La convocatoria ensalzada por el régimen como “revolucionaria”, por cierto muy anémica, para protestar “masivamente” contra Trump, no reflejó el sentimiento patriótico del venezolano como afirman los convocantes. Por el contrario, reveló un profundo atraso de este apócrifo socialismo respecto de la realidad mundial. Un asunto es adversar la política internacional de Estados Unidos y otro rehuir del escenario sociopolítico de la globalización. Mientras la caterva “socialista” convoca al pueblo a refugiarse en el atraso, una camarilla privilegiada saborea “los favores del poder”. Al chavismo le resulta más cómodo culpar al imperio por su fracaso que atender las angustias diarias de la gente que sufre por hambre.

La expresión “Yanqui go home”, dicha en esta época de inexcusable cibernética, factora de profunda competencia comercial e industrial a nivel mundial, es otra acción desesperada del régimen para tratar de ocultar su ineptitud y la terrible corrupción generada en su seno. A los incompetentes “no les queda otra” que acusar “a los demás” por la devastación que han engendrado luego de 20 años en el poder. Al socialismo marxista venezolano le resulta “más provechoso” generar pobreza y decadencia que promover el rescate de las actividades comerciales, agrícolas e industriales que ha devastado.

La arenga antiyanqui “pasó de moda”. Ha sido desistida por la mayoría de países no sólo en Latinoamérica; también por febriles radicales de África, Asia y regiones contagiadas por la epidemia de la izquierda fanfarrona. Mientras la República es ultrajada por algo que dan por llamar “chavismo revolucionario”, la nación envejece al grado de obsolescencia. No está en capacidad de satisfacer las exiguas necesidades materiales y psíquicas del pueblo.

Arremeter contra “países prósperos”, con el nuestro en bancarrota, nos condena a pernoctar en el más craso atraso. Mientras ello ocurre, “los aliados revolucionarios”, China y Rusia, se debaten a diario con Trump para ganar la guerra, pero comercial, emprendida entre ellos. El lema cambió; ahora no es “Yanqui go home” sino “yanqui come home”. Hasta la mismísima Cuba ha intensificado su intercambio comercial y turístico con el “maligno imperio”. Mientras la mayoría de países está dentro del juego, Venezuela continúa en ¡offside!

A la vez que el ascenso social crece a nivel mundial, con limitaciones de cada caso, los patronatos socialistas venezolanos envejecen al grado de obsolescencia. No pueden satisfacer la más exigua necesidad en materia de seguridad, salud, alimentación ni servicios comunales. El régimen actúa sólo para referirse a los conflictos de manera cínica. Y es cínica porque se vale de todos los artilugios para negarlos aunque estén a la vista de todos. El chavismo siempre trata de acomodar los tiempos “al gusto” y a cualquier costo con tal de preservar su supervivencia. Es secundario que el hambre, inseguridad e inflación afecte a más del 90% de la población.

Lamentablemente el llamado chavismo, visto como fanático y ambicioso, sigue marcando nuestra ruta histórica. Mientras migran casi 5 millones de venezolanos, en la misma medida se erosionan nuestros valores tradicionales. Ahora un pequeño grupo con poder, muy violento, sacrifica la verdad y el progreso en “un altar revolucionario” venerado por apenas el 10% de la población. ¿Dónde queda la promesa “del eterno” quien juró hace 20 años que Venezuela pasaría de la Utopía (país de ningún sitio) al paraíso (el buen lugar)?. Lo cierto es que el Estado, como entidad rectora del encargo ciudadano, ha sido torcido por una especie de marxismo tropical para instituir el más pavoroso desgobierno que arruina al país a ritmo geométrico. Venezuela es vista hoy como “el peor lugar” no sólo por los 5 millones de migrantes sino para la mayoría que aún pernocta dentro de sus fronteras.

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@Miguel29