La industria petrolera está de luto por la muerte del insigne geólogo Aníbal R. Martínez (1927-2019). Académico comprometido, acucioso investigador, honesto servidor público, querido profesor, entusiasta promotor cultural, historiador y prolífico escritor, Martínez forma parte del elenco de estadistas que dejó huella fecunda en el progreso de la industria de los hidrocarburos, como Gumersindo Torres, L.F. Calvani, M.R. Egaña y J. P. Pérez Alfonzo.
Egresado de la UCV y Magister en la Universidad de Stanford, el joven margariteño desarrolló su carrera en la Creole, el Ministerio de Minas e Hidrocarburos y la OPEP. Fundador de la firma Geolimar, integró la Comisión Presidencial de Reversión (1975). Fue presidente de la Asociación Pro-Venezuela, vicepresidente del Intevep, asesor de Pdvsa y miembro del Conicit. Profesor de la UCV, la USB y la Universidad de Keel (Inglaterra), figuró como presidente del Frente Pro-Defensa del Petróleo, donde desplegó una notable labor en la protección de los derechos soberanos de Venezuela sobre sus hidrocarburos.
Su prestigio profesional traspasó las fronteras del país: presidente alterno del Congreso Mundial de Energía, fundador de la Asociación Internacional de Energía del Hidrógeno y miembro del Instituto de Petróleo de Gran Bretaña (Fellow), la Comisión de Petróleo y Gas de Naciones Unidas, la Asociación Norteamericana de Geólogos Petroleros y la Asociación Internacional de Historia de la Geología.
Numerario de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat, sus 19 libros le acreditaron como uno de los geólogos más consultados a nivel mundial, citándose entre sus trabajos la Nomenclatura y definiciones para uso de reservas y recursos de petróleo y su Cronología del petróleo venezolano. No fue menos valioso su aporte a la cultura: fundador de la Emisora Cultural de Caracas y presidente de la Sociedad Sinfónica de Maracaibo.
Profundamente venezolanista y ejemplar padre de familia, don Aníbal descolló por su carácter tolerante y afable; pero también por sus sólidas convicciones éticas y científicas. Se dice que ya Venezuela no produce seres humanos de su talla, y es así. Desde esta tribuna proponemos que la universidad de su natal Margarita sea bautizada con su nombre.
Descanse en paz, Maestro
@lxgrisanti
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