Piketty capital e ideología
La Revolución francesa de 1789 abolió los privilegios, pero no la propiedad privada, que podía incluir a los esclavos
Este artículo, surge luego de leer los comentarios de expertos del nuevo libro del economista Thomas Piketty, Capital e Ideología. El hilo conductor del libro de acuerdo al autor, desborda las disciplinas académicas: de la economía a la historia, de la ciencia política a la teoría de la justicia y a la literatura otra idea que el maneja es que”… y se hizo circulando la propiedad y equilibrándolos derechos del asalariado y el consumidor…”. La desigualdad por parte del autor es ideológica.
¿Acaso la dinámica de la evolución del capital privado conduce inevitablemente a una concentración cada vez mayor de la riqueza y del poder en pocas manos, como lo creyó Marx en el siglo XIX? O bien, acaso ¿las fuerzas que ponen en equilibrio el desarrollo, la competencia y el progreso técnico levan espontáneamente a una reducción de las desigualdades y a una armoniosa estabilización en las fases avanzadas del desarrollo, como lo pensó Kuznets en el siglo XX? Tesis defendidas en su anterior libro y que profundiza ahora.
De la ideología “trifuncional”, Piketty pasa a la “sociedad de propietarios”. La Revolución francesa de 1789 abolió los privilegios, pero no la propiedad privada, que podía incluir a los esclavos. Entre 1800 y 1914, las desigualdades se disparan y superan los niveles del Antiguo Régimen. “El argumento de la época era que, si se cuestiona el derecho de propiedad, adquirido en un marco legal, nunca sabremos dónde parar, y el caos se impondrá”, explica Piketty.
Por ello, el problema central será la acumulación del capital y como se producen las desigualdades, por tal aspecto la tesis del texto fundamentalmente, es que cuando la tasa de rendimiento del capital supera de modo constante la tasa de incremento de la producción y del ingreso, el capitalismo y que en su nuevo libro Piketty habla de hipercapitalismo produce mecánicamente desigualdades insostenibles, sin embargo, hay medios para que logre retomar el control del capitalismo y de los intereses privados, al mismo tiempo que se mantiene la apertura económica y se evitan reacciones proteccionistas y nacionalistas. Hay un enfoque transdisciplinario.
Piketty lanza su programa de “socialismo participativo” para “superar el capitalismo y la propiedad privada”. El objetivo es convertir la propiedad en “temporal” y “organizar una circulación permanente de los bienes y la fortuna”. Defiende una integración federal de la Unión Europea. Y aboga por un impuesto sobre el patrimonio con un tipo máximo del 90% para los supermillonarios, por una cogestión de las empresas en las que los trabajadores compartan el poder, y por una especie de herencia para todo joven de 25 años de 120.000 euros. Tesis muy debatida en medios académicos y políticos.
En efecto, algunos políticos a lo largo de la historia han enfatizado lo importante de comprender los fenómenos económicos y algunos economistas como así también, comprender al hecho político, porque ambos se nutren de los mismos vasos comunicantes por ser ambas ciencias sociales. Al convertir el comportamiento de los políticos en una variable endógena, la economía política incapacita a los analistas, por ello debemos entender las particularidades de los fenómenos económicos (desigualdad, precios, valor, inflación, intercambio comercial, déficit fiscal, ventajas competitivas y comparativas y los factores políticos: liderazgo político, partidos políticos, ordenamiento constitucional, grupos de presión y el entorno internacional).
Por ello, el debate epistemológico de los últimos 30 años ha girado en torno a una serie de premisas según las cuales el método científico clásico es trasladable a las ciencias sociales, el positivismo ejercicio una gran influencia en las ciencias sociales en general y en particular en la ciencia política, pero de unos años para acá enfoques novedosos como el neo institucionalismo le han abierto otros canales a su ruta de navegación.
Por eso, las labores del economista y el político, deben converger y no diverger, deben engranarse, para mejorar las decisiones que al final de cuentas van al seno de las sociedades democráticas: por lo tanto, el aporte que han realizado los economistas, es muy importante no solo en esta interacción con sus pares sino la compresión mutua de los diferentes actores que es tomar decisiones y que le corresponde hacer a los políticos. Es el matrimonio de la economía y la política y la conjunción de ellas, en una enseñanza pluralista, más abierta y más diversa teórica y metodológicamente. Ya que lo que se trata de estudiar es fenómenos sociales muy complejos sobre la base de resultados metodológicamente no predecibles y cuantificables he allí la discusión y creo que el libro de Piketty invita a ello. Es un libro de lectura imprescindible para economistas, politólogos, historiadores y sociólogos, estén o no de acuerdo con estas tesis, debe leerse para saber que terreno que se pisa desde el punto de vista teórico y el aproximarse al problema de la desigualdad de estas cuatro ciencias sociales es un debate que hoy por el cambio del modo de crecimiento en el capitalismo, debemos tener. Esperemos que llegue a Venezuela, aunque lo dudo.
jesusmazzei@gmail.com
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