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Bernie Warren

Bernard Sanders y Elizabeth Warren; y ambos mantienen un discurso marcadamente “a la izquierda” -liberal, en la terminología gringa-, uno que subraya lo bien que viven los pocos que mucho tienen...

  • JOSÉ SANTIAGO NUÑEZ GÓMEZ

17/08/2019 05:00 am

El estallido de las comunicaciones, como fenómeno socioeconómico de la segunda mitad del siglo XX -lo señaló J. K. Galbraith en “La Era de la Incertidumbre”, 1977-, ha puesto a toda la humanidad a conocer cómo viven los que viven bien. Por su parte, la sociedad de consumo ha logrado la aspiración de todos al producto comercial de los avances tecnológicos o a la simple moda. Hay muchas cosas que se quieren tener, que se siente la necesidad (autentica o artificialmente creada) de tenerlas. Para el productor, los precios más remunerativos los pagan los que más tienen, y es a ese nivel donde éstos se fijan. 

En EEUU -lo hemos comentado aquí, antes, cuando mencionamos lo que invocan los analistas para explicar el triunfo de Trump en 2016- los rigores a los cuales el curso de la economía ha sometido a la clase media de ese país, ha creado un ambiente de rabia y frustración por la pretendida muerte de eso que llaman “el sueño americano”, esto es, que todo ciudadano de ese país puede, trabajando y viviendo con disciplina protestante, alcanzar un buen nivel de vida, educar a sus hijos, pagar su seguro de salud y hacer unos ahorros para una vejez digna. Allá ya está en el tapete la elección presidencial de noviembre de 2020; en el partido que no está en el gobierno (el Demócrata) hasta 20 de sus líderes han manifestado su aspiración de competir por la candidatura; dos de ellos aventajan en las encuestas: Bernard Sanders y Elizabeth Warren; y ambos mantienen un discurso marcadamente “a la izquierda” -liberal, en la terminología gringa-, uno que subraya lo bien que viven los pocos que mucho tienen y postula un sistema en el cual, por la intervención de la autoridad (en el caso, el Estado), se distribuya la riqueza que existe y la que se crea. 

El planteamiento hurga en una inclinación de bajo tono: ver para los lados, ver lo que los otros tienen, en lugar de ver para adelante y que se asuma la vida como un reto a las propias posibilidades de cada quien; atribuir a lo que otros tienen aquello de lo que se carece. Como propuesta para que sea política de la autoridad (distribuir), ha demostrado producir buenos resultados electorales y ser, también, la causa de la suspensión del proceso de creación de riqueza y, por ende, de la pobreza y el atraso. 

SANTINUNEZ@Yahoo.com
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