momento en contra las pretensiones coloniales, sin mucha capacidad de acción ante el poderoso vecino. Esas reivindicaciones persistieron hasta que muchos años después, en 1899, las grandes potencias firmaron el 3 de octubre en París un acuerdo limítrofe tomando como referencia la línea Schomburgk. El tribunal arbitral estaba formado por norteamericanos, rusos e ingleses que produjeron en tan solo seis días un laudo declarado nulo e írrito por el presidente venezolano de ese entonces Ignacio Andrade.
Esa posición se mantuvo a través del tiempo hasta llegar al año 1962 cuando Venezuela denunció ante la ONU el problema limítrofe logrando que en el año 1966, justo antes de permitir la independencia de su colonia, la Gran Bretaña aceptara firmar con Venezuela un acuerdo en la ciudad de Ginebra por medio del cual reconoce el reclamo y accede a buscar soluciones a la controversia. En ese acuerdo se admiten los derechos venezolanos de soberanía sobre la zona y se obligan a encontrar una solución concluyente, pacífica y honorable para las partes en el diferendo. Unos meses después los gobiernos de Venezuela y Guyana suscribieron el Protocolo de Puerto España, que impedía hacer valer ninguna reclamación y establecía que la zona no podría ser explotada unilateralmente por ninguno de los países involucrados.
Durante años la reclamación se mantuvo bastante tranquila salvo ciertos episodios como el de la “Revuelta del Rupununi” en enero de 1969, en la cual indígenas de la zona en reclamación pedían su adscripción a Venezuela por supuestos maltratos del gobierno de Forbes Burnham. Todo cambió cuando el gobierno de Guyana otorgó concesiones para exploración petrolera a un consorcio formado por las multinacionales ExxonMobil, China National Oil Offshore Company (CNOOC) propiedad del gobierno chino, y Hess Corporation. Descubrieron mucho petróleo en la zona y despertaron los apetitos económicos que hacen ver hoy el diferendo con los ojos nublados por la ambición. Veremos cómo se desarrolla el año que viene.
alvaromont@gmail.com
Para situarnos en la historia, desde el descubrimiento de América toda la zona de Guayana pertenecía a la corona española. Los holandeses se establecieron en la región con fines comerciales, y ocuparon un territorio que limitaba con el río Esequibo. En el otro lado del río estaban los terrenos de la provincia de Guayana que llegaban hasta el río Orinoco, y formaban parte de la Capitanía General de Venezuela. Luego los holandeses vendieron parte del territorio que ocupaban a los ingleses, formando las colonias de la Guayana Inglesa limitando al este con la Guayana Holandesa y al oeste con Venezuela por el Esequibo. A partir del año 1835, con la recién independizada república de Venezuela en formación, los ingleses enviaron a un explorador llamado Robert Schomburgk para levantar mapas de la zona, y trazaron unas líneas limítrofes que le adjudicaban a la colonia británica una buena parte del territorio venezolano. El gobierno nacional alzó su voz desde el primer momento en contra las pretensiones coloniales, sin mucha capacidad de acción ante el poderoso vecino. Esas reivindicaciones persistieron hasta que muchos años después, en 1899, las grandes potencias firmaron el 3 de octubre en París un acuerdo limítrofe tomando como referencia la línea Schomburgk. El tribunal arbitral estaba formado por norteamericanos, rusos e ingleses que produjeron en tan solo seis días un laudo declarado nulo e írrito por el presidente venezolano de ese entonces Ignacio Andrade.
Esa posición se mantuvo a través del tiempo hasta llegar al año 1962 cuando Venezuela denunció ante la ONU el problema limítrofe logrando que en el año 1966, justo antes de permitir la independencia de su colonia, la Gran Bretaña aceptara firmar con Venezuela un acuerdo en la ciudad de Ginebra por medio del cual reconoce el reclamo y accede a buscar soluciones a la controversia. En ese acuerdo se admiten los derechos venezolanos de soberanía sobre la zona y se obligan a encontrar una solución concluyente, pacífica y honorable para las partes en el diferendo. Unos meses después los gobiernos de Venezuela y Guyana suscribieron el Protocolo de Puerto España, que impedía hacer valer ninguna reclamación y establecía que la zona no podría ser explotada unilateralmente por ninguno de los países involucrados.
Durante años la reclamación se mantuvo bastante tranquila salvo ciertos episodios como el de la “Revuelta del Rupununi” en enero de 1969, en la cual indígenas de la zona en reclamación pedían su adscripción a Venezuela por supuestos maltratos del gobierno de Forbes Burnham. Todo cambió cuando el gobierno de Guyana otorgó concesiones para exploración petrolera a un consorcio formado por las multinacionales ExxonMobil, China National Oil Offshore Company (CNOOC) propiedad del gobierno chino, y Hess Corporation. Descubrieron mucho petróleo en la zona y despertaron los apetitos económicos que hacen ver hoy el diferendo con los ojos nublados por la ambición. Veremos cómo se desarrolla el año que viene.
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