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Machismo, violencia y prevención

El machismo promueve el sexo irresponsable por lo que es un factor importante en los aproximadamente dos millones de niños que cada año nacen de madres entre 15 y 19 años...

  • ALFREDO YUNCOZA

11/11/2019 05:00 am

Una mujer claramente en estado de embarazo sube a un autobús de transporte público donde sin asientos desocupados. Varios hombres están sentados, pero ninguno ofrece el espacio para la dama. Algunos voltean la cara, otros mal disimulan no haberla visto y entierran la cabeza en sus lecturas. Ante su comentario “¿es que aquí no hay hombres?”, alguien le responde en voz alta “hombres sí, lo que no hay es puesto”. 

En una reunión familiar varios adultos reunidos celebraban que un jovencito de unos 14 años ya era un hombre. El padre del joven gritó orgulloso “ya pasó por las manos de las chicas malas, ahora, a cuidarse las muchachitas”. 

En el área de emergencias de un centro de salud, se presenta una mujer que ronda los 40 años. Se le observan un labio roto, escoriaciones en las piernas y una fuerte inflamación en uno de sus pómulos. Es una paciente conocida por el personal de guardia, ya que por lo menos una vez al mes, generalmente a altas horas de la noche, se presenta para ser atendida. Su explicación, palabras más o menos, es siempre la misma: “no es su culpa sino la del licor y que yo lo provoqué, él dijo que esta será la última vez”. 

Las tres situaciones, que ocurren diariamente en todo el mundo y muy especialmente en América Latina, son sólo una muestra de las manifestaciones que caracterizan al machismo. Esa supuesta natural condición superior del hombre por sobre la mujer, genera cada año víctimas de la violencia, embarazos precoces, deserciones escolares, accidentes, heridos y muertes. Los ejemplos son numerosos y pareciera ser una conducta que nace y se enriquece, debido a entre otras causas, a hogares fragmentados, disfuncionales o que han normalizado los valores negativos. Conducir un vehículo a alta velocidad bajo la influencia del alcohol para algunos es “cosa de machos”, así como en ciertas familias es inconcebible que nadie salvo una mujer, se encargue del cuidado de los hijos, las labores de limpieza o la preparación de alimentos. No es de extrañar entonces que las mujeres se encarguen del 80% de las tareas del hogar, aun teniendo como responsabilidad un trabajo remunerado. Es una sencilla vía de multiplicar individuos que tienen una castrada visión del mundo, se asumen como superiores y, por tanto, con el derecho a imponer incluso con la violencia, sus decisiones. 

Violencia intrafamiliar
El informe 2018 de la Corporación Latinobarómetro, presenta algo interesante cuando se trata de lo que los ciudadanos en América Latina perciben como el tipo de violencia más dañina para la sociedad. Un 64% identifica a la violencia intrafamiliar hacia las mujeres como la más dañina y un 26% la posiciona en el segundo lugar como el tipo de violencia más frecuente en el sector donde vive. Ya en el 2017, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), determinaron que América Latina y el Caribe es la región con mayor cantidad de casos con violencia hacia la mujer. 

El machismo tiene sus tóxicos efectos sobre el ámbito laboral desde aspectos tan elementales como la remuneración laboral. Las mujeres en Latinoamérica ganan un 17% menos por hora de salario en comparación a los hombres, según lo menciona el reciente informe “Mujeres en el mundo del trabajo. Retos pendientes hacia una efectiva equidad en América Latina y el Caribe” (2019), elaborado por la Organización Internacional del Trabajo. Esta diferencia contribuye no sólo a una justificada desmotivación basada en la desigualdad que impacta en su productividad, sino que es una manifiesta desvalorización del trabajo de la mujer que la empuja a situaciones de pobreza. Si a esto le sumamos que en nuestra región las familias tienden a ser monoparentales, con presencia predominante de la mujer, no es difícil deducir que los efectos se multiplican al afectar directamente a todos los miembros. 

Proliferación de enfermedades
El machismo promueve el sexo irresponsable, por lo que es un factor decisivo en la proliferación de enfermedades de transmisión sexual y en los aproximadamente dos millones de niños que cada año, nacen de madres entre 15 y 19 años. Según el reporte “Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe”, publicado en febrero del 2018 por la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el 15% de los embarazos registrados en América Latina y el Caribe, se producen en menores de 20 años. Este factor se convierte en contribuyente a la deserción escolar de aproximadamente un 40% a nivel de educación secundaria. 

Los grandes cambios, en especial en la sociedad se generan desde las pequeñas iniciativas, y la suma de pequeños esfuerzos. Cuando en el hogar se identifican y promueven valores positivos, que incluyen el reconocimiento y el respeto del otro, se siembran las bases de ciudadanos responsables de su conducta y previsivos de las consecuencias. 

ayuncoza@gmail.com 

@alfredoyuncoza
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