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Lamento boliviano

Cuando Evo Morales desconoció el referéndum que le impedía reformar la Constitución... y ordenó a la Corte Suprema que subvirtieran la Carta Magna... él mismo le dio un golpe de Estado a su gobierno

  • JORGE SAYEGH

15/11/2019 05:00 am

La heterodoxia política de este siglo y las manipulaciones ladinas de los autócratas con piel democrática han logrado que ya ni siquiera sepamos cuándo ocurre un golpe de Estado. Antes era fácil, llegaban unos barrigones uniformados y sacaban al presidente a punta de pistola. Latinoamérica tiene una cabuya de ese hilo interrumpido, pero Fujimori y su cuento chino del Japón cambiaron la historia para siempre. 

Aclaremos algo. Un golpe de Estado no se le da al Jefe, sino al Estado mismo. El hecho de que la mayoría de las veces el gobernante sea el que salga aporreado es anecdótico, porque en los “autogolpes”, sale muerto, pero de risa. A partir de esa perspectiva podremos entender una definición elemental de golpe de Estado: “Interrupción ilegítima de hilo constitucional en la sucesión gubernamental”. (Idea suelta para otro día: la clave de toda la confusión está en “ilegítima”, porque ¿quién define lo que es “legítimo”?). O sea, cuando para asaltar o no soltar el poder le haces trampa a la Constitución -que no es más que el reglamento del juego- hay un “golpe de Estado”. 

Cuando Evo Morales desconoció el referéndum que le impedía reformar la Constitución para volver a postularse y le ordenó a sus jalamecate de la Corte Suprema que subvirtieran la Carta Magna con el ridículo argumento de que violaba sus derechos (pobrecito el presidencito), él mismo le dio un golpe de Estado a su gobierno. Cuando el general con nombre de superhéroe tercermundista lo obligó a largarse por cometer fraude electoral, no podía dar un golpe de Estado porque el hilo constitucional ya estaba roto. Si nos ponemos exquisitos, hasta estaba cumpliendo con el deber -aunque un poco tarde- esencial de un militar en democracia que es evitar que se viole la Constitución. 

A mí Evo no me engaña con su esa cara de altiplánico bien administrada, por dentro es de la misma raza que Trump, Putin o el otro indio que estoy mirando pero no puedo decir quién es.

JorgeSayegh@gmail.com 

@JorgeSayegh
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