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Un fenómeno

Las negociaciones en marcha deben, como mínimo, lograr unas condiciones también mínimas de limpieza electoral. Son dos: voto en el exterior y la salida de Tibisay. Así Guaidó gana de banda a banda

  • GUSTAVO LINARES BENZO

24/08/2019 05:00 am

La última encuesta Datanálisis confirma lo que todos sabíamos, pero que algunos no se atrevían a reconocer: el presidente Guaidó (AN) no sólo es la figura más popular en Venezuela, sino que ya adquiere visos de fenómeno de masas. Además, que se trate de la encuesta Ómnibus, herramienta demoscópica de décadas de trayectoria, permite tenerla por reflejo de la realidad del país, dentro de lo relativo que son las encuestas. Fenómeno por dos razones. Primera, su ascenso casi instantáneo al conocimiento de todos y simultáneamente a una popularidad que no baja del 50%. Y, luego, al contraste brutal con todos los demás políticos, el mejor de los cuales es nada menos que Maduro, con un lejanísimo 11%. Después, nadie llega al 5%, ni siquiera figuras que han sido vitales en la lucha como Capriles, López o Machado. (Bueno, sí hay un político con cierto apoyo, 40%, un tal Donald Trump). 

De mantenerse esta tendencia, que ya lleva ocho meses largos, no pareciera haber manera de que Guaidó pierda una elección, mucho menos con Maduro. Pues, a más de todo lo dicho, las encuestas presentan una característica que jamás se vio en vida del Gigante Eterno: el apoyo al Presidente Guaidó (AN) es el mismo en todos los sectores sociales y en todos los rangos etarios. Chávez, igualito que Trump, jugaba a la división y al odio y así ganaba las elecciones: los pobres eran chavistas y los menos pobres de oposición. Esa tendencia venía revirtiéndose incluso en vida de Chávez, pero aún así el poco apoyo a Maduro venía exclusivamente de los menos afortunados. En cambio, Guaidó gana en Catia y gana en Chacao con los mismos porcentajes. 

Pero, de verdad, ¿no hay manera de que pierda una elección? Luego de las elecciones del 2015, el madurismo decidió que más nunca habría una elección en Venezuela. Sin embargo, sí podía organizar parodias, y para ello comenzó una campaña de desprestigio del voto que llevó a la abstención masiva: hacer inútil la victoria en la AN impidiendo su actividad. Luego, inventó la constituyente y, magia, comenzó a ganar elecciones de comiquita. Sólo una versión muy mejorada de estos espejismos electorales podrá derrotar a Guaidó. 

De allí que las negociaciones en marcha deben, como mínimo, lograr unas condiciones también mínimas de limpieza electoral. Son dos: voto en el exterior y la salida de Tibisay. Así Guaidó gana de banda a banda. 

@glinaresbenzo
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